Pasaron las tres audiencias públicas para la suba de tarifas de luz y el gas. El Gobierno apenas explicó algunas subas -las que hará a la mayoría de sus clientes-, pero no puntualizó de cuánto será el aumento para los sectores de “altos ingresos”, a los que les quitará subsidios.
Tampoco quedó claro qué pasará con la suba de boletas eléctricas en el interior del país, ni si la segmentación (con remoción de subsidios) que se aplicará en la luz será la misma que se replicará en el servicio de gas.
Si la suba de tarifas se explica en el marco del entendimiento con el FMI -para disminuir los subsidios energéticos-, el Gobierno no hizo ni una mención al respecto. Se supone que si los hogares pagan más por el gas y la luz que consumen (cuyo costo está subsidiado en más de un 75%), el Estado ahorrará dinero. Pero no se sabe ni cuánto ni cómo.
Las distribuidoras de gas plantearon que necesitarán dos meses para poder adecuar sus padrones a la aplicación de la segmentación. El subsecretario de Planeamiento Energético avisó que la quita de subsidios -a los sectores de mayores ingresos- se hará con “gradualidad”.
Durante tres días, el Gobierno confirmó que la mayoría de los hogares deberán pagar aumentos superiores al promedio del 42% en las boletas de luz y gas.
La segmentación, que es la quita de subsidios, se aplicará a los hogares que cumplan determinadas condiciones de georeferenciación e ingresos.
El Gobierno nunca puntualizó de cuánto será el aumento para los clientes que viven en zonas de mayor valuación inmobiliaria o con ingreso de $ 314.000. Se estima que estará entre 100% y 150% en el caso de la luz en Buenos Aires. Pero no hubo menciones sobre a cuánto llegará en el interior o en las concesiones de gas.
El precio de la luz que figura en las facturas cuenta con un 82% de subsidio estatal, mientras que el costo del gas en las boletas también está subsidiado en un 75%. En invierno, esa proporción puede llegar al 90%, porque se recurre a más gas importado, cuyo precio es muy superior.
Los subsidios actuales tienen un sesgo “pro-rico”, según López Osornio. Esto es porque el 10% de hogares con mayores ingresos son también los que consumen más luz y gas.
Se supone que la segmentación corregirá ese porcentaje de cobertura sobre los costos. Lo que no se sabe es en cuánto. El ministro de Economía, Martín Guzmán, llegó a decir que los usuarios pagarían el “costo pleno” del abastecimiento de gas y luz si estaban dentro del decil de mayores ingresos. Pero ese dato no fue ratificado por ningún funcionario en las audiencias.
El Gobierno quería implementar la segmentación, o quita de subsidios desde junio, pero todo indica que se demorará más de esa fecha.
De esa forma, el decil de mayores ingresos recibe entre un 15% y 18% del monto total de las subvenciones energéticas, que fueron de US$ 11.000 millones en 2021. Allí trataría de hacer “sintonía fina” el Gobierno. Se supone que debe ahorrar US$ 3.000 millones en subsidios energéticos, pero el ministro Guzmán estuvo esquivo con ese número.
Los nuevos cuadros tarifarios deben ser publicados por el Enargas y el ENRE (regulador de la luz). Según supo Clarín, los interventores seguirán las indicaciones del secretario de Energía, Darío Martínez.
Durante el miércoles -día de audiencias- Martínez se mostró con Federico Basualdo, el subsecretario de Energía Eléctrica, que desacuerda con esta segunda ronda de aumentos tarifarios.
El subsecretario López Osornio validó la primera metodología de segmentación realizada por el Enre (el regulador de la electricidad), donde se utilizaban polígonos de zonas geográficas de altos ingresos.
Para abarcar al interior del país, la Subsecretaría de Planeamiento Energético sumó un segundo criterio, que es el de ingresos. Perderán los subsidios los hogares que ganen $ 314.000 mensuales (el equivalente a 3,5 canastas básicas totales). Eso sería de mayor utilidad en el interior.
Fuente: Clarín.com