En el marco de un juicio abreviado realizado ante el Tribunal en lo Criminal Nº 1 de Dolores, el Dr. Carlos Colombo actuando como Juez unipersonal del mismo condenó a vecinos de Maipú involucrados en tres robos perpetrados en un local de venta de ropa de la localidad, a otro por recibir parte de la mercadería robada, y a uno de los anteriores y otro involucrado en amenazas y lesiones a un testigo.
El juicio abreviado había sido consensuado por el Fiscal Dr. Gustavo García, los respectivos defensores y con el consentimiento expreso de todos los procesados, en cuanto a la calificación del hecho endilgado y el estimado de la pena.
El Dr. Colombo según surge de su resolución consideró legal y plenamente probado, que: Hecho I: entre el 20 de agosto y las primeras horas del 11 de septiembre de 2010, al menos tres personas adultas (una de ellas mujer), ingresaron en tres oportunidades al comercio “La Dulce” ubicando en calle Rivadavia 502 de Maipú, y se apoderaron de diversas prendas de vestir, entre ellas camperas, pantalones de jeans de distintas marcas y modelos, buzos, remeras, zapatillas de distintas marcas y números, remeras de fútbol, ropa deportiva, todas nuevas y sin uso, que se encontraban exhibidas en el local para la venta.
La primera de esas veces los malvivientes accedieron al comercio sin ejercer fuerza ni violencia, ya que lo hicieron por la puerta principal que estaba sin llave. La segunda, cuando accedieron escalando los techos de un galpón, remover una claraboya y violentar una puerta, apoderándose de aproximadamente 100 pares de zapatillas, entre 70 y 80 jeans, buzos, etc.
Posteriormente se retiraron violentando una candado de una puerta de reja que da a un terreno que tiene salida por la calle Rivadavia.
Por ultimo, cuando reiteraron el ingreso al local por la claraboya ubicada en el techo del galpón, y una vez en el interior del comercio se apoderaron de una gran variedad de prendas de vestir y calzado, de un carrito de supermercado, y de tres bolsones de lona de grandes dimensiones.
El damnificado al efectuar la denuncia dijo que sospechaba de un joven de apellido Silva, a quien había contratado para que le pintara el frente del comercio, ya que sería la única persona que conocía las entradas y salidas de ese local, y quien tendría relación con una mujer con antecedentes penales que conocía como de apellido Nievas.
Poco después en Estación de Policía Comunal de Maipú, se recepcionó un llamado telefónico que daba cuenta que los autores del robo eran la mencionada Nievas y Silva, siendo este último quien había dejado abierta la puerta de ingreso al local el día del primer robo, indicando también el nombre de una mujer en cuya vivienda estaría lo sustraído.
Durante un procedimiento de la Policía Comunal de Maipú efectuado en calles de la ciudad se interceptó a Carmen Beatriz Nievas y a dos hijos de la mima, incautándoseles un bolso que contenía jeans nuevos, varios pares de zapatillas de distintas marcas, sweaters, y un cuaderno con anotaciones relacionadas con ropas y talles.
En un allanamiento practicado en el domicilio de esa mujer y con la presencia del damnificado se procedió al secuestro de una gran cantidad de prendas y zapatillas, las que fueron reconocidas como sustraídas del local comercial.
Un testimonio obrante en la causa indicó que la mencionada Nievas, un hijo suyo y Silva habían entrado a robar en tres oportunidades al mencionado local comercial, haber escuchado al último hablar con la mujer de los movimientos del comercio y de las cosas que se podían sacar. Haber observado cuando los nombrados ingresaban al domicilia en que habitan a altas horas de la madrugada con bolsones, y saber que parte de lo sustraído la mujer lo llevaba consigo a la calle para venderlo.
Personal policial de la Comunal que estaba de consigna frente al domicilio de la mujer sindicada como autora del robo, interceptó al mencionado Silva, quien tenía puesto dos pantalones jeans –uno encima del otro-, siendo uno de ellos de los sustraídos en el local de ropa.
Hecho II: con posterioridad a los hechos anteriores, una persona adulta pudiendo sospechar que provenían de uno o varios hechos ilícitos y con ánimo de lucro, recibió parte de la mercadería sustraída en el comercio “La Dulce”.
Hecho III: el 16 de mayo de 2011 en la intersección de Pellegrini y Ramos Mejía de esa misma localidad, dos personas interceptaron a un vecino, a quine luego de manifestarle que “lo iban a matar por buchón” lo agredieron a golpes de puño y patadas en el rostro, cuerpo y especialmente sobre la pierna derecha, provocándole una fractura.
La víctima reconoció a uno de los agresores como César Javier Nievas alias “Chingolo”, y agregó que luego se enteró que el otro era (Alejandro) Amigorena.
Un vecino que fue testigo de lo ocurrido, dijo haber visto cuando dos jóvenes increpaban y agredían verbalmente a un joven de muletas, como la discusión se tornó acalorada y cuando uno de los dos jóvenes agredía a éste último. Policías que intervinieron y aprehendieron a los agresores, agregaron haber encontrado a la victima muy golpeada y dolorida.
Por todo ello el Dr. Carlos Colombo resolvió condenar a Miguel Angel Silva, de 22 años, changarín, a la pena de “Tres años de prisión”; a Carmen Beatriz Nievas, de 41 años de edad, a la pena de “Tres años de prisión en suspenso”; a ambos como coautores del delito de “Hurto simple y robo agravado por escalamiento reiterado (dos hechos) en concurso real entre sí”. A Cesar Javier Nievas, de 24 años (hijo de la anterior), a la pena de “Cuatro años de prisión”, como coautor de los mismos delitos y del de Amenazas y Lesiones graves; a Ceferino Raúl Duarte, de 40 años, albañil, a “Un mes de prisión” como coautor responsable del delito de “Receptación sospechosa agravada por el animo de lucro”; y a Alejandro Alberto Amigorena, de 30 años, albañil, a la pena de “Dos años de prisión en suspenso” como coautor de los delitos de “Amenazas y Lesiones graves”.
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