Es el impacto que provoca en Mar del Plata, la decisión dispuesta por el Poder Ejecutivo Nacional, adoptada en el marco de un progresivo plan de reducción drástica de subsidios a tarifas de servicios públicos, como el transporte público de pasajeros. Descargando únicamente en los usuarios el pago del 100 % del costo boleto.
No obstante, se sostiene la entrega privilegiada a los subsidios en el AMBA, de manera inequitativa y desproporcionada con las grandes ciudades del interior del país, como Rosario, Mendoza, Córdoba, Bahía Blanca y La Plata entre otras.
Y así se manifiesta también desde la UTA que observa el proceso como terminal, no sólo con respecto a la percepción de sus haberes, sino además ante el riesgo de perder miles de puestos de trabajo.
En este contexto, desde agosto donde se han asumido cinco aumentos mensuales consecutivos de combustible, los neumáticos han sufrido ascenso en sus precios en seis ocasiones en el último semestre, más el reciente acuerdo paritario alcanzado con la UTA, han llevado al sistema al borde mismo de una prestación imposible de financiar, en los esquemas habituales, salvo la aplicación de un aumento que lleve el boleto a $ 100.- (como estiman en Córdoba) o en $ 60.- (como el que se aplica en Bahía Blanca).
En relación a esta compleja situación Desde la Cámara Marplatense de Empresas de Autotransporte de Pasajeros (CAMETAP) manifiesta que: “nuestras asociadas no se encontraron ni se encuentran hoy en día ajenas a los avatares de este incierto contexto en el cual estamos todos sumergidos”.
Considerando: “La abrupta caída en el nivel de actividad en el cual nos vimos inmersos, que se traduce en el mayor descenso que se haya sufrido en la historia del sector, llegó al punto máximo del 90% duramente los primeros meses del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio. Hoy en día nos encontramos trabajando al 30% de nuestro nivel de actividad habitual”.
Y agrega : “El desaliento al uso del transporte público promovido desde los sectores que toman las decisiones en torno a la movilidad en el marco de la Pandemia, limitándolo únicamente a las trabajadoras y trabajadores de actividades esenciales, marca un poco el futuro en el corto y mediano plazo”.
Se restó al apoyo como actividad esencial: “Desde el primer momento, nuestra actividad fue señalada por el sector público como ESENCIAL, lo cual no es menor por la importancia que ello representa, cubriendo un servicio básico esencial de la población. Empero, lo anterior no fue ni es acompañado por políticas de apoyo que garanticen un marco para la sustentabilidad de la actividad”.
“Los beneficios derivados del Programa de Apoyo al Consumo y la Producción, en su expresión A.T.P., fueron denegados al sector del transporte urbano y suburbano, sosteniendo la negativa en el requisito de estar percibiendo subsidios estatales”.
Sin sustento lógico: “Claramente, esta restricción no tiene un sustento lógico, toda vez que la asistencia que el Estado comenzó a brindar a partir del año 2002 y hasta la fecha al sector se fundamenta en lograr una tarifa accesible a toda la población. De hecho, si la génesis de esa asistencia nunca hubiese ocurrido, el precio del boleto en toda la República Argentina hubiera sido mucho más oneroso”.
Ya no llegan los subsidios: “Este paliativo que existía antes de la pandemia generada por el COVID-19, continúa vigente pero para lograr el cometido anterior, pero de ninguna manera viene a amortiguar los efectos de esta nueva circunstancia. El contar con el beneficio del A.T.P., que permita cubrir aunque sea en parte el salario del personal de nuestro sector, resulta tan crucial como para el resto de las actividades. Sumado a ello, los subsidios corrientes se están percibiendo de manera más asincrónica en relación a otras jurisdicciones provinciales”.
La nueva normalidad: “Los servicios fueron reprogramados y adaptados a esta nueva realidad, las nóminas de personal no sufrieron modificaciones. Todas las empresas priorizaron el Capital Humano a costa de un fuerte endeudamiento, y peligrando a su vez el acceso a recursos también esenciales, como por ejemplo el combustible”.
No aparecen respuestas: “Ante la falta de respuesta del Estado, las empresas nucleadas en la Cámara Marplatense de Transporte Automotor de Pasajeros (CAMETAP) han debido recurrir a diferentes herramientas de financiación para poder enfrentar los costos más urgentes y no evitables. Adelantos en Cuenta Corriente, Descuento de Cheques, e incluso Préstamos Bancarios. Ante esta situación, la capacidad de cancelación de los mismos resulta absolutamente prohibitiva”.
Los incumplimientos agravan la situación: “El pasado 27/11/2020 hemos sido informados por la organización que nuclea a todas las empresas prestatarias del transporte urbano en el Interior del país (F.A.T.A.P.) un comunicado en el cual se nos anoticia de la firma de la Resolución 276/2020, la cual debería dar continuidad a la percepción del Subsidio denominado FONDO COVID.
Sin embargo, la noticia fue diferente: de las cuatro cuotas restantes para finalizar el año 2020, sólo serán abonadas tres de ellas (se elimina la percepción de un mes) y a su vez, las cuotas que sí se abonarán tendrán una quita del orden del 17%”.
Los aumentos de la UTA: “A todo esto, también se nos informa de la negociación de las nuevas paritarias de U.T.A., habiéndose firmado también el viernes próximo pasado un incremento del 30% en los haberes de todas las categorías, con más la fijación de una suma No Remunerativa Extraordinaria de $ 20.000 para cada empleado, retroactiva al Mes de Septiembre del 2020”.
En los términos de F.A.T.A.P.: ”los subsidios serán igualmente insuficientes para atender los reclamos de recomposición salarial formulados por UTA; por lo que resulta insoslayable concluir que la discontinuidad de los subsidios aquí manifestada, producida bajo la gestión del Ministerio de Transporte de la Nación con la conducción del Lic. Mario Meoni, no tiene precedentes desde la instauración de los subsidios al sector desde el año 2002, y profundiza, además, la situación de injustificada inequidad respecto del tratamiento que el mismo Ministerio confiere al AMBA, a la que legítimamente se le compensará el déficit producto de la pandemia y los mayores costos salariales, sin solución de continuidad en el aporte de subsidios nacionales”.
Cada uno de los puntos antes mencionados socava más y más la posibilidad de sobrevivir, tal como están transitando la mayoría de los rubros hoy en día.
Ante el estado de situación, la única salida que se puede avizorar en el cortísimo plazo es la adecuación tarifaria. La nueva ecuación económico-financiera dadas estas perspectivas arroja un escenario que duplicaría sin más la tarifa del transporte hoy vigente.