Autoridades del Consejo Directivo del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires Distrito IX se sumaron a la polémica por la próxima temporada y manifestaron su “preocupación” por lo que podría ocurrir en las ciudades con actividad balnearia que componen esta zona.
Desde el Consejo se expresaron sobre el protocolo que están desarrollando desde la cámara que nuclea a los empresarios del sector turístico en Mar del Plata y señalaron que “la propuesta aparentemente no toma en cuenta lo que ocurrirá con quienes quieran concurrir a nuestras playas sin necesidad de contratar ningún servicio, actividad que por otra parte debe garantizarse”.
Para los especialistas del Colegio de Arquitectos resulta “inviable” un protocolo para continuar con el modelo de explotación actual mientras no se encuentre una vacuna para el Covid-19: “La situación merece soluciones creativas entre los estados municipales, los empresarios y los usuarios, sin perjudicar a nadie pero permitiendo que en la próxima temporada estival el uso saludable de nuestros espacios públicos más emblemáticos sea posible”.
A través de un comunicado, los Arquitectos explicaron que “es sabido también que las áreas costeras son el principal espacio público de todas nuestras ciudades con frente marítimo. Localidades que en su mayoría además cuentan con escaso espacio público de calidad”.
En Mar del Plata, por ejemplo, la ONG “En defensa de las Playas Publicas” demostró hace dos años, mediante fotos satelitales, que en algunos sectores de la costa entre el 80 y el 90 % del sector de arena está ocupado por las concesiones. Sólo un área muy reducida es de uso público, de acceso irrestricto, situación que se replica en otras localidades costeras de este distrito.
“Si analizamos el patrón de ocupación, surge que el negocio de alquiler de sombra, en el día de hoy, concentra casi el 100 % de los usuarios en un área cercana al 10 % del territorio costero”, expresaron desde la entidad y advirtieron: “esto ocurre porque, como todos sabemos, en un día con clima cálido quienes pagan por ese servicio terminan utilizando su sector como depósito de sus pertenencias”.
Estos asistentes, señalaron, “también confluyen al reducido sector de uso público, generando un hacinamiento que está dentro de la lógica del tipo de explotación del negocio balneario imperante. Esto genera una necesidad de espacio casi diez veces mayor. En momentos en los cuales todas las ciudades del mundo están extremando esfuerzos para maximizar las áreas al aire libre para uso público, creemos que este modelo, por lo menos para la futura temporada estival es insostenible”.
Por lo tanto, desde la institución consideraron que “debiera replantearse de manera integral el modelo de explotación, para el futuro período estival como mínimo. El reemplazo de la oferta de sombra fija por un sistema móvil y a requerimiento, como podría ser el modelo utilizado en Rio de Janeiro, permitiría un uso mucho más racional del espacio y acorde con la emergencia sanitaria con la que ya sabemos que deberemos convivir en la próxima temporada”.
“Contar con superficie de arena libre de obstáculos, no sólo permitiría higienizar el área de forma mucho más económica y efectiva, sino que acompañando esto con el acceso irrestricto e iluminación podría convertir a los sectores de arena en espacios públicos de uso nocturno. Tal vez la oferta gastronómica de ciertos sectores pueda tener un horario extendido si las áreas costeras mantienen su vitalidad durante las noches”, destacaron.