En un contexto de suba de casos de coronavirus a nivel nacional, en especial en CABA y el conurbano bonaerense, Mar del Plata no es la excepción. Si bien el último parte municipal de General Pueyrredón registró 242 contagios, en la Sala de Situación de la provincia de Buenos Aires ingresaron 382 nuevas infecciones, que seguramente se informarán en el próximo reporte, aunque en una cifra un poco menor. A las 18 hs del 28 de diciembre, la web provincial totalizaba para el distrito desde el comienzo de la pandemia 30.438 casos, mientras que 24 horas después, se llegó a 30.820. Las diferencias continúan: el último informe municipal acumula 29.978, una brecha de 842 personas infectadas.
El escenario no puede ser peor. Al incremento de contagios en la ciudad, se suman los registrados en el AMBA, de cuya zona provienen miles de turistas que ingresarán a Mar del Plata en las próximas jornadas. Ante esta situación, el rebrote parece inevitable. Aunque las expectativas para la temporada, que hace un mes eran optimistas, mutaron con el correr de los días hacia un pesimismo moderado, al menos desde el punto de vista económico.
El encargado de un importante hotel sindical de una zona cercana al Paseo Aldrey le dijo a este medio que sólo tiene reservada 1 habitación para el 31 de diciembre. “No sé por qué abro. Para enero no tengo reservas”, asegura. Y cuenta que otros hoteles de 2 y 3 estrellas están atravesando situaciones similares: “Y hay algunos que directamente no van a abrir”, añade.
La ciudad está repleta de rumores sobre el futuro de la temporada. Todos descartan una medida drástica para enero, mucho más luego del duro invierno que se atravesó, pero nadie se anima a arriesgar lo que pueda llegar a ocurrir en febrero. Más que de los contagios, todo dependerá de la respuesta del sistema sanitario. De acuerdo al último parte, hay 21 camas covid de UTI ocupadas. Si bien es una cifra baja, lo cierto es que se duplicó en apenas 10 días. “Más temprano que tarde la suba de contagios impactará en la ocupación de camas”, advierte un reconocido médico.
Las autoridades locales están desbordadas. No esperaban esta situación a pocos días de una temporada tan incierta como necesaria. Como ocurrió durante todo este proceso, oscilan entre las declaraciones de rigor y el silencio. Por el lado de la provincia, amenazan con retroceder de fase. El problema es que la pandemia produjo una gran erosión en la credibilidad de la dirigencia.
La desinformación respecto a las vacunas ha hecho un gran aporte a la confusión general, además de prometer algo que en verdad aún no ocurrió ni ocurrirá en el corto plazo. Los titulares en los diarios que hacen referencia al “comienzo de la vacunación” son engañosos.
Recién se están aplicando 300.000 dosis de una vacuna que no solo no muestra documentación científica respaldatoria, sino que además necesita de dos dosis. Aún no se sabe cuándo llegará el resto. El proceso puede durar mínimo 6 meses. Mucha gente puede llegar a creer que la cura a la nueva enfermedad ya llegó. Nada más lejos de la realidad.
Pero la sociedad también tiene una cuota de responsabilidad en el rebrote. Cada vez son más las personas que no usan barbijo, las que hacen reuniones y fiestas clandestinas. La distancia social no se respeta, y a mucha gente parece no importarle.
El aumento de casos se viene advirtiendo hace 15 días. Una empleada jerárquica de un importante laboratorio privado le dijo a este medio que “están aumentando fuerte los hisopados y las consultas”. Las colas en los centros de salud se pueden apreciar todos los días.
Con 11.650 nuevos casos informados en todo el país, el rebrote se asimila ya a una realidad.
Pero el incremento de los contagios no es parejo. Mientras ciudades como Rosario, Córdoba o Mendoza vienen a la baja, no ocurre lo mismo, como se dijera, en la ciudad de Buenos Aires y en grandes partidos del conurbano. Tampoco en Mar del Plata, donde las cifras de casos casi se han triplicado en apenas 20 días.
En este escenario, se espera la llegada de turistas. Peor, imposible.
Pablo Portaluppi