Con el estilo simple y accesible que lo caracteriza, y su inconfundible acento cordobés, el científico argentino Gabriel Rabinovich es el flamante ganador del Premio Fundación Bunge y Born en la categoría Medicina Experimental, el mismo que recibió en 1965 el doctor Luis Federico Leloir, quien cinco años más tarde obtuviera el Premio Nobel.
Esta distinción científica es el máximo galardón a la ciencia y a la investigación de América Latina que otorga esta institución de manos de un jurado internacional desde hace 51 años.
Hace más de 20 años que Rabinovich no se queda quieto frente al estudio de proteínas y células tumorales que puedan conducir desde su especialización en inmunología y glicobiología a la cura del cáncer.
Rabinovich es investigador principal del CONICET en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, CONICET-FIBYME) y profesor visitante de la Universidad de Harvard.
Su hallazgo científico identificó la función de la proteína Galectina-1 que cumple un rol clave en los mecanismos inflamatorios, la regulación del sistema inmune y en patologías como cáncer y esclerosis múltiple. Así se han abierto nuevas posibilidades en el diseño de estrategias terapéuticas innovadoras, para alteraciones inflamatorias, inmunológicas y cáncer.
Este descubrimiento ya había recibido el reconocimiento de ser tapa de la prestigiosa revista de biología molecular Cell.
“Recibir este premio es un estímulo para seguir adelante, especialmente en el desarrollo de aplicaciones clínicas y médicas del trabajo de ciencia básica que hemos gestado durante los últimos años. Es un premio que no lo esperaba, así que fue una sorpresa enorme”, dijo Rabinovich sobre esa distinción.
Un camino tenaz
Sin duda, el doctor Gabriel Rabinovich es uno de los científicos argentinos de mayor prestigio internacional y un firme candidato a ser nominado para el Nobel en los próximos años.
Para esto hace tiempo que coloca todo su talento científico en comprender la lógica de las proteínas y qué es lo que tienen los tumores que les permiten evadir y contraatacar al sistema inmunológico.
En diálogo con Radio Mitre, hoy Rabinovich explicó: “Nuestro equipo ha investigado durante los últimos años cómo hacen los tumores, o qué estrategias tienen para llegar a hacer metástasis para poder generar vasos sanguíneos y para poder escaparse de la respuesta inmunológica. Esto empezó en el año 1992, cuando yo comenzaba como estudiante de inmunología y tenía 23, hoy ya tengo 45”.
El hallazgo
Los descubrimientos del grupo de científicos argentinos –hecho y financiado en la Argentina–liderados por Rabinovich identificó un mecanismo que permite tratar algunos tumores que hasta ahora eran resistentes a las terapias convencionales. El trabajo fue tapa de la revista científica Cell . Y sin duda cambia el paradigma de los tratamientos contra el cáncer.
El estudio científico argentino revela la naturaleza de uno de los mecanismos de resistencia tumoral de ciertos tipos de cáncer y cómo revertirla. Para entender el hallazgo es necesario comprender el proceso de desarrollo de un tumor.
Rabinovich lo explicó a Infobae: “Los tumores necesitan oxígeno para desarrollarse. El suministro de oxígeno y nutrientes a través de la sangre es fundamental para asegurar la viabilidad de cualquier tejido, pero es sumamente crítico para las celulas tumorales, que, debido a su alta tasa de reproducción y metabolismo, requieren cantidades extra de oxígeno. Así se produce la creación de vasos sanguíneos descontrolados y caóticos que potencian y fortalecen al tumor, permitiéndole llegar hasta la metástasis, al no responder a los tratamientos suministrados”.
Los tumores con “inteligencia fina” fabrican estrategias para sobrevivir y sortear así los tratamientos que buscan frenar la creación de nuevos vasos. Por eso son los más difíciles de tratar.
La clave reside en la relación entre dos proteínas: el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, por su sigla en inglés) y la Galectina -1 (Gal-1); esta última, el foco del trabajo de diversas investigaciones de Rabinovich y del IBYME.
Gabriel Rabinovich describe a Infobae con precisión el mecanismo del hallazgo: “En tumores sensibles a estos fármacos, el anticuerpo que captura al VEGF tiene efectos positivos. Pero en aquellos que son resistentes a estas drogas, al poco tiempo de administrarlas entra en escena un mecanismo compensatorio que dispara nuevamente la creación de vasos”.
Algunas de las preguntas sobre las que indagó a fondo la investigación científica argentina son: ¿Cómo se construyen los vasos sanguíneos? ¿Cómo sacarles oxígeno a los tumores para que no proliferen?
“Conocer este mecanismo permite volver sensibles tumores que hasta ahora eran refractarios. Lo que hemos podido determinar es que a los 4 o 5 días de administrar la terapia anti VEGF se detiene la creación de nuevos vasos y bajan los niveles de oxígeno”, agrega Rabinovich. Esto logra desinflar y debilitar al tumor.
Los trabajos e investigaciones de Rabinovich han permitido el desarrollo de diferentes patentes y el científico cordobés es uno de los que más patentes han logrado.
Rabinovich define a Gal-1 como un villano. Una proteína usada por los tumores para poder eliminar los linfocitos T, los glóbulos blancos, y para poder generar vasos sanguíneos que son los que les llevan oxígeno a los tumores para poder crecer muchísimo más y hacer metástasis.
El científico dijo a Mitre: “La idea de bloquear la Galectina 1 es utilizando un anticuerpo monoclonal que estamos en vías de patentarlo. Ya estamos discutiendo con diversos laboratorios de la industria farmacéutica para ver quién va a quedarse con la licencia”.
Lo interesante es que la Gal-1 va aumentando a medida que el tumor se vuelve más agresivo, lo que significa que es un marcador de agresividad.
“Después de que nosotros la detectamos por primera vez en 2004 en tumores de piel (melanoma), un grupo de Harvard lo vio en el linfoma Hodgkin, entonces nos ofreció una colaboración. Eso fue muy bueno porque viajamos todos estos años y ahora lo vimos también en sarcoma de Kaposi, un tumor que afecta a pacientes infectados de HIV en estadios tardíos; y recientemente en tumores de pulmón y páncreas. Es decir que en los tumores más agresivos la Galectina 1 está muy aumentada”.
Próximos pasos
Detalla Rabinovich a Infobae: “Lo primero es ‘humanizar’ lo que logramos que funcione en animales, para que no genere rechazo en los seres humanos. Para lograr esto, están avanzadas las conversaciones con un laboratorio para llegar a la etapa experimental en seres humanos”.
En la entrevista con Jorge Lanata y Magdalena Ruiz Guiñazú, Rabinovich puntualizó: “El cáncer puede ser una enfermedad crónica como la diabetes, y no mortal. Eso es lo que nosotros queremos que suceda. Creemos que el cáncer en unos 5 ó 6 años va a pasar a ser como la enfermedad de HIV, hoy no escuchamos que muera gente con los tratamientos existentes”.
Rabinovich fue elegido por un jurado presidido por el doctor Eduardo Arzt, director del Instituto Max Planck de Buenos Aires; y los doctores David Sabatini, de la Universidad de Nueva York, y Luis Barbeito, director del Instituto Pasteur de Montevideo, Juana María Pasquini, del Instituto de Química y Fisicoquímica Biológica IQUIFIB, y Ramón Latorre, director del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso.