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El Minella se vistió de gala para los abuelos

Comandados por el animador, un representante de cada provincia se dio el gusto de mostrar sus habilidades. Algunos eligieron bailar, otros, cantar; hubo quienes contaron chistes y no faltó tampoco aquel que quiso recitar algunas coplas.
Tal el caso del formoseño Eduardo Pizzorno, que fue uno de los más aplaudidos al recitar unos versos de su autoría: “¡Y no los tengo escritos en ningún lado, sale todo de mi memoria!”, aclaró muy divertido el ganador de la medalla de bronce en tejo masculino (junto a Rubén Piriz, su compañero de equipo)
Después llegó el turno del baile, y al ritmo de chamamés, chacareras y hasta un cuarteto, los abuelos se acercaron en pareja al centro y se divirtieron improvisando coreografías, inventando pasos y contagiando toda su alegría.
Como emotivo cierre, se entregaron las medallas a los ganadores de todos los deportes que tuvieron como protagonistas a los adultos mayores del país.
La entrega estuvo a cargo del  profesor Gabriel Andreu y del subsecretario de Planeamiento y Gestión Deportiva de la Nación, Marcelo Chames. “La energía que ponen los abuelos nos reconforta para seguir haciendo los Juegos año tras año”, manifestó.
Así fue el cierre de los abuelos, un evento imposible de presenciar sin sentir el contagio de su entusiasmo, su alegría y su diversión.
De Tolhuin al país

Una vez finalizada la fiesta, los abuelos aprovecharon para charlar entre ellos y sellar su amistad con gente de otras provincias, intercambiando datos para seguir en contacto.

Entre ellos, Sofía, participante de sapo de la delegación de Tierra del Fuego, se paseaba entre los presentes repartiendo souvenirs de su provincia hechos por ella misma y CD’s con imágenes de su lugar de origen, Tolhuin, un pueblo de 8.000 habitantes ubicado entre Ushuaia y Río Grande. “Es el segundo año que vengo representando a mi provincia y siempre traigo souvenirs para representar la unión y la solidaridad entre todo el país”, contó.

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