Sí, que canciones, que color, que baile, que ruido, que animales con actitudes humanas que dejan enseñanzas de vida. Estos, un poco exagerados, son algunos vicios del teatro infantil: para combatir lo que puede ser una sobredosis en vacaciones de invierno, los museos de la ciudad presentan una serie de propuestas divertidas y didácticas para que los chicos puedan disfrutar.
Se trata de lo espacios municipales dependientes de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad. Estos, desde su propia especialización, han elaborado un programa de actividades que introduce a los niños ya sea en el conocimiento de las distintas expresiones artísticas, en la historia, en la ciencia y en las tradiciones.
Uno de estos lugares es el Museo de Arte Juan Carlos Castagnino (Colón 1189), donde diariamente de 14:30 a 17:30 tienen lugar actividades didácticas para niños desde los 5 años. Para mayores de 8 realiza a las 15:15 y 16:15 un recorrido con un coordinador por la muestra Todo, donde se ver la obra de Enrique Breccia.
En el Archivo Histórico Municipal Roberto T. Barili (Lamadrid 3870), miércoles y jueves a las 16:30 se presenta la obra Los títeres hacen historia, sobre un guión, dirección e interpretación a cargo de Pablo García. Se trata de una aventura, trascendiendo la mera diversión para dejar un sedimento educacional sobre la historia del país.
También hay actividad en el Museo Municipal José Hernández (Ruta 226 kilómetro 14.5, acceso a Laguna de los Padres) donde miércoles y viernes a las 14 se realiza una actividad de narración a cargo del personal de la institución denominada La leyenda del Caá, acerca del origen de la yerba mate.
Mientras que en ese mismo espacio, los martes, jueves y sábado, el espectáculo de títeres Por culpa de una pollera da vida a una historia que cuenta las idas y venidas de una paisana y dos gauchitos en un rancho de nuestro campo, donde no faltan los enredos y los malos entendidos.