Por Mex Faliero
El título de esta crítica no es demasiado original, teniendo en cuenta la participación del grupo vocal Ma non troppo en el concurso televisivo Talento argentino, pero resalta dos condiciones que, muchas veces, suelen estar enfrentados: el “talento” con lo “marplatense”. Fruto del esfuerzo de más de una década y media, los “troppo” están cosechando ahora aquello que sembraron durante tanto tiempo. Sin embargo, lejos de la frivolidad televisiva -ahora seguro que se acercan aquellos que antes ni pasaban por la puerta-, el grupo se defiende en el teatro, sobre las tablas, con su nueva propuesta Dando la nota.
Hay algo que es evidente en este nuevo espectáculo (hoy es la última función de la temporada, a las 21 en la Sala Melany) y es el hecho de que han profundizado en su apuesta cómica, adentrándose en un territorio mucho más arriesgado y complejo. Y, lo hemos dicho, la comedia es el género más difícil de llevar adelante. Mucho más para un elenco tan variado como el que componen Marcela Arecha, Florencia Olivieri, Mona De Marco, Fabia Netto, Javier Pugliese, Pablo Rabinovich, Leo Rizzi, Daniel Antenucci y José Caldararo.
Si durante tantos años la música fue la protagonista absoluta, por más que hubiera algunos resquicios para el humor, con el anterior En grazia plena decidieron dar un paso adelante y apostar por la comicidad más desembozada. Organizado a la manera de sketches, aquel espectáculo homenajeaba a clásicos de Hugo Varela o Les Luthiers, a la par que se creaban algunas instancias de humor genuino. En Dando la nota, las cosas van un poco más allá.
Aplicando un concepto de espectáculo en la onda Les luthiers, los Ma non troppo vuelven con sus notables voces sobre la música de todos los tiempos, pero aquí se animan a construir pequeños pasos de comedia propios, como en los segmentos de Service de amor o aquel donde los invitan a hacer un leitmotiv musical para la publicidad de un improbable Alfajor Tehuelche. Si bien lo musical sigue estando presente, y es la base del sketch, hay un esfuerzo interpretativo y una búsqueda mayor a partir del trabajo con la puesta en escena.
Como decíamos, la comedia es un género difícil. Y por la naturaleza del grupo, no todos están dotados de la misma forma. Sin embargo, lo que en En grazia plena se hacía evidente, aquí luce más fluido: las piezas están puestas en función de que los más histriónicos sobresalgan (De Marco, Netto, Rabinovich, Rizzi y Caldararo), mientras que los demás se complementan adecuadamente aportando su toque, fundamental, en lo musical. Tal vez por eso aquel segmento en el que repasan la historia de la música occidental en menos de cinco minutos resulta uno de los más efectivos, además de perfilar otra virtud del grupo: bajar lo elevado y elevar lo popular, demostrando que pueden ser lo mismo la música de cámara, el tango, Elvis Presley o los Back street boys.
En todo caso Dando la nota puede no ser un espectáculo perfecto, pero se observa en él a un grupo de artistas reelaborando su propuesta y puliendo las formas habituales. Tal vez lo de “dar la nota” tenga que ver con que en el contexto de una ciudad que se achata, siguen para adelante y se adentran en nuevos territorios en vez de quedarse en la comodidad de lo aprendido. Dando la nota es un espectáculo de humor original, bien pensado, en el que sólo se deberían terminar de pulir algunas cuestiones vinculadas con los tiempos de la comicidad. Pero por este camino, Ma non troppo es un grupo con proyección, tanta como para que el talento marplatense pueda convertirse en talento argentino.