Amado Boudou tiene una cita todos los martes en el juicio por el Caso Ciccone. Tiene la obligación de estar en la sede del Tribunal Oral Federal que lo juzga, en algunas situaciones específicas, pero como a todos los imputados le asiste el derecho a poder faltar a la mayoría de las audiencias.
A donde no podrá faltar Boudou es a la nueva indagatoria a la que fue citado, esta vez por el desmanejo que se hizo de los viáticos que cobró en ocasión de un viaje que realizó cuando era ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner.
El juez Ariel Lijo, que lo mandó a juicio por el Caso Ciccone y también lo investiga por enriquecimiento ilícito y el negociado entre la firma The Old Fund y la provincia de Formosa, lo citó a indagatoria el próximo 30 de octubre.
En la causa se investiga si Boudou cometió el delito de defraudación a la administración pública por haber presentado declaraciones juradas con datos falsos y comprobantes de pago falsos con la intención de quedarse con el dinero de los viáticos asignados.
Según la investigación judicial, en el Ministerio de Economía rindieron gastos que no se hicieron para quedarse con el dinero. Y las rendiciones se hicieron con facturas “truchas”.
Entre el 17 y el 21 de febrero de 2011, el ex vicepresidente viajó a París para asistir a un encuentro de ministros y presidentes de bancos centrales del G-20. Semanas después del viaje, el 12 de abril de 2011, presentó la rendición de gastos eventuales de aquel periplo francés.
La presentación la hizo Eduardo “Cachi” Romano que era su secretario privado. En aquella rendición presentaron una factura por alojamiento en el Hotel Bel Ami por la suma de 9.395 euros. Lijo preguntó a las autoridades del hotel por la factura: la desconocieron como propia, dijeron que era falsa. Desde el hotel informaron que tanto el número de las factura como el huésped (“Ministerio de Economía argentino“) y las fechas de estadía no concordaban con la información registrada en el sistema informático de la compañía.
La factura en cuestión lleva el número 83167 y se emitió por el alojamiento desde el 17 al 21 de febrero de 2011. Pero el falsificador hizo mal su tarea, fechó la factura el 21 de febrero de 2010, un año antes de que se realizara el viaje.
En esa misma rendición, Boudou-Romano presentaron una factura del intérprete Eduardo E. Kahane que había trabajado con la delegación argentina. El monto rendido fue de 3.300 euros, pero cuando desde la Justicia argentina le consultaron al intérprete admitió haber cobrado 1.900 euros y aportó sus recibos como prueba. La diferencia entre lo gastado y lo rendido es de 1.400 euros. Es decir que entre la factura del hotel y el “recargo” por los servicios del intérprete, Boudou-Romano se quedaron con algo más de diez mil euros.
Antes de que llegara Boudou, viajó hacia París y se alojó en el mismo hotel Guido Forcieri, quien por entonces era el jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Economía. En su rendición de viáticos, Forcieri presentó la factura por alojamiento en el mismo hotel Bel Ami por la suma de 6.943,23 euros.
Pero los investigadores hallaron un pequeño detalle que los hizo sospechar: Forcieri había presentado una factura con el mismo número –83167– que luego presentaron Boudou-Romano. Es decir que, según se determinó en la investigación, presentaron dos veces la falsificación de la misma factura para cobrar dos partidas diferentes de viáticos.
Forcieri rindió sus viáticos el 28 de febrero y dijo haber gastado por hotel 6.943,23 euros. Unas semanas después Boudou-Romano presentaron la misma factura pero por 9.365 euros.
El personal del Hotel Bel-Ami también desconoció haber expedido la factura presentada por Forcieri, en cambio informó que el ex funcionario se había alojado allí en otras ocasiones y se le habían emitido facturas con numeración diferente y valores distintos. Esa factura (por 883 euros) que el hotel admitió haber emitido a nombre de Forcieri por alojamiento en aquellos días de febrero de 2011 nunca fue presentada en la rendición de viáticos.
El 30 de octubre debe declarar Boudou. Su amigo Romano, que lo acompañó en su paso por el Senado de la Nación, se tendrá que presentar el 31 de octubre, en tanto que Forcieri lo debe hacer el 1 de noviembre.
Comparada con la maniobra del Caso Ciccone, la causa por los viáticos es significativamente menor. Pero demuestra cierta tendencia de Boudou y sus colaboradores a caminar siempre al filo de la legalidad. En este caso por un puñado de euros que se quedaron de los viáticos de un viaje oficial.
Infobae