El polo de fabricación artesanal de Mar del Plata no descansa y a mediados del 2018 encontró un nuevo rumbo: la destilería de gin, nombre derivado de ginebra. Actualmente el mercado ofrece más de 30 variedades propias que turistas y locales las pueden descubrir disfrutando un clásico y famoso cóctel como el gin tonic.
La aprobación de una ordenanza del Concejo Deliberante de General Pueyrredon, en agosto de 2021, habilitó la instalación de destilerías de bebidas espirituosas en la ciudad. A partir de este marco legal, comenzó un proceso similar al que ocurrió hace una década atrás con la cerveza artesanal.
El consumo de gin se popularizó en los bares y los productores de esta bebida espirituosa estiman que, durante esta temporada de verano, se termine de consolidar y de instalarse definitivamente en las mejores barras de la ciudad.
El “doctor” de los botánicos
Mandingus nació en la ciudad, con la iniciativa de su dueño Ariel Segovia, quien en el 2018 realizó un viaje por Europa, y notó que en España e Inglaterra había una fuerte tendencia de las micros destilerías artesanales; en Argentina el auge era el de la cerveza artesanal.
Ariel volvió entusiasmado de ese viaje y comenzó a investigar desde “de cero ya que jamás había incursionado en ese nuevo mundo”. Tomó cursos y se animó a destilar en un pequeño alambique -aparato con recipiente para destilar, donde se calienta el líquido hasta convertirlo en vapor y un conducto refrigerador en forma de espiral da salida al producto de la destilación- con el que llevó a cabo pruebas con diferentes botánicos durante ocho meses hasta que logró lo que hoy es la receta número 29 de Mandingus Gin.
“Con el producto listo para lanzar al mercado, queríamos tener un nombre e imagen que representara magia e historia”, explicó su fundador en diálogo con Télam. Y continuó: “Nos inspiramos en el personaje conocido como El ‘Doctor de la Plaga’, que era un médico de la peste negra que trataba a los que padecían esa enfermedad. Esos doctores de los siglos XVII y XVIII, utilizaban máscaras con forma de picos de aves que tenían en su interior hierbas aromáticas y bayas de enebro, piezas fundamentales de la ginebra”.
“Mandingo, ya es nuestro logo de la marca como símbolo de lo sobrenatural y como representación de las creencias de esa época, en la que se consideraba al enebro como una de las hierbas por excelencia para repeler cualquier virus”.
En Mandingus actualmente cuentan con tres variedades de gin: El Original, La receta 29 y un gin Premium con 13 botánicos seleccionados manualmente con los mejores granos y pieles de bayas, con 25 % más de tiempo de maceración y casi 42 grados de alcohol, que lo hace más intenso.
“El estilo de nuestro gin es contemporáneo porque no es el clásico London Dry que es más seco, este es más intenso con tonos cítricos y picantes porque usamos tres pimientas: de Jamaica, la rosa y la negra; además usamos canela, cardamomo, pieles de naranja y limón que las deshidratamos dentro de la fábrica”, detalló.
Como novedad, la marca lanzó recientemente Mandingo Red Velvet, un gin infusionado en frutos rojos de Cranberries y Blackberry y en flores de hibiscus y caléndula.
El fundador de la destilería Mandingus, que ya produjo más de 10.000 botellas del producto original, destacó que el emprendimiento “se creó y creció orgánicamente, y al no tener ayuda de créditos ni otro tipo de aportes de capital, nos permite mantener el espíritu 100% artesanal con una muy buena aceptación de la gente”.
Por otro lado, la marca lanzó una línea de licor de gin de limón y de pomelo con el fin de reutilizar el alcohol de destilación. Al respecto, Segovia remarcó que buscan “reutilizar la mayor cantidad de materia prima posible para reducir el impacto que generan los desperdicios y cuidar los recursos, y ser una empresa sustentable en todos los aspectos”.
Durante la entrevista, Ariel expresó el deseo de que el mercado “se afiance y pronto pueda ser parte de algo más grande como por ejemplo la ruta del gin nacional, y uno de esos puntos del recorrido sea Mar del Plata”, finalizó.
Destilería Casa Rosa, el primer bar de su tipo en Argentina
Sobre la calle Olavarría de la ciudad de Mar del Plata, zona destacada de la cervecería artesanal, se ubica el primer bar de gin tirado Casa Rosa. En una búsqueda de frescura e identidad local, sus creadores fanáticos de la IPA, decidieron probar suerte con lúpulo de la Patagonia y nació Casa Rosa, Gin de Lúpulo.
Aunque el gin tonic es la estrella del momento, los pioneros del gin tirado apuntan a instaurar una nueva coctelería artesanal con perspectiva, según dijeron a esta agencia, de abrir más locales en todo el país.
En diálogo con Télam, el representante de Casa Rosa Máximo Cantarella explicó que la producción de la destilería argentina, emergió muy similarmente a lo que sucedió a nivel mundial hace unos 15 ó 20 años atrás con la cerveza artesanal. “En ese contexto nació nuestra casa con una identidad 100 % argentina”.
Cantarella expresó que tienen como misión “transformar a las materias primas argentinas en una nueva generación de bebidas espirituosas, que sean del campo al mundo para los consumidores abiertos a experimentar nuevos conceptos”.
Sus creadores definieron a Casa Rosa como un viaje por la Argentina: sus botánicos para los destilados y recetas son de lúpulo de la Patagonia, enebro andino, ajíes de los Valles Calchaquíes, ciruelas de Mendoza, lavandas de La Pampa, entre otros; y destacaron que el origen de sus elementos viene de pequeños productores o cooperativas que cuidan la tierra y son sustentables, “prestamos mucha atención a de donde vienen los insumos”.
“Tenemos como propósito que cada vez que una persona elija Casa Rosa esté eligiendo cambiar el mundo, que opte por esta nueva forma de producir artesanalmente”. Al público, “ofrecemos cócteles preparados con destilados propios, un concepto innovador que no existe otro igual en la Argentina”, finalizó Máximo Cantarella.
De la Restinga del Faro al gin tonic sin escalas
Restinga arrancó en el año 2015 en la ciudad, cuando Franco Regalini que se dedicaba a la cerveza artesanal y Matías Iriarte, quien conoce en un viaje una de las fábricas de gin más importantes de Europa, deciden incursionar en el rubro convencidos que en Argentina las bebidas espirituosas irían ganando terreno.
Ese mismo año, “compramos nuestro primer alambique de 65 litros y comenzamos a probar diferentes recetas, hasta que finalmente en el 2018 logramos lanzar nuestra primera botella al mercado”, explicó a Télam Franco Regalini, Master Distiller y cofundador de Restinga.
“Para el nombre nos inspiramos en las costas del océano Atlántico, específicamente de Mar del Plata, donde muy cerca de Faro se encuentra la restinga, una prominencia rocosa producto de la continuación del sistema de sierras de Tandilia”, contó Regalini.
En los alrededores de ese territorio soñado rodeado de playa, bosques, algas y una vasta vida marina con infinidad de especies, Franco y Matías identificaron al lugar “perfecto” para la búsqueda de sus ingredientes, donde especialmente cerca de las sierras de Balcarce existen cultivos orgánicos con excelentes botánicos.
Restinga, cuya fábrica de destilados está instalada sobre la ruta 2, a la altura de Coronel Vidal (Mar Chiquita), cuenta con tres estilos de gin diferentes y ediciones limitadas, como por ejemplo la botella de cerámica de Lemon Grass, Negroni o Gin Añejado en Barricas.
Por ejemplo, para el London Dry Restinga que es un gin Marplatense Premium, sus ingredientes se buscaron en las zonas aledañas, especialmente cerca de las Sierra de los Padres en cultivos naturales con excelentes botánicos: enebro, pimienta, piel de limón, pomelo rosado y quinoto, entre otros. El aroma tiene un dejo costero donde predominan los cítricos, con un toque en el paladar de laurel y cardamomo.
En cambio, el destilado de Otoño de Restinga Gin, el segundo lanzamiento de cuatro ediciones limitadas, además de estar destilado con enebro de la Patagonia Argentina y piel de limón, está macerado en arándanos, flor de hibiscus y cedrón. La novedad como resultado: es un gin rosado, con fácil percepción de los aromas de la flor china y el cedrón.
En cuanto a la responsabilidad empresarial “buscamos empezar a concientizar, tratando de reutilizar, reducir y reciclar a cada paso del proceso productivo y que nuestros frutos y crecimiento se produzcan a partir de esas acciones que se implementan”, explicó Regalini, en relación a la edición especial de botellas que están acompañadas de semillas para la siembra de árboles.
Finalmente, el cofundador de Restinga, al ser consultado sobre el momento de producción en el que se encuentran, respondió que están “en constante inversión para mejorar los procesos productivos y agrandar las escalas, ya que también destilamos para terceros”. La empresa tiene un promedio de ventas de 10.500 litros mensuales, con distribuidores en todo el país y exportan a Italia, a la que próximamente se sumarán Estados Unidos, España y otros países.
Fuente: Telam