El habitual anuncio de una nueva edición de la Semana Social estuvo esta vez lejos de la formalidad. El presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social (Cepas), monseñor Jorge Lugones, fue punzante y anticipó jornadas de crítica intensa, al señalar que la agenda del Gobierno dejó de lado temas sociales relevantes, como la pobreza, para poner en el foco otros coyunturales, como la legalización del aborto y -más reciente- los salarios de la Iglesia.
“Todos estos temas parece que se están tapando”, dijo, tras enumerar preocupaciones que consideró más urgentes que la interrupción del embarazo como el trabajo esclavo e infantil, la desocupación, el narcotráfico, el consumo de drogas, el estado de las escuelas y una muy particular mención a la desigualdad en las paritarias entre gremios. “No puede ser que a algunos trabajadores se les dé un 25% de aumento y a los docentes un 15% en tres cuotas”, señaló, en directa alusión al muy buen acuerdo de los camioneros y la flaca oferta que la provincia de Buenos Aires les hizo a sus maestros.
En referencia a ese contraste dejó entrever un guiño al paro general del lunes, al recordar que el derecho a huelga es una herramienta “que propone la doctrina social de la Iglesia cuando se dan situaciones de injusticia social”.
La cita de este año tiene como título “Democracia: un camino al servicio de los pobres”, con hincapié en los 35 años que se cumplen desde el fin de la última dictadura y el agravamiento de la cuestión social, con indicadores que preocupan y mucho, en particular en esta ciudad, al tope de la desocupación nacional.
El obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, le mostró esa realidad en vivo a Lugones, a quien invitó a recorrer el predio de disposición final de residuos donde buscan comida e incluso viven cientos de personas, entre ellos decenas de niños. “Queremos que salga una ley de emergencia alimentaria, porque estamos en una situación de precariedad grave”, insistió el obispo de Lomas de Zamora. Puso como ejemplo a Manos Solidarias, un banco de alimentos local, al que asisten 8000 personas y que aquí tuvo un crecimiento de demanda del 30% en los últimos meses.
“El clamor de los pobres” será el tema que abrirá la segunda jornada, con el obispo Enrique Martínez, Ossola, el abogado Humberto Podetti y Julio Castro, titular del Sosba. Por la tarde se debatirá “¿Cuál es la deuda que la política tiene con los pobres?”, con los legisladores Margarita Stolbizer, Esteban Bullrich y Silvina Frana, y el líder cegetista Juan Carlos Schmidt.
Lugones tomará protagonismo con su conferencia sobre “Democracia: un camino de servicio a los pobres”, que ocupará un momento de agenda que se había reservado para el expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica. Lo habían tentado para hablar aquí sobre corrupción en la política, pero se disculpó a último momento por problemas de salud.
El domingo harán foco sobre “Erradicación sostenida del trabajo infantil y trabajo forzoso” la hermana Marta Pelloni, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el dirigente ladrillero Luis Cáceres, y cerrará las jornadas el panel “Contra la pobreza, más trabajo y menos limosna”, con la diputada Graciela Camaño; el titular de ATE, Hugo Godoy; Gildo Onorato (CTEP), y Daniel Menéndez (Barrios de Pie).
Lugones destacó la amplitud de voces que se logró con los panelistas convocados. Insistió en un país que tiene una deuda social que se quiere resaltar aquí, no solo como diagnóstico, sino “desde una perspectiva que muestre qué podemos hacer desde cada sector” por cambiar y mejorar esa situación.