Volantes promoviendo su visita a domicilio aparecieron en La Perla y barrios aledaños en los últimos días. Guillermo Montenegro luego de que fuera ubicado en un elenco de privilegio en la constelación del PRO, acelera su campaña hacia la pre candidatura dentro de CAMBIEMOS.
La mención que hizo la gobernadora María Eugenia Vidal, en la entrevista de Jorge Fontevecchia, en Canal Net del diario Perfil, elevó la figura del diputado nacional en el elenco que inició el equipo de trabajo que llevó a Macri a jefe de la Ciudad de Buenos Aires.
La disposición de recursos que tiene es inagotable y si guarda relación proporcional con la capitalización de los mismos, su perfomance apunta alto. Respaldado en el multimedios monopólico de la ciudad, con su cadena hotelera como base logística de campaña, la maquinaria oficial de gobernación bonaerense, el acompañamiento de miembros de gabinetes provincial y nacional, marketing telefónico, etc. multiplican su imagen para levantar su nivel de conocimiento.
El arranque de su instalación fue hacer conocer que era marplatense, condición no excluyente para ser intendente, pero que se empeñó en demostrar esa credencial. Sus mellizos, Martina y Simón, llegaron hace pocos días, en plena campaña y hubo esmero en explicar por qué no nacieron en Mar del Plata. Sonó a una complicación más a su polémica aspiración de suceder al actual intendente Carlos Arroyo.
Es que en corrillos de Comodoro Py (según Infobae) entre abogados, jueces y periodistas, Montenegro había alertado sobre la buena nueva de la llegada al mundo de sus mellizos. El adelanto del acontecimiento causó alguna sorpresa a los más desprevenidos. Y las mismas tuvieron su continuidad con un interrogante inevitable ¿Por qué no nacieron en Mar del Plata?
Qué lindo hubiera sido para aferrarse a una mayor empatía con sus conciudadanos, opinaban algunos, mientras que otros, especularon que haberlo hecho podría haber sido considerado como una mera utilización de los bebés como un acto de campaña. Y la política es así, mordaz. Jugado a la chance de la cobertura mediática monopólica, obliga a trances inesperados.
Para la sorpresa de quienes están al tanto de la evolución de su campaña, hay un dato que llamó la atención e hicieron titilar las luces amarillas de advertencia: a medida que aumenta su nivel de conocimiento también crece el porcentaje de desaprobación. La carrera recién empieza y hay que ver las pruebas de tanques llenos, por ahora son sólo alistamientos que esperan la bandera de largada. Es lo que hay.