Cientos de fieles se congregaron en la Catedral de Mar del Plata para acompañar el inicio pastoral del nuevo párroco del templo mayor de la ciudad. Asimismo en la celebración el Obispo de Mar del Plata, quien presidió la eucaristía, también le tomó juramento como vicario general de la diócesis. Estuvieron presentes autoridades como el intendente de Villa Gesell, Jorge Rodriguez Erneta y el concejal marplatenses Héctor Rosso.
“La misa de inicio del ministerio pastoral de un nuevo párroco en esta feligresía, es una buena oportunidad para una catequesis sobre el significado que tiene este lugar respecto de la comunión dentro de la Iglesia diocesana. Al mismo tiempo, aprovecho la ocasión para que el mismo presbítero Gabriel Mestre asuma sus funciones como mi vicario general” inició diciendo en su homilía Monseñor Marino. Luego aprovechó la ocasión para resaltar la importancia de la unidad eclesial en torno al Obispo, “esta función del obispo dentro de la Iglesia, al igual que toda otra forma de autoridad, no puede ser entendida como un honor mundano sino como servicio efectivo a la comunidad de los fieles. Servicio donde el amor al Señor puede conducirlo a llevar pesadas cruces que deberá soportar sin quebrarse como expresión de la autenticidad de su entrega”.
Para concluir, se dirigió al nuevo párroco, “querido Padre Gabriel, este alto ideal de servicio desinteresado deberá caracterizar, ahora más que antes, tu ministerio sacerdotal como mi vicario general y párroco de esta comunidad de fieles. Te agradezco la prontitud en la respuesta, y a la comunidad parroquial de la Inmaculada Concepción de Villa Gesell, le reconozco su actitud de comprensión y desprendimiento”.
Durante la misa, el Obispo puso en funciones al Presbítero Gabriel Mestre, y tomó juramento. Asimismo el sacerdote renovó las promesas realizadas el día de ordenación. Dos fieles de la comunidad de la Catedral, recibieron a Mestre. “Bienvenido nuevamente a tu casa”, expresó una de las catequistas del lugar, y luego dijo “sabemos que esta tarea no será fácil, pero el Señor te dará la fuerza para llevarla adelante. Para eso también estamos nosotros para rezar por vos, y con vos por tu nuevo desafío; para que por medio de la oración, podamos todos juntos conformar una comunidad lo suficientemente fuerte para sortear las dificultades que se presenten; de la misma manera que lo hemos hecho con quienes dignamente te precedieron. Los que hemos trabajado con vos, o compartido distintos momentos de la vida sabemos de la entrega y la alegría con la que llevas a cabo, de tu disposición al diálogo, de tu generosidad para quienes necesitan una palabra de cariño, de tu siempre oportuno correcciones fraternas y consejos”
Finalmente Mestre, brindó unas palabras, “todo sacerdote es colaborador en el orden episcopal, pero de manera muy puntual y específica siendo párroco de la Catedral y su vicario general. En este sentido, Quiero hacer pública mi obediencia eclesial a su persona, Monseñor Antonio Marino y con mi propia identidad y personal, poder colaborar con usted, único pastor de la diócesis, según su mente y corazón, como estipula la doctrina canónica. Un agradecimiento muy, muy grande, a la Iglesia Catedral, comunidad que me vio crecer en la fe y en la vocación desde joven. Conozco la riqueza espiritual, litúrgica, pastoral, y caritativa en Cáritas; y me sumo como párroco en continuidad de lo mucho bueno que se vive y se realiza”. Y culminó rezando la oración de San Francisco, explicando que fue esa misma la que recitó cuando tomó posesión de la Parroquia Inmaculada Concepción de Villa Gesell en 2010. “Donde haya odio, ponga yo amor. Donde haya ofensa, ponga yo perdón. Donde haya discordia, ponga yo unión. Donde haya error, ponga yo verdad. Donde haya duda, ponga yo fe. Donde haya desesperación, ponga yo esperanza. Donde haya tinieblas, ponga yo luz. Donde haya tristeza, ponga yo alegría. Oh Maestro; haced que yo no busque tanto: ser consolado, como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque: dando, se recibe; olvidándose, se encuentra; perdonando, se alcanza perdón, y muriendo, se resucita a la vida eterna”.