Vencido el plazo de cobro de haberes de la primera quincena de agosto, sin haber percibido los mismos, el Sindicato de Trabajadores Camioneros, resolvió un paro con movilización hacia el palacio comunal, que interrumpió el tránsito por Avda. Luro e Hipólito Yrigoyen, causando serios problemas de circulación en toda la zona céntrica.
También la demanda se extendió a la falta de información sobre la nueva modalidad del servicio que incluye la colocación de contenedores, que según el sindicato podría reducir el número de trabajadores de la rama recolección.
Los reclamos no se limitarían a estos dos aspectos, sino que además existe otro factor como vencimiento del actual contrato, cuya prórroga no se ha efectivizado a pesar de que su vencimiento operó el último 8 de agosto.
Pero el combo viene completo dado que también está integrado por la diferencia que existe entre los precios que sostiene la municipalidad y los que reclama la empresa en concepto de actualización de los valores del servicio, una deuda multimillonaria que profundiza el conflicto y que se ha ido acumulando con el correr de los meses.
Además existe preocupación por la nueva metodología a aplicarse en una eventual prórroga, que cambia sustancialmente el costo de la hora/hombre, para dar lugar a mayor prestación mecánica, que según los trabajadores reducirán el plantel de empleados y operarios.
El pliego no ha llegado al Concejo para su tratamiento, y está muy lejos en consecuencia muy lejos de ser aprobado, en el primer año de prórroga del contrato, dado que se desconoce cuáles serán los parámetros del nuevo servicio, que sorpresivamente fue anunciado a través del diario La Capital, sin que nadie estuviera enterado de la modificación del sistema.
Surge con claridad que existe una improvisación total a cargo del Departamento Ejecutivo a través del ENOSUR, que no ha implementado la prórroga, no ha elevado los pliegos, no ha definido el costo con las modificaciones del servicio etc. etc.
En la política no hay casualidades, y por lo tanto no debiera sorprender al intendente Gustavo Pulti, encontrar esta bomba sobre su despacho en un delicado momento político, que puede arrastrarlo definitivamente a un desastre electoral el 27 de octubre. Los tiempos con la recolección de residuos siempre os manejó Hugo Moyano, tal es así que en el gabinete municipal se han desempeñado Héctor Martínez y Luis Martín paradójicamente como responsables de la Dirección de Higiene Urbana. Es decir el zorro dentro del gallinero, surgido del compromiso político de Pulti con Hugo Moyano.
Por ahora con mayoría propia Pulti intentaría forzar con sus votos todas las aprobaciones necesarias en el reciento, para superar la totalidad del problema, pero ya estaríamos hablando de una situación legal pero no legítima a 60 días de las elecciones y tras unas primarias que no han dejado bien posicionado al candidato oficilaista.
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