La ausencia del ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Joaquín De La Torre y del senador provincial Lucas Fiorini, en el acto de balance de gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal, aumentó las sospechas de que ambos están ya desprendidos de Juntos Por el Cambio.
Habían llegado de la mano de la gobernadora a la coalición de gobierno, en el caso de Fiorini introducido por la ventana en la lista de senadores de la Quinta Sección Electoral, capitalizando espacios por los cuales no estaban militando ni trabajando ni comprometidos.
A tal punto que De La Torre impulsó el corte de boletas en partidos clave del conurbano bonaerense, que perjudicó a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, distribuyendo un tutorial e instructivo a cómo se debía instrumentar la operación. La “gestión” se provocó en el ámbito donde se logró el 81 % de la diferencia en votos que relegó a Mauricio Macri.
De La Torre, y Fiorini, (que ya provenían del duhaldismo, sciolismo y massismo) instigó en el gabinete provincial al adelantamiento, desdoblamiento y/o el Plan V) para desembarazarse de los condidatos de Juntos Por el Cambio a la presidencia de la Nación y a la gobernación de la Provincia de Buenos Aires.
De la Torre, en una clara señal de debilidad, salió públicamente a denunciar el incumplimiento de un pacto con el intendente electo Guillermo Montenegro, por el cual el concejal Alejandro Carrancio debería ocupar la presidencia del Concejo Deliberante de Mar del Plata, lo cual todavía no ha sido despejado por el diputado nacional.
Aunque la única ausencia del ministro de Gobierno en la foto de ayer en Vicente López, de Vidal junto a todo su gabinete, es una clara señal de ruptura, como la sobreactuación de De La Torre reclamando nada menos que la presidencia del HCD.
Aún se desconoce si Montenegro llenará algún casillero pendiente con Carrancio, en algún lugar del Departamento Ejecutivo, como parte del pacto que según De La Torre asumió el intendente electo Guillermo Montenegro.
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