El asesinato fue denunciado por la esposa de Coria, de quien se hallaba separada, habiendo decidido ir a vivir a la casa de sus padres con su hija. Hacia ese domicilio se dirigió Coria y ultimó de una puñalada en el pecho a su hija. Los vecinos del lugar enterados de lo sucedido, intentaron hacer justicia por mano propia, pero la intervención de la policía bonaerense, logró ascenderlo a un patrullero y retirarlo del lugar.