Tanto oficialismo como oposición, a nivel nacional y provincial, buscan a contrarreloj introducir cambios en el sistema electoral, aplicables a partir de las elecciones legislativas del año 2025. La boleta única es una realidad, ahora el problema son las PASO.
En el Congreso de la Nación, el Gobierno nacional impulsa un proyecto para su eliminación. En la Legislatura provincial parece primar un consenso entre distintas fuerzas para avanzar en el mismo sentido. Incluso desde el oficialismo salió una propuesta para suspenderlas el año que viene.
En ese marco, surgió una tercera alternativa: reformarlas. Sebastián Galmarini, exsenador provincial y miembro del directorio del Banco Provincia, planteó un esquema de “Internas Abiertas Simultáneas y No Obligatorias”. Si, chau PASO, hola IASNO.
PASO versus IASNO: la letra chica
“Les propongo reemplazarlas por Internas Abiertas Simultáneas y No Obligatorias”, lanzó el dirigente, que es politólogo y estudia con atención los asuntos electorales. En el nuevo esquema, señaló Galmarini, “podrían votar afiliados a los partidos integrantes del frente, y no afiliados a los demás partidos”. De esa manera, explicó, se evita el efecto “invasión”: “que los votantes de un partido intervengan en la selección de candidatos del otro partido”.
Para Galmarini, las PASO “no han sido eficientes en el proceso de selección de candidatos de los partidos. No transformaron la representación partidaria, ni mejoraron la oferta de candidatos. Casi no se utilizaron para cargos nacionales o provinciales. Y casi ninguna primaria competitiva”.
En cambio, señaló, “funcionaron de válvula de escape a nivel municipal, provocando extensos procesos electorales nacionales y apatía electoral” ya que hubo “provincias y municipios donde se votó hasta 9 veces en un año”.
También reparó en el problema económico que significan, ya que, sostuvo, provocaron “un gran aumento del costo de campaña, y también afectaron la gestión de gobierno”.
Sin embargo, el problema que más preocupa a Galmarini es “el aumento del voto estratégico o útil” que describió como un “efecto de doble vuelta” que, dijo, “alimentó la polarización y el voto en contra de tal”. “En elecciones a dos vueltas, en la primera los electores eligen con elecciones corazón a su primera preferencia, mientras en la segunda con la cabeza, a su segunda o tercera preferencia. El menos malo”, una situación que se evitaría haciendo que la elección sea para afiliados y no de amplio espectro.