TEATRO Y MEMORIA
Por Virginia Ceratto
(especial para Mdphoy.com)
Bruno Bettelheim podría haber tomado esta biografía de la artista plástica Charlotte para su imprescindible obra “El corazón bien informado”, donde analiza desde una perspectiva antropológica los campos de concentración.
Lalo Alías nos acerca una visión emparentada con esa mirada en su “Charlotte”.
Sabemos acerca del Holocausto, sabemos lo Histórico y también hemos avistado esas vidas descartadas brutalmente si recordamos personajes, personas como Ana Frank o Walter Benjamin.
En esta puesta, que conjuga el teatro con la tecnología multimedia desde una estética contemporánea que incluso incluye un utilero que bien podría ser, a la vez, metáfora de la temporalidad, asistimos a la tragedia universal y a la subjetiva.
Y el gran tema es la Locura, desde su perspectiva histórica e individual, y sin romantizar.
La locura, la peste. La desgracia.
La Desgracia.
Implacable. Impiadosa. Injusta. Imposible de entender. Ni de aliviar.
Ni siquiera desde las obras que sí, están en un museo, ni siquiera desde el testimonio que sobrevive a pesar de lo ominoso. Porque nada se puede revertir al precio de unos euros para visitar, o rendir homenaje a Charlotte, en Ámsterdam, a poco de la buhardilla desde donde fue arrancada Ana Frank.
No sabemos cuál hubiera sido el destino de la artista de no haber sido judía. Porque sobre ella también pesó algo así como una maldición de estirpe. Pero… era judía. Y esta otra maldición pudo más que su fuerza.
Su obra podrá, y de hecho lo hace, perdurar. Su muerte sigue siendo imperdonable.
Y esta “Charlotte” lo cuenta.
Gracias.
Ficha técnica // Elenco: Pedro Benítez, Patricio Hidalgo, Rosita Pelaia, Sol Villarreal. Música original y diseño sonoro: Tomás Alías Ardanaz. Intérprete violín: Renzo Maximiliano Martínez. Escenografía: Juan Manuel Alías. Vestuario original y supervisión: Héctor Martiarena. Realización vestuario: Patricia García. Iluminación: Vanesa Gumiero y Lalo Alìas. Proyección: “Carpincho” López. Supervisión dramatúrgica: Marcelo Marán. Supervisión histórica: Sonia Bazán. Gráfica: Gabriela Meyer, Patricia Viglianchino. Coreografía: Patricio Hidalgo. Villancico en alemán: Celeste Sangiao. Voz en off y supervisión alemán: Mauro D’Ipólito Blancat. Voz en off francés: Silvia Ferraggine. Fotografìas: Marcelo Núñez. Duración de la obra: 80 minutos. Texto y dirección: Lalo Alías.