La discrecional aplicación de controles de la venta de bebidas alcohólicas, a comerciantes que se hallan comprendidos en los 200 metros de la Plaza Colón, centro de festejos de carnaval organizados por la Provincia, causó indignación entre los afectados, quienes habían previsto su stock para atender una demanda que aumenta en este especial feriado de carnaval.
El malestar se hizo más evidente cuando fueron notificados, sólo 24 horas antes de la aplicación de un riguroso operativo de control en esa zona. Prácticamente los obligaron a cerrar las puertas, por la extensión horaria de la medida, 14.00 a 22.30, lo cual no les permitiría recuperar la fuerte inversión realizada para la oportunidad.
También fue observada la caprichosa distancia de 200 metros, preguntándose ¿qué ocurriría en el metro 201?, por ejemplo. También llamó la atención, el apresuramiento, la urgencia y la improvisación en la cual se desenvolvió el operativo. Todo fue calificado como una imposición municipal, que partió desde la gobernación provincial. Si bien no se puede desconocer la existencia de una ley, el manejo apareció como un desmedido abuso de poder oficial, que no dejó instancias de defensa a quienes se sintieron perjudicados.
Carnaval es pueblo !!! con todo lo que chorearon en la temporada con los sobreprecios siderales que cobraron que se jodan .
Carnaval para tod@s !!!!!
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