Opinión

Con la manzana rodeada, se espera un verano caliente

A sólo 30 días de la renovación legislativa, todo está por resolverse. No hay señales de modificaciones, y muchas, demasiadas incógnitas de cara al futuro municipal. En el gabinete hay áreas que actúan por inercia y van detrás de los problemas. Embretado en un corset político, que le ha permitido transitar con pocos sobresaltos, el intendente Gustavo Pulti, como muchos gobernadores de provincia, están empeñados en mostrar gestión, tapar pozos, alumbrado público y obras de infraestructura, con fondos que los convierten en esclavos.

Se abrazó a este modelo, como una tabla de salvación, de la puerta hacia fuera, pero intramuros, los problemas son más graves. El mayor sin dudas, el de caja. Mariano Pérez Rojas, secretario de Hacienda, admitió que la recaudación propia debe aumentar un 20 %, lo cual infiere es que se está, como mínimo esa cantidad abajo como déficit del ejercicio que transcurre. Nada se hizo para revertir la bancarrota, en la cual Daniel Katz dejó inmerso al municipio. Como atenuante se traviesa una crisis mundial y meses de invierno con condiciones francamente adversas. Pero las luchas políticas se escinden de la razonabilidad y el sentido común, así lo hizo el intendente en su época de concejal opositor.

Todo comenzará a desentrañarse, cuando se eleve el presupuesto de 2010, que será resorte exclusivo del oficialismo, salvo negociaciones propias de algún intercambio de favores políticos. La gimnasia democrática hizo que Pulti, le abra la ventana a los dos próximos años de gobierno (tras los cuales intentará la reelección) con el beneficio de saber anticipadamente, que no tendrá obstáculos, en un hostil Concejo Deliberante, que estará dispuesto a contarle cada una de sus costillas.

La municipalidad está  prácticamente afuera, del esquema de precios de los proveedores más competitivos, hoy le compra a quien le fía, sin reparar en el mejor precio. El boomerang de la recolección de residuos, en algún momento terminará estallando, con la curiosidad que se sostiene un servicio que resulta impagable, sin que nadie atine a acotarlo.

Las comparaciones son odiosas, pero el contador Oscar Rodríguez, oportunamente bajó discrecionalmente todos los valores de contrataciones, hasta en un 30 %. Rodríguez (gobierno de Aprile) entendía que había sobreprecios (algunos escandalosos), y no se equivocó para nada, una herencia que dejaba Mario Roberto Russak y que comprometía ejercicios futuros. Como lo hizo en 2007 Daniel Katz con la masa salarial y el contrato de la 9 de Julio.

En la actualidad seguir atado a esos valores de contrato, es perder en la bajada todo lo que se ganó en la trepada. Personal y recolección absorben el 90 % de los ingresos, e increíblemente no se conoce la letra chica del reconocimiento de los servicios educativos, y si acompañarán par y paso, el tránsito de la inflación real, no de la “K”. Precisamente la falta de claridad de cómo fluirán los fondos que provienen de la Nación y la Provincia, demora la elevación del presupuesto 2010, que ya tendrá los brazos listos para aprobarlo.

Hay salidas, como transferencias de partidas afectadas, y la posibilidad de que las provincias emitan deudas para el pago de proveedores, a lo cual deberán adherir las comunas para pagar con bonos, la única forma de cumplir con un tesoro agotado. En la cola de la caja, hay dos personajes involucrados, uno de ellos de influencia excluyente para el intendente, y el restante es “El Hombre del Camión”, en obvia referencia al libro de Emilia Delfino, que detalla la historia sindical y política de Hugo Moyano.

Las convulsiones políticas, que hoy tienen como escenario las calles porteñas, tendrán su versión en las cercanías de las arenas calientes de nuestras playas. Esta caja de repercusión, que se usa interesadamente para el deporte y los espectáculos, también es utilizada para la política, para producir hechos que cobren magnitud nacional. La Ciudad Feliz se transforma en ese objetivo, en este caso con un agravante. Mar del Plata por varias razones indirectas será la elegida, más allá de su belleza natural. Hay un ambiente de crispación social y descontento, de difícil contención por su envergadura.

La inseguridad, los problemas sociales y los oportunistas políticos, no saldrán del contexto en el próximo enero. No habrá vacaciones para estas dificultades, definitivamente instaladas en la población. No debería excluirse la imperiosa necesidad, de dotar al balneario de mayor presencia de fuerzas de seguridad. Esta medida es resistida a ultranza, por los intendentes del conurbano bonaerense, que no quieren ni oír del desplazamiento de efectivos de sus asientos naturales. Reparan primero en sus costos políticos, y Scioli ni los persuade ni los domina políticamente.

Pulti observa con especial intranquilidad, la marcha del operativo clamor, para que Néstor Kirchner retome la conducción del PJ. Con su decisión del 9 de mayo, tras la catástrofe del millón de litros de agua que se perdieron, por el grifo que se olvidaron abierto en la Plaza Mitre, el intendente ató su carro a los vaivenes de la interna justicialista, y le sigue debiendo “reconocimientos a esta gente tan buena que tanto le ha dado a la ciudad”, así explicó su integración testimonial a las listas del FPV. Pulti ya decidió no quedar al margen en esta movida, sus movimientos están fríamente calculados, sin ser el Chapulín Colorado, sabe que un paso en falso puede significar la bolilla negra, ante semejante cuadro de dependencia.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

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