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Cordón Frutihortícola en alerta: advierten que si no se toman medidas “sería la quiebra de todo el sector”

La incertidumbre económica que plantea el panorama electoral en Argentina ha irrumpido en todos los sectores de la sociedad. Entre ellos se encuentra uno de los espacios agrícolas más relevantes del país como el cordón frutihortícola de General Pueyrredón que supera los 20 mil puestos de trabajo y es uno de los principales proveedores del Mercado Central. A eso se suman los eventos climáticos adversos del último año llevaron a la pérdida de un 20% de suelo productivo y que una parte de la mano de obra decidiera abandonar el sector pero desde el Estado no han habido respuestas para sostener un sistema que produce alimentos para todo el país.

El estado de emergencia agropecuaria por la sequía en el que se incluyó a Mar del Plata en abril de este año continúa impactando en la realidad del sector debido a que todavía se ven las consecuencias de la cosecha pasada. La falta de articulación de obras y medidas por parte de gobierno para favorecer al desarrollo han obligado a que los mismos productores gestionen de forma privada esas soluciones para poder seguir trabajando.

En el verano la producción frutihortícola no se perdió, pero se regó y se gastaron muchísimos más insumos para salvar la producción que no tuvo mayor valor, sino que se mantuvo estable. Eso hizo que los productores que hoy estamos en la etapa de preparación y siembra, tengamos muchísimo menos capital para sembrar y lo que conlleva a reducir la capacidad de siembra.”, explicó Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación de Productores Frutihortícolas y afines de General Pueyrredón. En relación a esto, también remarcó que “endeudarnos en dólares con nuestras familias en riesgo económico y sembrar hace que tengas que sembrar menos, no hay una alternativa diferente, no podemos seguir endeudándonos porque sería la quiebra de todo el sector”.

Las medidas por parte del gobierno

Aunque desde la administración actual del estado nacional se lanzó un plan de créditos, la inestabilidad del cambio de moneda extranjera hace que se no se sepa que va a suceder con la producción de acá a fin de temporada. “La verdad que hubiera sido muy útil contar con una línea de financiamiento en pesos, donde uno podía saber cuánto podía endeudarse y saber con certeza lo que tenía que pagar. Hoy al hacerlo en dólares y gracias a las agronomías que siguen financiando al sistema productivo, hace que cuando llegue el fin de temporada ni siquiera sepamos si vamos a ganar o si vamos a perder porque no sabemos el valor que va a tener el dólar para pagar las deudas que tenemos”, consideró el referente del sector.

“Esto va a traer problemas recién en el verano. No estamos atendiendo el problema y no ha sucedido. El año pasado perdimos el 20% de superficie, y si esto sigue de esta manera no solo perderemos superficie sino la cantidad de personas que perdemos en la mano de obra y casi son irrecuperables. Es un trabajo de mucho riesgo de inversión y al momento de abandonar y dedicarse a otra cosa, esa persona ya no vuelve a ser productor frutihortícola”.

Velimirovich también apuntó contra la apertura de importaciones para “incetivar” la oferta interna. “El propio ministro de economía (Sergio Massa) anunció que se iba a empezar a quitar algún arancel a la importación de frutas y verduras cuando esto jamás en la historia de la Argentina tuvo que ser así salvo algún caso puntual de un producto tropical. En frutas y verduras, Argentina siempre se mantuvo y fue autosuficiente porque cuando no tiene Mar del Plata tiene Corrientes, Salta o Mendoza. Tenemos un suelo con diferentes climas que permite tener producción todo el año. La disminución de la producción hace que tengamos estos problemas y lo que queríamos evitar con estas alertas era que no perdiéramos cantidad de suelo productivo”.

Grupos familiares, migración y formación

Casi de manera obligada, la disminución en la capacidad productiva va “expulsando” del rubro a las familias o desintegrándolas. “Tenemos charlas permanentemente, hemos hecho cursos, tenemos muchos chicos hijos de productores estudiando, pero si uno tiene en cuenta la falta de rentabilidad en el sector y el riesgo que esto conlleva tiene que tratar de buscar un mejor futuro y esto hace que en muchas familias ni siquiera los padres deciden continuar con la producción. Como esto viene de grupos familiar, terminan desarmándose los grupos familiares, por eso estamos preocupados porque se habla mucho del arraigo rural, valorarlo y llega el momento en que no lo valoramos”, apuntaló.

“Nosotros tenemos un relevamiento de 1200 familias. Entre ellas hay empresas principalmente pequeñas y medianas. Esto hace que sea mucho más difícil la recuperación de capital y de sostenimiento en el tiempo. Por eso los chicos están estudiando carreras que los incentivamos a estudiar, carreras como Administración de empresas, marketing, buscando que sean dentro del mismo rubro pero que perfeccionen su producción hicieron que hoy no entiendan como trabajando tanto tiempo e invirtiendo tanto dinero no puedas recuperar la plata que invertís”.

Gastos “invisibles”

Para octubre del año pasado recibimos una granizada que fue muy complicada en la zona de Sierra y Laguna de los Padres, sectores donde hubo que volver a cambiar los techos porque se perforaron. En aquel momento un rollo de nylon valía 40 mil pesos y hoy vale 120 mil. Estos gastos que nadie tiene en cuenta hace que vos pierdas el capital para volver a sembrar. Por eso es tan necesario entender el sistema productivo y entender que los productores tienen que seguir trabajando, es su vida y no tienen otro oficio”.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es el estado de los caminos rurales. “Algunas cosas que discutía con funcionarios y que tienen que comprender es que los productos van en cajones embalados que en este caso salen por un camino, cuando llegan a la ruta ya están todos desordenados y cuando arriban al mercado tienen que volver a ser embalados para ser comercializados. Ese reembalado lo vuelve a pagar el productor. Hay una perdida extra por no tener caminos adecuados, y encima los camiones no quieren entrar a cargar a los campos porque los caminos están destruidos. Sumémosle a esto que en el cordón en todas las regiones los productores viven en el campo, entonces nosotros no podemos salir siquiera a hacer las compras, no tenemos micro, no tenemos remises, tenemos que salir si o si a hacer las compras y eso hace que la mayoría no quiera trabajar en ese sector. Es una situación de crisis muy importante, cuando estamos hablando de que no hay fuentes laborales y al mismo tiempo contamos que no hay mano de obra es una cosa muy extraña”.

Mantenimiento de canales y arroyos

Una de las consecuencias directas a la hora de pensar en las inclemencias climáticas es el desborde de los pequeños ríos que se encuentran aledaños a la zona productiva. “En 2017 hicimos el pedido formal para limpiar los arroyos y canales pero todavía no hay ni una sola maquina limpiando los canales y arroyos. No podemos seguir asistiendo a productores inundados cuando la solución está en limpiar el arroyo, la verdad hay poca respuesta en lo que hace a las necesidades urgentes. Estas situaciones no afectan solo al campo sino también inunda a las personas que viven y a los barrios que están en la periferia”.

A su vez, apuntó contra los funcionarios municipales. “Entiendo que no viven en el sector y por eso no lo notan, pero nosotros hemos demostrado en una obra que se hizo sobre el camino San Francisco que pagaron los propios productores con autorización de la provincia de Buenos Aires, que terminó siendo la solución y no se inundaron más. Si nos preguntan y se hacen los trabajos focalizados no hace falta hacer una inversión millonaria, sino focalizada, se podría mejorar sustancialmente esta situación. Viendo que se nos viene el agua, y viendo que se vienen los problemas hidráulicos, no entendemos como no se inician etapas para poder solucionar este problema”, concluyó.

 

 

 

 

 

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