LA COMEDIA ES PELIGROSA Y… EXTRAORDINARIA
Por Virginia Ceratto
(especial para Mdphoy)
Resulta formidable comprobar que hay teatristas (actores, músicos, bailarines, tramoyistas, escenógrafos, iluminadores…) y gestores, y vayan aplausos para los directores y encargados de la producción del Cervantes y el Auditorium, que entienden y ayudan a entender que la cultura no es exclusivamente algo, valga el juego de palabras, de culto, solo para pocos, únicamente para entendidos, y que lo popular no tiene por qué ser simplón, rústico.
En esta producción del Cervantes, inmejorable para celebrar su centenario, se comprueba que la cultura puede y es accesible a todos, sea público entrenado, avezado o no. Y que programar un éxito para la temporada no debe ser necesariamente, como muchas veces pasa, presentar algo ligero, a veces pobre… que tampoco está mal porque hay espectadores para todo. Y con pobre no me refiero a lo minimalista, sino a lo armado a las apuradas.
Actores impecables, músicos, telones y escenografía móviles, que remedan los del siglo XX, incluso los operísticos con una actualidad performática brillante, el vestuario exacto, inmejorable y una iluminación acorde, brindan ese juego mágico con un texto en verso absolutamente natural y diría, primoroso, en el que la risa surge en armonía con la reflexión que también se da en temas como el poder de la Iglesia, los gobernantes de turno, los prejuicios y la diferencia de clases. Y por supuesto, el ingenio en esa lucha de clases, aportado, claro está y desde la trama, por quienes deben asumir más que un rol para sobrevivir a los embustes y embates de quienes mandan. Si no fuera porque hubo ejemplos horrendos en la realidad hasta se diría… que se ocupen del futuro los artistas.
Desde la aparición del primer comediante en la escena, y su diálogo con esa especie de ángel arcabucero, y conforme se suma el resto de esa comparsa impecable, todo es formidable y la obra campea por varios géneros… comedia, vodevil, aquel arte de la legua que los jóvenes no conocen, seguramente, y todo sazonado con guiños actuales, como la lengua no binaria y hasta algún verso de una canción de Sandro. Como al pasar.
Como quien no quiere la cosa, pero la quiso, por fortuna. Bravo autor y director. E intérpretes. Todos.
Y como al pasar recordamos que aún hoy los latifundios muchas veces no son cedidos a quienes los necesitan sino que se sortean a la bartola y se pueden otorgar a quien ostenta el poder.
Ricachones, esclavos, artistas pobres, aduladores del poder -otra forma de servidumbre-, blancos, negros, mulatos, civiles, monjes, soldados… ¿cómo se percibirán? Héteros, gays, inter… diferentes en algo: la necesidad o la avaricia -como contrapuestos-, iguales en algo: como en el Don Pirulero… cada cual atiende su juego. Y lo hacen de manera estupenda.
Y estupenda también es esa mirada que solamente ridiculiza, sin escándalo, sin acusar, pero ridiculiza, los prejuicios, que ya, a estas horas y en este país con leyes igualitarias, no siempre seguidas por la mentalidad, que siempre va detrás, no tendrían que ser.
Como al pasar también, los jóvenes podrán ver, cómo se vestían y desvestían, en más de un sentido, aquellas figuras de la etapa monárquica en las colonias, detalles importantes que pasan de largo muchas veces, en las clases de Historia -y que vienen recuperando desde hace una década los fans de las cosplay-. Que no solamente de plataformas se vive. También hay despliegue en el teatro. Siempre lo hubo. Y aquí se vive, se siente. Se aplaude.
Un aparte…licencia de marplatense, placer reconocer, entre tanto talento, el de Mariano Mazzei, que hacía un tiempo no venía a esta costa.
“La comedia es peligrosa”, con un ritmo de la mejor relojería suiza, si la relojería es buena, claro. Que también tenemos joyitas que miden el tiempo de industria nacional.
Una producción ambiciosa que cumple su objetivo. No pretenciosa, ambiciosa. A lo grande. Y bien. Muy bien.
Sí, “La comedia es peligrosa”, escribían Cummings en inglés, y Panero en castellano… peligrosa… como el peligro (fantástico agrego yo) de vivir de nuevo.
Gracias. Gracias. Gracias.
Ficha técnica:
Libro de Gonzalo Demaría. Dirección de Ciro Zorzoli. Con Horacio Acosta, Facundo Aquinos, Paola Barrientos, Julián Cabrera, Julián Cardoso, Roberto Castro, Gaby Ferrero, Andrés Granier, Milva Leonardi, Javier Lorenzo, Tincho Lups, Sergio Mayorquin, Mariano Mazzei, Iván Moschner, Pablo Palavecino y Julián Rodríguez Rona. La colaboración artística es de Victoria Beheran, el entrenamiento en voz hablada de Verónica Grande, el de voz cantada de Ana Kantemiroff, el entrenamiento en percusión de Christian Covre, el entrenamiento corporal y movimiento de Celia Argüello Rena, la música de Marcelo Katz, el diseño de Iluminación de Eli Sirlin, el de vestuario de Julio Suárez y el de escenografía de Diego Siliano. Sala Piazzolla, de jueves a domingo a las 21:00.