En la previa al partido se produjo la primera buena noticia para la selección argentina: Luis Scola, con un vendaje especial en su gemelo izquierdo, realizó la entrada en calor. El capitán estuvo disponible para el encuentro ante Canadá, lo que indica que la recuperación del interno fue fabulosa. Pero lo positivo duró apenas 1:38, ya que tuvo que salir y el primer parte indicó un posible desgarro en el gemelo interno derecho, el que tenía sano.
El arranque fue muy frenético, con un juego de posesiones cortas por ambos lados, pero Argentina se desempeñó de una manera más fluida en ese contexto. Tras 5 minutos, quienes más aprovecharon ese arranque fueron Deck (8 puntos), Campazzo (3) y Garino (2). La defensa nacional (Garino a la cabeza) fue muy intensa cuando Canadá jugó ofensivas estáticas y casi siempre la obligó a perder la bola o a tomar tiros incómodos. Los norteamericanos comenzaron con la misma cara de ayer en cuanto a la pobre generación de juego y Argentina aprovechó esta ventaja con 7 puntos seguidos de Garino. Las distancias eran considerables, tanto en el juego como en el marcador: los de Hernández finalizaron el primer período 25-16 arriba.
Otro punto favorable es que el tiro de tres puntos comenzó a entrar. A partir de éste, Redivo tomó confianza y anotó once puntos casi en fila (3 triples) en el inicio del segundo cuarto. Los locales ganaban 39-25, pero con el transcurso de los minutos empezaron a perder un poco de intensidad defensiva y a la hora de buscar el rebote. En tanto, Canadá siguió inconexo y se basó en sus individualidades para anotar (Hanlan y Rathan-Mayes sobre todo). Sin embargo, esa fórmula, les dio réditos a los de Roy Rana: con un gran pasaje de Nicholson, metieron un parcial 13-0 para ponerse a tiro (38-39 a falta de 1 minuto). No terminaron el primer tiempo en ventaja solo porque apareció Redivo y con un triple puso el 42-40.
El segundo tiempo tiempo no arrancó de la mejor manera para los de Hernández, pese a que saltó Scola a la cancha, ya que siguieron sin encontrar los caminos en ataque. Esto fue aprovechado por Canadá, que tras un parcial 4-0 empezó a comandar (44-42). En ese momento, tras 1:38 minutos de juego, Scola se fue directamente al vestuario (primer parte indicó un posible desgarro en el gemelo derecho). Parecían todas negativas, pero el equipo no perdió la concentración y hasta empezó a tomar mejor decisiones en el costado ofensivo. Una vez se pasó la mitad del período el desarrollo se hizo muy trabado, deslucido y hubo muchos errores de ejecución por ambos lados. Argentina se vio más afectada y jugó incómoda; por el contrario, Canadá cerró un poco mejor el tercer cuarto e ingresó al último 55-53 arriba en el marcador.
Un 5-0 en favor de Canadá estiró la ventaja canadiense 60-53. Pero Argentina reaccionó pronto, ayudada por el aliento del público: 4-0 para ponerse a una posesión de distancia. El juego se hizo muy físico, más que nunca y hubo algunos errores de manejo de Laprovittola en esa etapa decisiva, por lo que los norteamericanos se alejaron a nueve (66-57) y llegaron de incógnitas al plantel nacional.
Pero Argentina sacó a relucir su mejor dosis de carácter. Después de estar abajo por diez puntos, el seleccionado nacional empezó a ensayar una reacción frenética de la mano de tres pilares: Campazzo, Garino y Deck, cada uno con una intensidad fantástica, defendiendo, forzando errores en el rival y llegando a ajustar el margen a solo dos tantos (73-71) con 1m32s por jugar. En el medio de la remontada y cuando Argentina se animaba a más, pareció llegar un baldazo de agua fría con una bomba de Heslip, sin embargo Saiz se encargó de empatar el juego en 79 con tan solo 5s para el final y la selección forzó el suplementario a puro carácter.
El trabajo de Campazzo, con su verticalidad y sus constantes corajeadas de cara al aro, fueron los motores de Argentina en el suplementario. Es cierto que el partido no dio respiro, pero entre el cordobés, un descomunal Deck que elevó su brillante tarea en la prórroga y una defensa enorme, Argentina fue madurando el partido y se lo fue llevando, mucho más desde el carácter y el corazón que desde el juego en sí. Sobre todo con el cierre de Campazzo, que anotó 9 de sus 23 puntos en el suplementario y anotó el triple que definió el juego a diez segundos del final. Fue 92-86, en un triunfo a puro corazón para eliminar las aspiraciones de Canadá (afuera de la definición).
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