Coronavirus: Nuevo bloqueo a Mar del Plata, otro cepo a su economía: insostenible

A través de la Resolución 358/2020, publicada en el Boletín Oficial de la Provincia de Buenos Aires el pasado 22 de junio, el Gobierno de Axel Kicillof formalizó el controvertido sistema de fases para el territorio bonaerense.

El punto principal del mismo es el plazo impuesto de 21 días sin registrarse casos autóctonos de coronavirus para que un distrito o partido pueda avanzar de fase.

Las mayores controversias radican en las etapas 4 y 5. Esta última permite la apertura de actividades que se encuentran vedadas en la anterior, como por ejemplo la gastronomía.

Pero la mayor sorpresa se dio en que de acuerdo a la resolución citada, aun en la última fase, seguirán prohibidas actividades fundamentales para el desarrollo económico de Mar del Plata: la principal, indudablemente, es la prohibición del turismo. Además, tampoco estarán permitidas las aperturas de cines, teatros, shoppings y gimnasios y afines, como natatorios, clubes y museos.

Esta impactante novedad aparece cuando el Municipio intenta lograr que la provincia exceptúe la actividad gastronómica, que permanece cerrada desde hace más de 90 días y que pone en serio peligro la continuidad de muchos locales y la consiguientes fuentes laborales de miles de empleados.

Actualmente, Mar del Plata se halla en Fase 4, ya que el último caso autóctono ocurrió el pasado viernes 12 de junio, lo que llevaría la cuenta a 11 días de los 21 previstos. Aunque el Jefe de Gabinete provincial, Carlos Blanco, toma como último registro el contagio de una médica proveniente de Bolivia detectada en un retén. Y además está el caso del joven de 23 años registrado anoche que ingresó a la ciudad desde Córdoba con documentación falsa.

Si bien Mar del Plata posee una foto inmejorable respecto al coronavirus, con apenas 1 caso activo y 44 en total desde el inicio de la pandemia, la falta de determinación del nexo epidemiológico de más de la mitad de aquellos casos, hace suponer que, aunque de baja intensidad, hay en la ciudad circulación comunitaria.

 Además, la baja cantidad de testeos no hace más que generar más interrogantes. Por caso, el último domingo apenas se hicieron 11 testeos. Una cifra muy baja para la enorme población del distrito.

El caprichoso sistema de fases establecido por la administración de Kicillof genera una alocada carrera por parte de los Intendentes de llegar a los 21 días,  desatendiendo tal vez los cuidados sanitarios.

Aparte de ello, el impacto económico devastador generado por la combinación de la cuarentena decretada por el Gobierno Nacional el último 19 de marzo, junto a la decisión del Intendente Guillermo Montenegro de “blindar” la ciudad, enrarece aún más la situación. Las presiones de todos los sectores que no pueden abrir sus puertas se hace cada vez más insostenible.

Resulta tan arbitrario el sistema de fases, que aún llegando a los 21 días, se puede retroceder en cuestión de horas: ¿qué pasaría si en el día 22, aparecen casos positivos de covid-19? Según la normativa, se debería volver a la fase 4. Tan absurdo como inviable.

La buena situación de Mar del Plata respecto a la nueva enfermedad no debe hacer perder de vista la bajísima cantidad de testeos que realiza el Municipio, amparada en el protocolo del Ministerio de Salud de la Nación que solo indica testear a las personas con síntomas, el bajo promedio de camas por habitantes que posee el sistema sanitario de la ciudad, y la falta de determinación del nexo epidemiológico.

Pablo Portaluppi