El llamado a ocupación de los predios en el muelle 2 para conformar una Terminal Portuaria que realizó el Consorcio la semana pasada y publicó el Boletín Oficial en las últimas horas puso en evidencia que la grieta que separa a Martín Merlini de los directivos y estibadores de Terminal de Contenedores 2 se mantiene vigente y con final abierto.
La regularización administrativa del espacio espacio, casi 20 mil metros cuadrados divididos en dos terrenos, obedece, más que a un impulso normalizador del Presidente del Consorcio, a una exigencia del Ministerio de Seguridad y la propia Aduana, ante la inviabilidad del proyecto de inversión sobre el predio de los silos y el muelle 3 para conformar una Terminal Multipropósito de Ultramar.
TC2 es el actual operador del servicio logístico de la carga de contenedores en el puerto local pero opera sin habilitación. Tiene el permiso de uso vencido de las tierras y un expediente voluminoso en las oficinas del Consorcio. TC2 cambió de razón social hace 3 años y pidió la renovación para la nueva, conformada por los mismos socios mayoritarios, los mismos bienes y trabajadores habilitados. .
En el Consorcio nunca atendieron o en realidad rechazaron el cambio jurídico pese a que la administración de Merlini acepta los pagos mensuales por el canon de las tierras ocupadas. Aportes que regularmente hacen las dos nuevas sociedades que Merlini desconoce para transferirle el permiso de uso.
Pese a estos elementos tangibles, Merlini ignoró la existencia del operador al hacer el llamado a ocupación de las tierras. Al Presidente del Consorcio no se le ocurrió mejor idea que informar que los predios a ocupar estaban “disponibles”.
Un recién llegado podría pensar que Mar del Plata carece del servicio de carga y descarga de contenedores, no viene ninguna naviera y todo está por desarrollarse. En realidad la remoción de cargas es lo único que creció desde el 2015 hasta el año pasado. En medio del derrumbe de los desembarques pesqueros, la previsibilidad del dragado y el trabajo de TC2 generaron que más empresas elijan exportar o importar por el puerto local.
El proyecto de Merlini no prosperó en la reunión de Directorio del mes pasado, donde figuraba en el Orden del Día. Fernando Rivera pidió ver el expediente de TC2 para saber las causas por las cuales no recibía mención alguna en la convocatoria y si le cabía el derecho de preferencia por ser el actual prestador del servicio.
La inquietud del Presidente de CaIPA resumía la de varios actores pesqueros. Hasta al más distraído le llamó la atención el ninguneo del predio “disponible” y varios advirtieron una maniobra para correr del medio a TC2.
En la pesca no son pocos los que cuestionan el alto perfil de Emilio Bustamante (también integrante del Directorio) y se quejan del avance de los contenedores en áreas operativas. Pero más allá de los cortocircuitos, los empresarios pesqueros saben que la logística funciona y les garantiza que los productos pesqueros lleguen a sus mercados de destino.
Fueron días de ebullición los de finales de febrero. Algunos directores, próximos a Merlini, dejaron trascender que el expediente de TC2 tenía varias falencias e incumplimientos mientras a algunos estibadores la paciencia contra los modos del Presidente parecía desbordarse.
El operador aseguraba que son reclamos por la vieja UTE y mostraban notas dirigidas a Merlini hace un año, con la documentación requerida de la nueva razón social creada en el 2016, en la que ya avisaban que ya habían cumplido con todos los requisitos reglamentarios para la utilización de los espacios portuarios.
El cuarto intermedio del Directorio sirvió para acercar un poco las posiciones y tras una reunión a solas entre los involucrados, la situación pareció encaminarse. La concordia pareció confirmarse con el edicto más allá que Rivera todavía sigue esperando ver el expediente con los “incumplimientos” que mencionaron laderos del Presidente del Consorcio.
Publicado la semana pasada en La Capital, el llamado a ocupación mostraba un empate entre los contendientes. Los predios no estaban “disponibles” como quería Merlini sino que se hizo mención a que las tierras están ocupadas por la firma “Hipocoop Ltda – Bustamante UTE”, quienes desarrollan el servicio logístico. En un plazo de 30 días para entregar las ofertas, TC2 no tiene el derecho de preferencia sobre los predios.
Pero en la convocatoria publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires en las últimas horas, los predios están “disponibles” y no hacen mención alguna a los actuales operadores. El ninguneo y la grieta, otra vez, en primer plano, como pensó y quiso originalmente Merlini y debió dar marcha atrás por el planteo del Directorio.
El trasfondo del proceso de regularización administrativa despierta varios interrogantes a partir del fracaso al que se encamina la licitación del muelle 3. ¿El esmero de Merlini por liberar el muelle 2 encierra un premio consuelo para Murchinson?
La empresa fue la única interesada en el pliego de la licitación del predio de los silos. El Consorcio le dio prórroga por 60 días a la apertura de las ofertas ante un pedido de la firma para estudiar el proyecto con más tiempo. Quienes vieron el expediente aseguran que no hay nota formal con tal solicitud, pero esa es otra historia.
Parece que Murchinson no necesitará hasta el 22 de abril para rechazar el convite de demoler los silos. Primero pareció una filtración del Ministerio de la Producción bonaerense que divulgó La Tecla Mar del Plata. En los últimos días desde la propia empresa le dijeron a Merlini que no están dadas las condiciones para poner un pie en ese predio.
También le habrían cuestionado su optimismo casi sin fundamento, luego de comprobar todos los frentes abiertos que dejó su propia impericia. No saber de demoliciones es una excusa formidable para Murchinson cuando el predio es una trampa contaminada y judicializada, y el expediente tiene más baches que Figueroa Alcorta.
Más de uno se sorprendió esta semana cuando se conoció la noticia que un enviado de la empresa había retirado las condiciones del llamado a ocupación de los predios en el muelle 2. “Lo vamos a analizar”, dijo un vocero de la compañía.
Murchinson presta servicios en Zárate, Buenos Aires, Bahía Blanca, Madryn, Comodoro y Deseado. En Mar del Plata algunos todavía recuerdan su intervención en el mismo muelle 3 cuando todavía dependía de la Junta Nacional de Granos. Se fueron cuando el Estado se corrió del muelle.
Hace poco Quequén hizo un llamado a interesados en desarrollar el servicio de carga de contenedores, servicio que no disponen. Había que arrancar desde los cimientos y los grandes jugadores miraron por la ventana.
En este escenario florecen nuevos interrogantes. Es real el deseo de Murchinson por intentar desembarcar en un puerto donde ya existe un operador con un servicio más o menos estable y acorde a las necesidades de los cargadores, sabiendo que los cientos de trabajadores vinculados a la operatoria no se quedarán de brazos cruzados.
O es Merlini quién vuelve a impulsarlos como ocurrió en el muelle 3, con el solo propósito de ahondar la grieta con TC2, alterar la paz social en los muelles y generarle un dolor de cabeza adicional a la industria pesquera.
Creerá el Presidente del Consorcio que modificar el texto del Boletín en relación al publicado en el Edicto, cambiar las condiciones, incluir y luego sacar operadores, no tendrá consecuencias legales. ¿Tan disociado con la realidad estará como para creer que sus maniobras pueden quedar fuera de la lupa de los organismos de control bonaerense y la propia justicia?.
A Merlini parece importarle poco la racionalidad y avanza dispuesto a confrontar con todos y contra todos. Amo absoluto del puerto el señor de la grieta. Nadie se animó a tanta desprolijidad, a tanto avasallamiento.
Fuente: #Puerto de Palos