En términos políticos la Nación y la Provincia se han preservado obsesivamente de ser los
portadores de las malas noticias. No es caprichoso que Mar del Plata y Pinamar aparezcan con nombre propio en el mapa de los 135 distritos bonaerenses.
Se hará más real que nunca que los intendentes son el primer mostrador de los vecinos, siempre son quejas por supuesto.
En conferencias y discursos en cadena nacional, inflige daños citar los balnearios top como malos ejemplos políticos bonaerenses. Es reasignar las obligaciones, dejar la épica del combate al coronavirus y pasar al relato que minimice las pérdidas, que ocasionó el hasta ahora exclusivo dominio del presidente de la Nación y los gobernadores provinciales, algunos de los cuales ya se despegaron como CABA, Córdoba y Mendoza.
Es una especialidad del kirchnerismo, una práctica hábil en el día a día, el cortoplacismo que sin embargo ubica al país entre los más
postergados del globo terráqueo y siguiendo empecinadamente los pasos de Nicolás Maduro en Venezuela.
La delegación de hecho de la Nación a la gobernación bonaerense, de implantar nuevas
restricciones es una transferencia automática a la Municipalidad de General Pueyrredon
que sentirá de lleno el impacto. Montenegro mano a mano con los vecinos y dependiendo de jurisdicciones extrañas, un combo letal.
Muy posiblemente, el intendente municipal sabía de antemano cuál sería la mentada
letra chica del mentado y demorado decreto, cuya instrumentación quedó en la órbita de La Plata donde acciona la botonera Axel Kicillof, quien aplicará como transferencia la cláusula automática para General Pueyrredon, un distrito político obsesivo para el kirchnerismo.
Que por el momento no se fijen nuevas restricciones, puede sólo ser cuestión de horas, las mediciones y estadísticas desfavorables fijan una tendencia cuando las cartas están echadas.
Hace muy pocos días el diputado provincial de Juntos Por el Cambio, Maximiliano Abad advirtió “Kicillof tiene una lógica de imponer”, que suena casi dramático, cuando ya le molestaron al gobernador las fotos de la prueba piloto de la Güemes peatonal, por la cantidad de gente que se observó en ese momento. Suena como acierto “A buenos entendedores pocas palabras bastan”.
“Kicillof instala “mini gobernaciones” en los distritos y le disputa el territorio a los intendentes.
Tiene el aval de Cristina Kirchner. Federico Thea está a la cabeza de la iniciativa que ya generó malestar en la Legislatura”, alertó LPO el último 24 de diciembre.
Sin ir más lejos, de movida, ya se insinuó que en este tren está en peligro el inicio de las clases presenciales.
Ergo los reclamos irán a parar, en el caso de Mar del Plata, a Yrigoyen 1627 y de paso relevan a Baradel de sus decisiones de militante político como gremialista docente. No olvidar tampoco el cierre del bar de Quintana y Alem con un extravagante y desmesurado operativo de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Siempre Mar del Plata, sus vecinos y contribuyentes salen mal en la foto.
Jorge Elías Gómez
jgomez@mdphoy.com