“Abajo hay unas chicas que quieren conocerte”, le dijeron a Diego Maradona. Corría el mes de enero de 2011 y el astro se encontraba alojado en el Hotel Hermitage de la ciudad de Mar del Plata, adonde había viajado para participar del Indoor Show. Estaba de mal humor porque había ido a entrenar temprano y la cancha no estaba en condiciones, se había acercado mucha gente para saludarlo y había tenido que dar una conferencia de prensa que no estaba prevista. Así que ni siquiera quiso bajar al restaurante del lugar para cenar. Y sus colaboradores pensaron que, quizá, le vendría bien despejarse un rato.
Cuentan que Rocío Oliva había llegado hasta allí con una amiga y no tenía dónde alojarse. Según había explicado, estaba esperando que unos muchachos de seguridad que habían ido a acompañar al grupo Pimpinela, que acababa de brindar un show, desocuparan una de las habitaciones que tenían a su disposición y se la prestara para pasar la noche. Pero, entre tanto, se encontró con la posibilidad de ver a su ídolo y, siendo ella misma futbolista, no la quiso desaprovechar.
En aquel verano, Maradona se encontraba distanciado de Verónica Ojeda. Tras seis años de pareja, la relación se había desgastado y, aunque todavía no estaba dicha la última palabra, la ex profesora de educación física no había viajado a la costa con Diego. Tampoco había ido su hermano Fernando, quien por entonces colaboraba con él. Y el entorno del astro creía que lo mejor era que buscara nuevos horizontes sentimentales.
Tras intercambiar unas palabras con Rocío y su amiga en el pasillo del hotel, el jugador invitó a Oliva a continuar la velada en uno de los tantos cuartos que tenían reservados. Y ella aceptó. Después, la historia se condimentó con algunas pizcas de romanticismo y se dijo que Maradona la había visto entre una multitud y que el flechazo había sido fulminante. Pero la realidad es que, terminada su estadía en La Feliz, Diego volvió a los brazos de Ojeda.
Pasaron varios meses. Diego viajó a España por cuestiones personales. Y, como su relación con Verónica seguía transitando momentos difíciles, decidió prescindir de su compañía. Pero el frío invierno europeo lo hizo añorar el calor de una mujer. Así que llamó a sus colaboradores para pedirles que se contactaran con Rocío y la hicieran viajar a su encuentro.
“¡No tengo pasaporte!”, habría sido lo primero que dijo Oliva al recibir el llamado. Pero estaba dispuesta a aceptar la invitación de Maradona, así que gestionó un trámite express, recibió sus pasajes y partió dispuesta a comenzar una relación con el Diez. Pero el rumor de que Diego no estaba solo llegó a oídos de Verónica, quien decidió viajar de inmediato al viejo continente. Y Rocío fue enviada de nuevo a la Argentina. “Se cruzaron en el aire”, cuentan.
Pero lo cierto es que, a esa altura, la relación del jugador con Ojeda no daba para más. Y, cuando ella le anunció que estaba embarazada de Dieguito Fernando, él simplemente la dejó. Ahí reapareció Oliva. Y dicen que habría sido ella misma quien en febrero de 2013, días después del nacimiento del chiquito, lo habría animado a blanquear la relación haciéndole subir a sus redes sociales aquella foto en la que exhibía un cartel que decía: “Rocío te amo”.
Por entonces, Oliva tenía 22 años y Maradona, 52. Y esas tres décadas que los separaban no hacían más que potenciar los celos patológicos de Diego, que no dejaba de atormentarse con la simple idea de que la joven pudiera hablar con alguien más. Se obsesionó con su ex amigo Omar Suárez, dueño de Cocodrilo, seguro de que él había tenido alguna historia con ella. Y empezó a investigar a cada uno de los famosos a los que Rocío había conocido, generando múltiples discusiones.
Por otra parte, ya instalado en Dubai, Diego solía recibir costosos regalos por parte de los jeques árabes. “Le traían bandejas llenas de joyas y relojes por el valor de lo que salía un departamento”, contaban. Hasta que, un día, descubrió que le faltaban obsequios por más de 400 mil dólares. Y responsabilizó a Rocío por el hurto, lo que desembocó en la primera y más escandalosa separación de la pareja.
Maradona gastó una cifra similar a la que, supuestamente, le habían robado para que se investigara a Oliva. Finalmente, Interpol terminó librando una orden de captura contra ella. Y la joven, que volvía de cubrir el Mundial de Brasil para el ciclo “El diario de Mariana” que se emitía por ElTrece, terminó siendo demorada durante varias horas en el aeropuerto de Ezeiza en el mes de julio de 2014.
Como contrapartida, Rocío acusó a Diego de haber ejercido violencia de género contra ella. Y mostró en los medios las fotos de las marcas que le habrían dejado los golpes. También dio a conocer un video en el que, evidentemente alcoholizado, Maradona la agredía por estar mirando su teléfono celular. Pero la realidad es que la denuncia nunca fue radicada formalmente en la Justicia.
Así las cosas, después de volver a acercarse por un tiempo a Ojeda y presentar públicamente a su hijo en el programa “De Zurda”, que conducía junto a Víctor Hugo Morales por Telesur y la TV Pública, el astro se reconcilió con Oliva. Y no quiso seguir adelante con el pedido de prisión por el que tanto había bregado. Sin embargo, la relación nunca encontró la paz. Y las idas y vueltas siguieron.
En el año 2017, surgieron rumores de que Rocío había tenido un affaire con el futbolista de Boca Juniors, Ricardo Centurión. Y cuentan que Diego lo habría mandado a investigar a través de gente del club. De hecho, por esa fecha, ocurrió un incidente en un hotel de Madrid, en el que los huéspedes mandaron a llamar a la policía luego de escuchar discusiones y golpes en la habitación que el astro compartía con Oliva. Pero la separación definitiva recién llegó a fines del 2018.
¿Si Rocío se benefició económicamente tras la relación? Está claro que sí. La joven nació en un hogar humilde que se vio marcado por la tragedia. En el año 2003, cuando ella tenía apenas 13 años, su padre Juan José Oliva fue asesinado de dos balazos frente a sus ojos cuando intentó interceder en una discusión que se dio en medio de un cumpleaños infantil. Tiempo después, su madre, Mónica Isabel Islas, comenzó una relación con José Digno Valiente, con quien tuvo otro hijo, Luciano Ezequiel, por quien ella tiene debilidad. Así que, desde el primer minuto, Maradona se habría mostrado dispuesto a ayudar a su familia.
La primera adquisición de Diego en favor de sus parientes políticos habría sido la casa de Bella Vista en la que, actualmente, reside la madre de Rocío. En un primer momento, el astro la habría puesto a nombre de su hija Gianinna y le habría dado el usufructo por diez años a la familia de Oliva. Pero, tras la primera reconciliación, habría decidido escriturarla a favor de doña Mónica, para que ya nadie pudiera reclamársela. No obstante, hay quienes dicen que la mujer asegura que ella y su marido le habían pagado el inmueble al astro mediante un crédito hipotecario.
Maradona también habría ayudado a la madre de Rocío a cambiar su viejo auto usado por uno último modelo. Y les habría comprado a ella y a su marido un puesto de diarios muy bien ubicado, también en la localidad de Bella Vista, como para que ellos pudieran tener su propia fuente de ingresos. Por otra parte, Diego se habría hecho cargo de la manutención de la abuela paterna de Oliva, doña Chiche, quien murió a principios de 2018 y por la que la joven tenía adoración.
Diego, además, le habría regalado a Rocío la casa ubicada en el barrio privado Los Berros, de Bella Vista, en la que la joven reside en la actualidad. Y también le habría comprado la camioneta de alta gama con la que se mueve actualmente. Hasta hace un año, Oliva utilizaba un vehículo que figuraba como copropiedad de ella y de Maradona, pero tras la separación lo cambiaron por este que quedó a nombre de ella sola.
El astro también habría colaborado para que la joven pudiera montar su escuela de fútbol, Rocío Oliva Academy. Y le habría otorgado una extensión de su tarjeta de crédito con un alto límite de gastos, que había decidido dejar en su poder aún después de la ruptura para que ella pudiera mantener el mismo nivel de vida.
Asimismo, en los últimos días trascendió cuáles fueron las transferencias de dinero en efectivo que Maradona hizo en los últimos años a favor de Rocío. ¿Los montos? 150.000 dólares en enero de 2018, otros 150.000 en febrero de ese año, 130.000 dólares para su madre en junio, una cifra en pesos en septiembre de 2018 que equivaldría a 70.000 dólares para la joven y, en febrero de 2020, cuando ya estaban separados, 62.000 dólares más. Es decir que le donó más de medio millón de dólares.
Independientemente de eso, luego de terminar su convivencia con Maradona, Rocío decidió presentar una demanda pidiendo una compensación económica por los años en los que se dedicó, exclusivamente, a acompañar al astro. Y, aunque su abogada Ana Rosenfeld nunca habló de montos, se estima que el reclamo podría rondar los 6 millones de dólares. La causa, que continúa su curso, tras la muerte del ídolo recayó sobre sus herederos.
Estos números, obviamente, hicieron mucho ruido entre los hijos reconocidos de Diego, que por ahora son cinco: Dalma, Gianinna, Diego Junior, Jana y Dieguito Fernando. Sin embargo, la realidad es que la ley ampara a Rocío, ya que si bien no permite que alguien privilegie a uno de sus hijos por sobre los otros, si avala que una persona en vida pueda disponer de sus bienes como le plazca y hacer los regalos que desee a personas ajenas a su familia. Por lo tanto, a menos que se demuestre que Maradona hizo sus donaciones sin estar en pleno uso de sus facultades, nadie podría reclamarle nada a Oliva. Simplemente, porque el astro le dio lo que él quiso y estaba en todo su derecho a hacerlo.
Fuente: Infobae