La noche comenzó adversa desde el vamos. Con la congregación de autos y personas cerca del Congreso Nacional en Capital Federal (era la presentación de los nuevos parlamentarios), que produjo un traumático, obstaculizado y cansino traslado del plantel de Peñarol (debieron abandonar el colectivo y transportarse en taxis) hacia el gimnasio Eduardo Rotilli de Lanús. Por ende, debió comenzar a las 21.30 (estaba estipulado para las 21).
Misma situación (por lo compleja) se recapituló en el primer cuarto. El local, con un goleo repartido y efectivo (7/11 de cancha; 100% en dobles) se llevó 21-17 el período (llegó a sacar una diferencia de ocho), con Jammal Levy 8 y Terrell Taylor 4 (fuerte en el poste bajo), más el aporte de Lucas Victoriano con 3 asistencias.
El segundo cuarto fue una fantástica exhibición de Victoriano desde el perímetro. Con 5/8 en triples, hizo pesar su jerarquía ante la marca de Facundo Campazzo (quien en el primer cuarto había sido fundamental en defensa para acotar el margen). Por eso el Granate logró sacar la máxima en cancha (38-26). Peñarol, pese a que prevaleció en los rebotes (registraba 21; con 10 en ofensiva), terminó perdiendo 43-34 porque Lanús “tuvo juego” (11 asistencias del local, sobre apenas 3 del visitante).
El inicio del tercer cuarto fue trasgresor, a través de una fuerte discusión entre Sergio Hernández (le costó una falta técnica) y el juez Jorge Chávez. Porque (directa ó indirectamente) Peñarol se terminó beneficiando en el marcador, vaya casualidad que el Granate comenzó a cargarse sobremanera de faltas (Ruperto Herrera fue expulsado; mientras que Taylor, Levy, Fernando Calvi y Sebastián Acosta llegaron a 4). En medio de esto, el Milrayita tuvo un parcial favorable 10-3 y a falta de un minuto para el cierre se acercó a tres (Lanús ganaba 54-51). Michael Jones acaudaló su goleo a 13 puntos (6/7 en libres). Pero Victoriano seguía reluciendo con 5 puntos y la categoría de su técnica para transportar y pasar el balón.
El último cuarto tuvo de todo. Emoción, suspenso, juego brusco, incompetencia arbitral y varios expulsados en ambos equipos. Al inicio, los triples de Sebastián Rodríguez y Vega pusieron a Peñarol arriba en el score por primera vez en el juego (61-60). Y un encontronazo de Lucas Victoriano hacia el mismo juez, Chávez, lo terminó perjudicando con la expulsión directa del juego. Lanús ingresó en máxima tensión dentro y fuera de la cancha, ya sin la presencia de su jugador franquicia (Victoriano). Incluso el panorama se volcó aún más a favor para Peñarol, ya que tras los lanzamientos libres y la recomposición del balón se alejó 68-60. Pero se anegó y seleccionó malos tiros en los últimos minutos, Lanús con mucho coraje y valentía logró suplir las notorias ausencias (que se hicieron imperceptibles) de Victoriano, Malara, Acosta, Taylor (casi todo el equipo titular). Fernando Calvi se erigió como una importante figura al clavar un triple y no fallar en los libres de los 10 segundos finales con 4/4 (7/7 en el partido) para rubricar una victoria estoica del local.
Derrota más que preocupante para Peñarol. Que significó la tercera al hilo, donde el juego cada vez involuciona considerablemente, en el que ni las individualidades pueden sostenerlo y, por lo de anoche, tampoco existe el temple necesario. Justo a tres días para enfrentar a Quilmes en el Superclásico.
Síntesis:
Lanús _ 77
Lucas Victoriano (x) 22; Sebastián Acosta (x) 6; Fernando Malara (x) 5; Jamaal Levy 13 y Terrell Taylor (x) 8 [FI] Nicolás Laporvittola 9; Fernando Calvi 14; Diego Prego 0; Ruperto Herrera (x) 0 y Juan Catalano 0.
DT: Silvio Santander
Peñarol _ 76
Sebastián Rodríguez (x) 10; Michael Jones 13; Marcos Mata (x) 12; Leonardo Guitiérrez 13 y Martín Leiva (x) 6 [FI] Sebastián Vega 9; Alejandro Diez 5; Facundo Campazzo 5; Alejandro Reinick 1 y Raymundo Legaria (x) 2.
DT: Sergio Hernández
Parciales: 21-17/ 43-34/ 58-53.
Árbitros: Diego Rougier y Jorge Chávez.
Estadio: Eduardo Rotilli de Lanús.
Por Marcos Buenaventura
