En el marco de cuatro allanamientos realizados en las últimas horas en el barrio Centenario, uno de los integrantes de la banda denominada los “Doce Apóstoles”, Lucio Bricka, fue detenido por personal policial que contó con el apoyo del grupo Halcón, el reconocido malviviente era intensamente buscado por la justicia. Al mismo tiempo, en otro allanamiento, también aprehendieron a Jonathan Álvarez, otro peligroso delincuente con pedido de captura.
Lucio Bricka Puebla, uno de los llamados “Doce Apóstoles”, grupo de presos que protagonizó el sangriento motín en el penal de Sierra Chica durante la Semana Santa de 1996, fue detenido en una precaria vivienda ubicada en Malvinas al 3000, cuando sobre él pesaban dos pedidos de captura de un juzgado de Vicente López. Los mismos eran por robo calificado.
Por su parte y casi en simultáneo el Grupo especializado Halcón allanó otra morada en la calle San Lorenzo al 5900, allí aprehendieron a otro peligroso malviviente: Jonatan Álvarez, quien también era buscado intensamente por el personal policial. El hampón habitaba en el interior de una pequeña casilla, en donde los efectivos secuestraron un arma de fuego calibre 32 con sus municiones correspondientes.
Cabe destacar que en el caso de Bricka Puebla, cumplió su condena y salió en libertad en el año 2005. Por su parte Álvarez, poseía pedido de captura por un ilícito que cometió cuando era menor de edad y es muy probable que una sanción quede sin efecto. Así como también en este caso en particular, se formó una nueva causa por tenencia de arma de fuego.
Motín de Sierra Chica (Doce Apóstoles):
El motín de Sierra Chica fue un motín iniciado en la tarde del sábado 30 de marzo de 1996 en la Unidad Penal Nº 2 de Sierra Chica en el Partido de Olavarría, provincia de Buenos Aires por 13 presos que intentaban fugarse. Los amotinados se dirigieron hacia la entrada principal y cuando la guardia armada comenzó a disparar usaron como escudo a los guardiacárceles que habían apresado, algunos de los cuales resultaron heridos.
Al frustrarse su intento el grupo se replegó al interior del penal, tomó rehenes y atacó a integrantes de una banda rival, varios de los cuales fueron muertos, descuartizados e incinerados en el horno de la panadería. Posteriormente hubo versiones de que habían preparado comida con restos humanos. Recién al cabo de 8 días se entregaron y liberaron a los rehenes. Un juicio celebrado posteriormente impuso condenas a los participantes del que se considera uno de los motines más sangrientos en la historia penitenciaria del país.
Foto: archivo
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