Recientemente La Red Nacional de Acción Ecologista de la Argentina (RENACE) ha difundido una carta enviada por Andrés E. Carrasco, Investigador del CONICET, a la directora de la misma organización, Dra. Marta Rovira, sobre la decisión de vetar una charla que iba a ser impartida por el investigador en la Feria del Libro 2010 de la ciudad autónoma de Buenos Aires.
En la carta el Investigador del CONICET y principal del Instituto Biología Celular y Neurociencias, perteneciente a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires exige una respuesta acerca de la decisión del CONICET para eliminar su presentación sobre los estudios del Glisofato.
El investigador, quien iba a presentar una charla sobre la investigación del efecto teratógeno del glifosato en el desarrollo embrionario mediada por la alteración de los niveles de acido retinoico, un conocido morfógeno conservado en el desarrollo de todos los vertebrados (incluyendo la especie humana, recuerda que la investigación estuvo rodeada de oposiciones de intereses privados y desataron juicios de valor desde sectores del gobierno.
Él considera que la decisión del CONICET de eliminar su presentación de la Feria no es más que un intento para bloquear su difusión pública. Para Carrasco se trata de un acto de censura y como declarase el mismo en su carta: “Bloqueo que lesiona la libertad académica al subordinarse a intereses ajenos a la ciencia y al mismo tiempo es un mensaje de disciplinamiento, para todos aquellos que intenten una crítica desde el sentido de la ciencia, a criterios y políticas instituidas desde poder económico y sus voceros”.
El profesor de la UBA insta a la Dra Rovira a explicar en que ámbito y que autoridades tomaron la decisión, si hubo presiones de cualquier naturaleza que obligara a la misma, las razones académicas, si las hubiere, para este veto y porque el CONICET autorizo la organización de las charlas del Instituto de Biología Celular y Neurociencias condicionándola a la eliminación de la charla en cuestión.
La investigación
El trabajo fue realizado con experimentos en los que se utilizaron dosis hasta 1.500 veces inferiores a las usadas por productores de soja para fumigar sus plantaciones, que ya cubren 18 millones de hectáreas en la Argentina.
El autor del estudio que advierte sobre el potencial tóxico para los humanos de los herbicidas con glifosato. Este componente principal de los herbicidas para la soja puede provocar trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales en las personas concluye Carrasco. A su vez, el informe afirma que concentraciones ínfimas de glifosato respecto de las usadas en agricultura, son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión e impulsan malformaciones celulares.
“Ya confirmamos las malformaciones. Ahora estamos avanzando en conocer cuál es el mecanismo de acción, es un paso más. Aparte, extenderemos los experimentos a otros modelos de desarrollo embriológico, como aves”, adelantó.
El estudio se hizo público y tras ello surgió una tensa polémica con las multinacionales encargadas de utilizar el químico para fabricar herbicidas que son comprados por los productores agropecuarios de toda la Argentina.
El investigador reconoció que el Conicet no suscribió su investigación, pero advirtió que no lo hizo porque él no se lo pidió y aclaró: el Consejo “no tiene responsabilidad sobre mis decisiones”.