Cristina Kirchner no quiere que el acuerdo con el FMI se trate primero en el Senado. El jefe del bloque oficialista José Mayans le pidió a Alberto Fernández que lo envíe a Diputados, después que su compañero Edgardo Kueider, cercano al gobernador de Entre Ríos Gustavo Bordet, iniciara un operativo clamor en la Cámara alta para respaldar la negociación.
La secuencia encendió alarmas por una nueva tensión entre el binomio presidencial, cuando Cristina sigue sin expresarse sobre el anuncio de Martín Guzmán que provocó la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque de Diputados.
Ya para ese entonces, el presidente había decidido enviar el acuerdo al Senado para forzar a la vice a un respaldo que discipline a su tropa en Diputados. LPO informó en exclusiva hace 15 días que el representante ante el FMI Sergio Chodos fue visitar a Mayans para detallarle las negociaciones, pero no recibió garantías.
Ayer, el senador le sugirió que mudara las gestiones a la otra Cámara. “Es más conveniente que el debate se inicie en Diputados por las circunstancias y las visiones que hay con respecto al endeudamiento público. Hay disidencias sobre si el compromiso es sostenible”, reconoció, en una entrevista con El Destape.
“Necesitamos el detalle del acuerdo con el FMI, para saber en qué compromiso vamos a meter al país”, sostuvo Mayans. “Yo confío en el ministro, pero el pueblo nos votó como representantes para hacer las cosas bien. Muchos no tienen idea lo que le debemos al Fondo: son 20 veces el puente Rosario – Victoria. Cómo vamos a votar, lo definiremos cuando nos reunamos”.
Al igual que Máximo, Mayans, que habla a diario con Cristina, nunca se pronunció sobre la renegociación de Guzmán, que incluye una refinanciación de los 44 mil millones de dólares, con estrictas metas fiscales y monetarias, incumplibles para muchos senadores. No imaginan una reducción tan brusca del déficit fiscal y de la emisión monetaria, sin un ajuste imposible de soportar para una franja grande de la población.
El formoseño calcula que cerca de 10 de sus 35 senadores no están dispuestos a acompañar, una lista que incluye a camporistas y kirchneristas como Oscar Parrilli y Nora del Valle Giménez. Cristina, por ahora, les pide no opinar hasta no ver lo que firme Guzmán.
La ley está garantizada por el respaldo de la UCR, que tiene 18 senadores, pero el desafío del Gobierno es evitar una foto de división como la que Máximo le daría en Diputados, donde 30 de los 118 oficialistas se abstendrán. Con ese panorama, no será fácil garantizar otras leyes complementarias que puedan surgir, como el propio presupuesto de 2023.
Después de escuchar a Chodos, a Mayans le quedaron dudas que este lunes explicó. “El FMI tiene requerimientos para el Banco Central, sobre el déficit, pide la suba de tarifas y la elevación de las tasas, y hay que ver cómo impacta eso en la economía. Hay mucha esperanza en el crecimiento”.
El formoseño habló por la noche, luego de una jornada marcada por nuevos rumores de ruptura a partir de una nota matutina Kueider para respaldar el acuerdo con el FMI, una postura compartida por todos los emisarios de gobernadores.
“Independientemente de la irresponsabilidad de Macri por esa deuda, el costo de no pagar precisa entrar en default y entrar el default tiene un impacto mayor tanto desde lo económico como lo social”, dijo el entrerriano al programa de Eduardo Feinmann en Radio Mitre.
Pero sus declaraciones retomaron las versiones sobre una ruptura de bloque, que en los hechos fue evaluada ante de las elecciones del 14 de noviembre por Kueider, el riojano Ricardo Guerra, el salteño Sergio Leavy, el correntino Carlos Espínola y el jujeño Guillermo Snopek, entre otros.
Mayans logró frenar el quiebre en diciembre, con gestiones personales ante ministros y cargos en las principales comisiones, pero Kueider trajo el tema otra vez, en plena disputa por la negociación del FMI.
“Venimos charlando con los senadores en dar una discusión interna. No estamos hablando de una ruptura. Discutamos estos temas en el bloque. Discutamos la agenda legislativa. Hay muchos proyectos que cuesta llevar a las comisiones”, criticó.
Por la tarde, publicó un hilo de twitter para ratificar que no saca los pies del plato. “No estamos hablando de ruptura. Siempre bregué por la unidad del frente de todos que lidera Alberto”, señaló. Reiteró, eso sí, el reclamo a tratar en marzo leyes cajoneadas.
No fue el único en salir a aclarar: el salteño Leavy, tuvo que explicar que sigue siendo senador del Frente de Todos. Le prometieron, además, presidir la comisión de Defensa.
Fuentes del oficialismo no dudan en que Alberto está detrás de la presión para ablandar al bloque, porque sin un jefe de bloque que le responda, necesita voceros. En Diputados, el flamante jefe Germán Martínez se comprometió a mantenerlo informado de las adhesiones puertas adentro. En el Senado nadie le hace ese trabajo.
Kueider es uno de los senadores que habla por teléfono con el presidente, que gestionó su voto a favor de la ley del aborto. Bordet milita por el acuerdo desde que fue anunciado al igual que sus colegas, sin excepciones.
Tal es así que entre los pocos respaldos que tuvo Guzmán en la Cámara alta tras su anuncio del 28 de enero estuvo el de la santacruceña Ana María Ianni, referente de Alicia Kirchner y una de las senadoras del bloque de Cristina hasta 2019.
Pero Mayans, por ahora, no garantiza los votos. “Hay una deuda que es ilegítima e ilegal porque no ha pasado por el Congreso. Esa plata entró y salió del país. Todo el mundo tendrá que pagar la ineptitud y la impericia del Gobierno de Macri”.
“La Bicameral de Deuda está trabajando en ese tema: el informe del Banco Central ha sido categórico. Macri se metió en una usura para entregarle la plata a los bancos. El país está sin presupuesto y sin previsión”, se indignó.
Mauricio Cantando
La Política On Line
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