No son pocas las preguntas que surgen alrededor del gigante que asoma en el acceso a la capital bonaerense. Desde el Gobierno provincial dicen que hoy “no es prioridad”. El desafío de volver a ponerlo en valor asoma tan grande como su estructura.
Hace meses que uno de los colosos estadios de Sudamérica da la imagen de un espacio abatido. Lejos de las jornadas épicas con Roger Waters y de la invasión de la nueva camada de artistas en el Provincia emergente hoy el domo “no es la prioridad”, según los pocos que se aprestan a dar definiciones al respecto.
La decisión del gobernador Axel Kicillof de nombrar a Vismara en el cargo no es casual. La nueva cara del estadio es la de un hombre vinculado a las ciencias económicas. El flamante funcionario supo desenvolverse como director de Promoción de inversiones, dentro de la Subsecretaria de Desarrollo de Inversiones y Promoción comercial y actualmente forma parte del departamento de Economía de la Universidad de Quilmes
Quienes han estado cerca de Vismara hablan de un hombre de “bajísimo perfil” y, de hecho, desde su entorno se mantiene un absoluto hermetismo alrededor de cómo y cuales son las estrategias para revalorizar el Estadio que se había vuelto parte de la agenda global. Lo que sí se aclaró es que “en ningún momento fue pensado como espacio sanitario”, de hecho en su página oficial se publicó un comunicado sobre el cese de actividades dispuesta por Vismara.
El Estadio presenta y presentó vicisitudes desde los 20 años de su arribo y hoy ni siquiera está en agenda, algo impensado antes de la llegada del Covid-19 que lo tenía como sede de la postergada Copa América en 5 partidos durante junio (Paraguay- Australia, Australia-Bolivia, Uruguay-Bolivia, Argentina- Bolivia y un partido de cuartos de final.
El desafío de volver a mostrarlo como un activo económico para la Provincia, sustentable y nuevamente atractivo pareciera ir de la mano con mantenerlo a la altura de su envergadura, que lo volvió un epicentro deportivo y también cultural a escala mundial. Más allá de que aseguran que “internamente el Estadio continua con obras de mantenimiento” su techo está destrozado hace meses y la condición de las gastadas lonas puede seguir empeorando.
Quienes conocen la interna que se generó luego de que los sacudones climáticos destrozaran los paños que formaban parte de la icónica cobertura del domo, saben lo que fue lidiar con el rechazo constante a los pedidos de reposición y mantenimiento durante la gestión de María Eugenia Vidal.
En noviembre de 2019 Infocielo advertía que las lonas son importadas y por entonces, con una “economía normal”, se estimaba una demora de un mes para llegar al país. Un dato no menor es que para la colocación se necesitan ocho cuadrillas de alpinistas.
Quienes entienden de la estructura interna ven el lado positivo de esta situación: “Lo que antes se pedía afuera, ahora se puede solicitar en Argentina, es cuestión de seducir un privado para que se cargue con la obra”. Este dato no menor nace de que el mantenimiento del Único salió de las propias arcas del gigante de avenida 32.
La última vez que al Estadio se lo vio con vida fue durante la histórica jornada del 8 de febrero cuando La Polla Récords llenó de furioso punk español las avenidas de La Plata, aunque esa jornada no fue adentro sino en el llamado Punto Único en la zona de estacionamiento del mismo, a cielo abierto.
De hecho, la última actividad deportiva fue un torneo de rugby intercarcelario que se disputó en noviembre de 2019 y allí aparece otro desafío para la gestión entrante. Con Estudiantes disfrutando de su reinaugurado Estadio y con Diego Maradona aferrado a la causa de Gimnasia de no abandonar el Bosque, el hecho de volver a poblar el “único” parece tan lejano como aquel grito de Messi frente a Eslovenia en la previa del Mundial de Brasil. Por lo pronto una refrescada a la página oficial o al canal de You Tube (apenas cuenta con 30 suscriptores y 19 videos) no estaría mal para comenzar la remontada.
Fuente: INFOCIELO