Desde las cámaras empresarias aseguran que “no existe más”, que muchas empresas no reciben el beneficio del dólar exportador que mejora la cotización de la moneda con la que se liquida la producción de los barcos congeladores. Los gremios aseguran que la mayoría lo están cobrando y exigen su aplicación.
En el último acuerdo salarial celebrado entre CaPeCA y CAPIP con el SOMU no figuró la cláusula que hacía referencia a la cotización del “dólar pesca” o del “Programa de Incremento Exportador”. Aseguran desde el gremio que así se hizo porque ya había quedado establecido en el acta de 2023 que se cotizaría con ese diferencial hasta tanto el decreto que lo estableció estuviera vigente o se estableciera una prórroga. “No es que lo dimos de baja, sino que no era necesario incluirlo porque ya estaba establecido” asegura José Valderrama, de la comisión directiva del sindicato.
Por otra parte las cámaras empresarias aseguran que para la mayoría “no existe más el dólar pesca”, dado que la prórroga del decreto que otorgó una cotización diferenciada para incentivar las exportaciones se renovó en otros términos y no todas las empresas hacen uso de dicho beneficio, por lo tanto no puede aplicarse al acuerdo paritario de forma general, debiéndose ajustar al convenio colectivo de trabajo que toma el dólar oficial según la cotización del Banco Nación que, aseguran, es el utilizado por la mayoría de las empresas.
En su momento el dólar agro, dólar exportador o dólar pesca, aplicó una cotización de 300 pesos por dólar cuando el valor oficial era de 215 pesos. La brecha cambiaria era entonces del 40%; hoy es del 30%. La prórroga del decreto que estableció el dólar agro no hizo distinciones de actividad, pero estableció que se aplicaría en aquellas empresas que ingresaran las divisas en un 80% bajo el tipo de cambio oficial y 20% contado con liqui o dólar bolsa que tiene una cotización más alta.
A partir de la renovación del decreto, en diciembre pasado, aseguran desde las cámaras que muchas empresas comenzaron a liquidar con el valor del dólar Banco Nación por lo que no se encontrarían alcanzadas por el beneficio exportador; por lo tanto, no se podría aplicar de forma general en un acuerdo. Esto daría por terminada la discusión para las empresas, pero no lo entienden así desde los gremios de marinería.
Agustín de la Fuente, presidente de CAPIP, ha señalado que más allá de esta discusión puntual es necesario discutir el negocio, que se encuentra en una situación crítica: “El decreto se prorrogó de forma muy confusa, luego se devaluó y ya no existió más el dólar que era objeto y se terminó el dólar agro. Pero más allá de si corresponde o no, se puede tener todo tipo de pretensiones sindicales o comerciales sobre lo que quisiéramos que se pague el producto, el problema es que el negocio no da”.
“Todas las empresas están pagando con dólar Banco Nación, ninguna está teniendo un dólar diferencial; para no entrar en discusiones que no nos van a llevar a nada, lo mejor es invitar al Estado para que se abra la mesa para ordenar, la secretaría de Bioeconomía debiera intervenir, hoy no tenemos a nadie que busque acercar las partes. Estas discusiones nos alejan del problema de fondo, los costos para salir a pescar son muy altos, no hay mercado y el hecho de que se espere un año de buenos rendimientos coopera a la especulación en los compradores. Es necesario que nos sentemos todos a discutir el fondo del negocio, todos tienen que ser parte. Si no se dan cuenta de que este negocio puede terminar de romperse no es bueno para nadie. Quizás la instancia de negociaciones que se abre sirva para ordenar”, concluyó De la Fuente.
En el SOMU entienden que la situación de las empresas es la misma hoy que en julio de 2023 cuando entró en vigencia el decreto; por lo tanto el reclamo se mantiene y exigen que el ítem producción se liquide con el ajuste de dólar pesca que mejora la cotización oficial de esta moneda.
“Lo más importante de todo esto es que el marinero pesca, procesa y empaca un producto final que se exporta casi en su totalidad, así que es lógico que el que hace todo el trabajo sea alcanzado por la ayuda que le da el gobierno. Independientemente que la empresa exporte o cumpla los requisitos del decreto, no es tema nuestro, por eso es que se firmó en general con las cámaras pesqueras. Porque al final, como todos sabemos, las exportaciones pesqueras están monopolizadas y muchas veces son de los mismos capitales que tienen varias empresas pero exportan solo por una de ellas”, sostiene Valderrama.
El hecho de que en Mar del Plata las empresas Solimeno, Valastro y Moscuzza, agrupadas en CEPA, hayan aceptado liquidar conforme a lo establecido en el Decreto 194/23 «Programa Incremento Exportador” con sus sucesivas modificaciones, es un argumento de suficiente peso para que CAPeCA y CAPIP procedan de la misma manera, aseguran en el SOMU.
Este jueves, las partes deberán sentarse a la mesa para tratar de arribar a un acuerdo. Para entonces la temporada de langostino ya estará en marcha, porque los primeros datos de la prospección arrojan resultados excelentes. Es de esperar, por el bien de la industria y de los trabajadores que llevan meses sin embarcar, que se arribe a un acuerdo.
Revista PUERTO