Con el objetivo de “salir del mal momento económico tras el cambio de gestión”, la cooperativa Nuevo Amanecer informó que en las últimas semanas comenzó una mesa de trabajo a la espera de lograr algún tipo de ayuda que le permita retomar un nivel de producción de lácteos para hacer frente a las deudas y para la propia subsistencia de los trabajadores.
Ante el cambio de gestión y la asunción de una nueva comisión, la cooperativa de trabajo se encontró en una situación de crisis por las deudas que se habían contraído previamente con algunos proveedores, sumado a la incertidumbre en torno a la expropiación de los predios donde funciona actualmente en Mar del Plata y Tandil.
La presidente, Lorena Sarrini, confirmó que continúan las gestiones para sacar adelante a la empresa recuperada, para lo cual hasta el momento siguen a la espera de algún soporte económico que les permita reactivar completamente la producción: “Nos venimos sosteniendo solos en el día a día, es complicado porque no nos alcanza la plata que entra para pagar las obligaciones de todos los días”.
Hasta el momento, la producción en la empresa láctea continúa a partir del ingreso diario de entre 10.000 y 15.000 litros de leche por parte de los tambos, mientras en paralelo siguen haciendo frente a las deudas contraídas con anterioridad. Ese bajo nivel de producción les impide tener un buen pasar entre los 75 asociados que siguen trabajando en la cooperativa para lo cual necesitan, calculan, poder procesar 80.000 litros diarios.
En cuanto a esa entrega diaria de leche, indicó que hasta hace un tiempo venían pagando al día, incluso saldando progresivamente parte de la deuda que mantenían con los tamberos, pero en las últimas semanas volvieron a tener atrasos en los pagos.
“Al mismo tiempo nos ayudan, no nos dejan de entregar, apuestan a que van a cobrar la deuda y siguen trabajando con nosotros con buena predisposición. Tenemos la posibilidad de que nos entreguen más leche pero no sabemos si llegamos a pagarles. Necesitamos empezar a regularizar la paga a los tambos para que podamos volver a tener confianza y volver a trabajar con los 80.000 litros de leche diarios”, contó Sarrini.
Mientras esperan poder tener avances, Sarrini resaltó que una manera de colaborar con el presente de la cooperativa es la compra de productos en los únicos seis locales de venta directa que tiene la empresa.
Es que, si bien hay muchos locales que utilizan su marca, los únicos que pertenecen a la cooperativa de trabajo son los ubicados en Luro y San Juan, en la fábrica de Luro y Tierra del Fuego, en zona puerto en Peralta Ramos y Soler, en la zona de Libertad y Grecia, como también los dos de Tandil: en Yrigoyen 617 y Balbín 1136.
En ese camino de búsqueda de confianza y estabilidad, Sarrini confirmó que hace un mes y medio comenzó a funcionar una mesa de trabajo de la cual participan las principales autoridades del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) como Alexander Roig, como también el concejal de Tandil Nicolás Carrillo, el director nacional de Lechería, Arturo Videla, el director provincial de Acción Cooperativa, Santiago Iorio, productores tamberos de la Cuenca Mar y Sierras, el director provincial de cooperativas agropecuarias, Nicolás Bento y referentes de la Federación de Cooperativas (Fecofe).
También, destacó el acompañamiento y ayuda proporcionada por la directora de la Anses, Fernanda Raverta, el titular del INAES Mar del Plata, Facundo Villalba, del director nacional de Empresas Recuperadas, Eduardo “Vasco” Murúa y de Aldo Albarracín, de la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT).
“Es una mesa donde todos buscamos una solución para la cooperativa, hay muchos proyectos y trabajo. Es clave que personas importantes se junten a trabajar para sacar adelante esto. A su vez se hace cada día más difícil, porque cada parte maneja sus tiempos”, resaltó la presidente.
En paralelo, una de las cuestiones que a principio de año también se sumaron al presente de la cooperativa ante las demoras en la expropiación de los terrenos por parte de la Legislatura bonaerense fue la exigencia del pago de un canon por parte del síndico a cargo de la quiebra de la empresa: al respecto, destacó que desde marzo lograron acordar el no pago del mismo por la situación en la que se encontraban.