No hacen falta dos estados enfrentados, ni un fanatismo religioso desenfrenado para declarar una guerra. Tampoco hacen faltan elementos ideológicos. Suficiente con la subversión de las reglas que rigen una sociedad.
Avalar al extremo las garantías sin fundamentos sustentables en la recuperación de valores, son más que suficiente para sumir a un país organizado, en las peor de las desgraciadas guerras.
El descuido adrede de sus jóvenes, la propaganda a la que son sometidos, las prebendas del Estado, apoyando conductas destructivas de valores tales como la familia y el sentido de pertenencia y el desconocimiento de los valores republicanos, nos han arrojado a una violencia cruel sin sentido. Producto de haber criminalizado la justicia y la prevención de los delitos y faltas que en su momento hicieron a la seguridad ciudadana.
La situación que se vive en todo el país, se ha visto agravada por el avance indiscriminado del narcotráfico el que, indudablemente, cuenta con una determinada protección política ya imposible de disimular. La presencia de gendarmes y prefectos en las grandes urbes, fuera de sus lugares, ocupados en menesteres ajenos para lo que fueron creados y la negación a la radarización de las fronteras, es más que suficiente facilidad para la instalación del cartel de las drogas.
La delincuencia juvenil encarnada en jóvenes que van de los 19 a los 35 años, se caracteriza por su tremenda crueldad, impensada hace veinte años atrás. Es moneda corriente la muerte violenta de ancianos y ciudadanos decorosos. De nuestras vidas se adueñó el delincuente.
La audacia con la que se mueven estos asesinos, su impunidad, nos dicen a las claras que ante la falta de decisión política de este gobierno, debemos los ciudadanos reclamar enérgicamente, los deberes que ellos tienen como obligación darnos, que es salvaguardar nuestras vidas y bienes.
Así no lo están haciendo y por lo tanto son partícipes necesarios de estas atrocidades.
No escapa a este comentario los compromisos que deberían asumir los Jefes de Policía de la Provincia de Buenos Aires, que ven diezmada su fuerza en esta lucha desigual y nada dicen, como si la vida de sus hombres y mujeres nada valiera.
A ellos les digo que la historia de la POLICÍA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES la escribieron los hombres con atributos bien puestos.
Carlos Roberto Massacane
Secretario Adjunto – APROPOBA
Un atentado terrorista a la Argentina y el pueblo sumiso a los vicios…Estamos en el horno!!!