Joaquín Pereyra llegó a Atlético Tucumán en julio de 2021 luego de su paso por el fútbol de Portugal. El mediocampista siempre estuvo en consideración de todos los técnicos que pasaron por el Decano: su jerarquía y regularidad hicieron que desde hace mucho tiempo varios clubes siguieran de cerca su desempeño en el conjunto tucumano.
En los últimos días trascendió que Boca pretende quedarse con sus servicios y ya se contactó con el entorno del futbolista. El Xeneize no es el primer club grande que pone los ojos en el volante: anteriormente, River y Racing también mostraron su interés por el jugador.
La mejor versión de la Joya se vio en 2022, bajo la conducción de Lucas Pusineri, en aquel equipo que estuvo puntero de la Liga Profesional durante 13 fechas. El entrerriano también tuvo un rendimiento superlativo el año pasado, jugando en un gran nivel.
Pereyra nació en Paraná hace 25 años, llegó en 2015 a Rosario Central y debutó un año más tarde en la Primera del Canalla bajo la dirección técnica de Eduardo Coudet. En 2018 se consagró campeón de la Copa Argentina con Edgardo Bauza como entrenador. El volante también formó parte de la Selección Argentina Sub-20 que a principios del 2017 participó del Sudamericano de Ecuador.
Luego de su paso por el fútbol portugués, regresó a nuestro país para demostrar sus condiciones con la camiseta del Decano. Futbolista de buen pie, zurdo, elegante y de buena pegada. En Atlético Tucumán no sólo es el encargado de generar fútbol, sino que también maneja los tiempos del equipo, aporta sacrificio a la hora de recuperar el balón y es responsable de darle el equilibrio necesario al conjunto tucumano.
Además de sus cualidades técnicas y futbolísticas, Pereyra se destaca por su presencia permanente en el campo de juego. El zurdo se perdió pocos partidos desde que está en el Decano, jugó con todos los entrenadores y siempre estuvo a disposición de los diferentes cuerpos técnicos.
Uno de los aspectos a mejorar por el jugador, que puede actuar como doble cinco, volante por izquierda o enganche, es la falta de gol. El mediocampista participa en todas las jugadas ofensivas del equipo, pero le cuesta anotar. Está claro que Pereyra tiene condiciones necesarias para jugar en cualquier equipo grande y qué, acompañado por jugadores de jerarquía, puede potenciar sus cualidades.