TODO EN VANO
Por Virginia Ceratto
(especial para Mdphoy.com)
Escrito y dirigido por Flor Berthold y protagonizado por Joaquín Berthold, este unipersonal sobre las conocidas tribulaciones del artista Vincent van Gogh, que va en la sala grande de Espacio Chauvín, deja bastante que desear.
Un actor que la lidia en el escenario sin demasiada convicción. Anacronismos como los mocasines con suela de goma, o la recurrente mención al dólar -no a los florines de la época o, a lo sumo, al euro, si la puesta se ubicara definitivamente en el presente- y una escenografía proyectada -a cargo de Guillermo Berthold- que asume que el espectador no conoce ninguna obra y opera como réplica de lo que se cuenta, dejan bastante que desear. Como el detalle de sangre negra…
No están debidamente exploradas, sino presentadas, las cartas a su hermano ni la tortuosa relación con Gauguin.
Es evidente el esfuerzo familiar de la producción, y el esfuerzo del actor en escena, pero no alcanza. Una pena.