A más de dos años del inicio de la pandemia de coronavirus, hay estudios que certifican que quienes padecieron la enfermedad tienen un 60% más de chances de padecer enfermedades cardíacas. Sin embargo, un estudio sostiene que el avance en la vacunación contra el COVID-19 estaría reduciendo esa cifra.
“Hay una extensa bibliografía que ha demostrando que el incremento del uso de la vacunación en la población reduce tanto la morbi-mortalidad directa del virus como de sus consecuencias”, afirmó Pablo Lamelas, cardiólogo intervencionista del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
Y continuó: “Definitivamente, prevenir el COVID-19 o sus forma graves también reduce los efectos adversos más graves, como son la miocarditis o los eventos vasculares relacionados al coronavirus y refuerza la indicación de vacunación. No solamente para prevenir las consecuencias extra cardiovasculares, sino también las cardiovasculares”.
Y añadió: “Las vacunas son esenciales y son seguras. Nunca en la historia de la humanidad se probó una vacuna como ahora, pero no sabemos aún cuál será su influencia en los eventos cardiacos post COVID. Esas son preguntas que se van a resolver con el tiempo. Todos nos tenemos que vacunar y de eso no quedan dudas”.
Finalmente, Pablo Lamelas: “Estimamos que el daño cardiovascular poblacional debido a la postergación de los tratamiento y los controles ha causado más muertes y mortalidad que el daño directo del virus sobre el sistema cardiovascular. Debemos volver a la normalidad en términos de tratamientos, prevención y diagnóstico tanto para enfermedades cardiovasculares como para el resto de la salud, eso generará una mejoría en la población”.