Una pareja balcarceña felizmente casada hace más de siete años, recibió un golpe al corazón cuando la Justicia Provincial les quitó a Tiago, su hijo adoptivo que convivió con el matrimonio por más de un año, luego de estar internado en el hospital Materno Infantil por recibir continuos castigos por parte de la madre biológica.
Octavio Vignolo de 34 años y Verónica Balda de 33, dos jóvenes que viven en carne propia los desórdenes de un estado a la deriva, fueron “utilizados” de alguna manera por cuidar de una bebé de 1 año y medio, que había sido internado en el Hospital Materno Infantil ya que recibía continuos golpes por parte de su madre.
De manera desprolija y sin realizar los pasos legales correspondientes, Verónica afirmó que “la coordinadora en derechos del Niño de Villa Gesell que en ese momento estaba a cargo Andrea Guasch, le ofreció quedarse con él menor ya que no había en todo el distrito, ningún Hogar de Abrigo para acoger al niño”.
En ese sentido agregó que “en la entrevista que tuvimos con ella nos dijo que él bebe no tenía a nadie, su abuela era alcohólica y la familia era golpeadora”.
Acto seguido Verónica aclaró que “nosotros le dijimos que no estábamos anotados en el registro y nos contestó que era mejor, sino sospecharían como que habría sido una entrega. Que solo había que dejar pasar el tiempo y que nadie lo iba a reclamar”.
Pasaron cuatro meses y nadie se había comunicado con los padres adoptivos para conocer el estado del menor. Con respecto a ello Octavio Vignolo se preguntó: “¿cómo el estado puede desproteger tanto a los niños y los deja en manos de desconocidos? Nosotros sabemos que somos buenos padres pero el estado no nos conoce”.
Meses después de convivir con el niño en la vecina localidad de Balcarce, reciben un llamado del nuevo coordinador donde le confirman que Andrea Guasch había sido separada del cargo, desconociendo los motivos. Allí les argumentaron que se debían presentar en Villa Gesell porque se iba a iniciar una re vinculación con la abuela materna por determinación de la jueza de Dolores Verónica Polchowsky. La madre adoptiva del menor aclaró que “hablamos con la abuela de “Titi” y nos dijo que nunca reclamó por el chico, que la llamaron para que se haga cargo”.
La noticia fue muy dolorosa para el matrimonio ya que debió entregar al niño en manos de su abuela. “Para nuestro hijo fue terrible, todas las noches en la que se hacían los encuentros lloraba y no dormía, ya que nos decía ¨ahí no¨”.
Después de unos días la jueza decidió devolverle al menor a sus padres adoptivos por presuntos maltratos por parte de la anciana. Cuando todo parecía que el chico estaría en el lugar donde más se siente cómodo, junto a sus padres adoptivos. El martes pasado nuevamente una llamada complicó las cosas y la desprolijidad volvió a ser el epicentro de la cuestión.
“Recibimos otra llamada telefónica desde Villa Gesell por parte del servicio zonal diciendo que “Titi” iba a ser restituido al juzgado y además nos pusieron una restricción de 300 metros por espacio de 90 días. Además no sabemos con quién está ni como se encuentra”, sostuvo Vignolo.
Debido a esta última decisión por parte de la jueza, en las últimas horas se realizaron dos marchas una en la ciudad de Balcarce y otra en Dolores para reclamar por la devolución del menor.
El dolor es inmenso y la tristeza aun mayor para la pareja de jóvenes que aclararon: “nosotros no estamos preparados para que no vuelva más, esperamos que esto se revierta”.
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