D´Onofrio mientras remata a River no se hace cargo de nada

El presidente de River, Rodolfo D´Onofrio tendría que estar dando explicaciones sobre cuál fue su participación política desde la oposición,  para mandar a River a la B, junto a Jorge Brito y Matías Patanián con la colaboración inestimable desde la presidencia de la AFA de Julio Humberto Grondona.

Las ansias de D´Onofrio por ser presidente de River eran enfermizas, por eso no dudó en montar una operación de desestabilización, que incluyó una millonaria inversión en medios de comunicación afines y partidarios del CARP, cuya misión era desgastar y potenciar el descenso de River, como parte preliminar de su campaña, en la que incluyó el servicio de barrabravas que jugaron un papel  determinante en lamentables sucesos y destrozos en el Monumental.

Luego de perder las elecciones por seis votos en 2009, frente a Daniel Passarella, se desató el plan que en la jerga policial se puede comparar como un crimen por encargo. El mismo se debía consumar para que la víctima (Daniel Alberto Passarella) alcanzara la mayor denostación posible entre simpatizantes y socios de River, garantizándose así allanar el camino para acceder a la presidencia en el 2013. Hay abrumadores relatos, evidencias, pruebas y sospechas que así lo revelan y lo certifican.

Los celos a Passarella lo elevaron a la potencialidad de un homicida pasional, no ahorró esfuerzo alguno, fundamentalmente económico, pusieron todo el dinero necesario con su socio el banquero propietario del Banco Macro, Jorge Brito, que es el hombre que maneja mayor cantidad de dinero en  efectivo en la República Argentina.

Esta asociación ilícita llegó al poder en River en 2013.

Para que quede absolutamente claro: Rodolfo D ´Onofrio (La Caja (Cía. de seguros), Jorge Brito (Banco Macro) y Matías Patanián (Aeropuerto 2000) fueron los sponsors de la actual conducción del Club Atlético River Plate. Son auspicios con una envergadura de una elección para presidente de la Nación.

Hasta la política nacional desde el PRO, la UCR, el Kirchnerismo, los socialistas y el peronismo cumplieron su importante papel en este juego por la disputa del poder, que en este caso tenía como objetivo el desplazamiento de Passarella de la faz de la dirigencia deportiva, más allá de los errores propios que toda gestión comete.

Es otro caso del tipo  mecanismo que se aplica cuando un cuerpo colegiado debe expulsar a un elemento extraño, en este caso Passarella no provenía de la dirigencia convencional. Le aplicaron las reglas del arte de lo que se conoce como resistencia corporativa.

Así lo pensaron y así lo ejecutaron. Más allá de las pautas a programas y periodistas, hasta en los programas de chimentos de dudoso buen gusto, pero que la consume importante registro de audiencia, se sumaron Jorge Rial, Carlos Monti y el “Teto” Medina, quienes no tienen ni la más mínima re reputa idea de lo que es una pelota de fútbol, sumado a las barbaridades que decían Distasio y Costa Febre, entre otros, pero hubo honrosas excepciones de periodistas que no se sumaron a ese circo.

Otro caso, es el del periodista de Clarín Daniel Bertolotto, quien hace un mes, hizo una nota desperdiciando  tres páginas del matutino, donde le tiró más centros a D´Onofrio que Luis Cubillas, Oscar Mas y Claudio Canniggia juntos. Esto es así porque River atraviesa una preocupante crisis dirigencial, deportiva, y también e inesperadamente económica, porque ya ha superado el doble de la deuda que dice haber recibido en 2013. Esto no se conoce porque hay un periodismo funcional,  que se ha sometido a estos manejos y transmiten un relato que nada tiene que ver con la realidad.

Esta es una demostración de incompetencia, inoperancia e incapacidad. River formó inicialmente contra el Barcelona con 9 jugadores de la gestión Passarella, sólo Viudez y Alario no lo eran.

El club ha vendido en los últimos dos años por cifras que han superado el pasivo de la entidad. Ha despilfarrado el capital propio de un plantel que fue un legado y enriquecido por jugadores de divisiones inferiores, que han realizado un aporte comparado a la más rica historia de River. Ha cobrado regalías y porcentajes de operaciones anteriores a 2013.

Es decir el River de D´Onofrio, y su troupe, vivieron parasitariamente de todo lo que produjo la gestión anterior, pero no dejó de ufanarse adjudicándose méritos propios de un impostor. El petimetre de D´Onofrio se saca fotos, va a ver al Papa Francisco, hace que juega en las grandes ligas, (pero la realidad es que lo tienen alquilado) pero es un farsante inescrupuloso, un clásico de la política partidaria y política de nuestro querido pero incorregible país.

¿Qué ocurre ahora? Chocaron la calesita y no pueden disimularlo. En lugar de revertir la situación, la han complicado sobremanera y ahora tampoco lo pueden arreglar con plata, y mienten descaradamente, argumentos falaces, se balbucean explicaciones cuya temeridad no tiene límites, como sugerir que Messi puede terminar su carrera en River.

En lo que respecta a los refuerzos que no refuerzan, “River volvió a ser River”, como lo sostuvo el mismísimo presidente desde que asumió. Jugadores de poca monta y pasados de edad, lo que provocan ineludiblemente que no tienen valor de reventa, más las joyas de Gallardo, que no juegan en las ligas de élite del viejo continente sino en países conflictivos y desconocidos en el mundo de la redonda.

Ahí están los Viudez, Bertolo, Casco, Arsura, Domingo, Chiarini, Mayada, entre otros… desmenuzar cada caso sería cansador pero la incompetencia es tal que nadie sabe qué será de la vida estas contrataciones. Además de los juveniles que no refuerzan, salvo los casos esporádicos de Funes Mori, Kranevitter y Pezzella.

Inclusive, en los casos de Bertolo y Viudez, por el cual “Napoleón” Gallardo, insistió desde un comienzo y por más de un año, casi no tienen minutos en primera debido a muy flojas performances dentro del campo y no falta demasiado para que la gente les haga saber que esto no es Banfield ni el Kasimpasa turco.

Para que “River vuelva a ser River”, hay que adquirir jerarquía, así lo prometió el mandamás del elenco de Núñez. Y por el momento sólo la llegada de Saviola y “Lucho” González, que no funcionaron, y en el caso del delantero dejó el club en las últimas horas. Fue lo más cercano a lo exigimos los hinchas no los simpatizantes. Sin olvidarse de la novela Pablo Aimar, al cual quisieron obligarlo a firmar un contrato no estando apto para la práctica activa del fútbol.

El “Payasito” maduró en su paso por Europa y le puso los puntos a la dirigencia sabiendo que no iba a ser utilizado políticamente. Finalmente dejó el fútbol.

Los errores se multiplican y el simpatizante aplaude por la copas Sudamericana y Libertadores que se ganaron, una de ellas gracias a la colaboración de un delincuente que se creyó más vivo que el resto y lanzó gas pimienta sobre la humanidad de los jugadores.

Lo que se obtuvo ya está y no lo vamos a discutir, pero el más grande no puede regalar dos torneos domésticos, una semifinal de copa sudamericana, una supercopa local y una copa argentina por sufrir de “estrés” y de adquirir el excedente del mercado doméstico.

Ahora resulta que también le vienen mal los torneos de verano, cuando son parte de una etapa de la puesta a punto de la pretemporada.

Las excusas salen de la boca de D`Onofrio, no de los jugadores. Se cae por goleada con Boca en Mendoza y “se perdió un partido en la playa”. Vuelve a caer con el clásico rival dos veces por el torneo local, “nosotros ganamos el clásico más importante”. Eliminado de Sudamericana con Huracán, equipo que de manera extraña se quedó en primera, y al cual no se le pudo ganar ninguno de los cuatro partidos que disputó el pasado año,“estamos pensando en Japón”. Sin olvidarnos que la estadía por la “perla de Oriente”, de no ser por los más de 20 mil locos lindos que coparon Japón, el rendimiento del equipo fue catastrófico. Ganando por la mínima a un elenco local que venía de jugar cinco partidos en 20 días y sólo se ganó 1 a 0 después de un grosero error del arquero. Luego seguiría el Barcelona, queriendo cambiar ataque por ataque y con Viudez en cancha, como si fuera la reencarnación de la “Bruja” Berti, y sólo es un uruguayo que no tenía lugar en Turquía y por el cual nuestro “Napoleón”, luchó una y otra vez para tenerlo.

El equipo juega cada vez peor y en el año que pasó disputó tres…cuatro partidos de manera aceptable, ¿cuánto tiempo necesita Gallardo para encontrar el 11 titular? ¿Cuánto tiempo necesita el hincha para darse cuenta que todo esto es una puesta en escena que fue producto de la causalidad? Los pilares se fueron, el descarte llegó, y el futuro del más grande es cada vez más oscuro y turbulento.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com