Unión de Mar del Plata comenzó su camino en la Reválida del Argentino “A” con una contundente victoria ante el último de su Zona, Rivadavia de Lincoln. El equipo de Gustavo Noto ganó 4-1, sumó su segundo triunfo consecutivo y le sacó 16 puntos de distancia a su rival en la lucha por esquivar el descenso.
En los primeros minutos, los marplatenses marcaron la diferencia y cuando el partido se ponía parejo, la visita se cansó después de un gran desgaste y ahí lo liquidó. Dos goles fueron de Wilson Albarracín y los restantes los marcaron Matías Zbrun y Nicolás Castro. El descuento lo marcó Juan Manuel Tolosa.
El “Celeste” comenzó el encuentro atacando, tuvo una primera opción que no pudo terminar con un remate al arco, pero en la siguiente un centro de Daniel Beguiristain fue al punto penal donde estaba Wilson Albarracín que cabeceó el balón y abrió la cuenta en la fría noche marplatense.
A partir de ese momento el equipo de Fabio Schiavi empezó a ganar el mediocampo porque doblegaban a Juan Alessandroni, el único encargado de la contención y cuando Unión tenía la pelota no encontraba la conexión con los delanteros. Cuando parecía que no pasaba nada demasiado importante y los visitantes estaban intentando el empate, apareció el segundo tanto.
Un contragolpe pergeñado por Joel Amoroso terminó con la habilitación para Nicolás Castro que definió cruzado ante Lucas De León para marcar la segunda diferencia. Una buena ventaja aprovechando las pocas oportunidades con las que contó y además, dándole la responsabilidad de salir a buscar el partido a los de Lincoln.
Sin embargo, la visita era inofensiva con el balón y el equipo de Gustavo Noto cada vez que tomaba la pelota tenía distintas opciones. Antes del final de la primera parte, Rivadavia pudo descontar con una jugada de Esteban Castaño que le permitió al delantero Tolosa vencer la resistencia de Pedroso.
Incluso el equipo de Schiavi fue por más y Nicolás Camerlickx tuvo el empate a los 38 minutos, pero falló en la definición y respiraron los locales. Rivadavia estaba creciendo en el juego y avanzando en el campo de la mano de un desequilibrante Visser que buscaba el sector derecho de la defensa local por donde estaban los principales problemas.
El complemento prometía tensión porque nada estaba definido. Los primeros minutos tuvieron a Rivadavia nuevamente dominando el balón, pero sin generar situaciones claras frente al arco marplatense. El “Celeste”, cuando tenía la oportunidad trataba de liquidar la noche de contragolpe, un esquema extraño para lo que habitualmente proponen locales y visitantes.
Noto debía acomodar algunas cosas, porque Visser y Tolosa complicaban con su velocidad, por eso mandó a la cancha a Janson para que se ubique como volante por izquierda en lugar de Beguiristain. El propio Janson generó peligro nuevamente en el partido con un remate lejano, de 40 metros que pasó muy cerca del arco.
No fue la única oportunidad con la que contó el equipo “celeste” porque lo tuvo también Matías Zbrun pero se enredó en el área y la pelota le quedó al goleador Albarracín que sencillamente le erró a la pelota cuando tenía el arco a merced para anotar el tercer gol marplatense.
Unión estaba mucho mejor y generaba situaciones constantemente hasta que el desnivel llegó con Matías Zbrun metiendo el balón al área donde aguardaba Wilson Albarracín. El delantero se colocó de la mejor manera y ensayó una chilena para marcar el tercero que tanto se había hecho esperar. Parecía que el partido estaba liquidado porque nuevamente el local tenía el control del balón con un terrible trabajo, una vez más, de Juan Alessandroni.
Como si fuera poco, unos pocos minutos después, Lucas De León se equivocó en la salida, se enredó con la pelota, recuperó el ingresado “Bibi” González y Matías Zbrun no perdonó. El delantero pretendido por Sportivo Belgrano puso el 4-1. Ya no había historia en el partido.
Unión consiguió una goleada importante para empezar su camino e hilvana el segundo triunfo consecutivo en el ciclo de Gustavo Noto pensando en abandonar definitivamente la idea del descenso y porque no, pensar en la posibilidad de pelear por lo contrario.
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