Alcanzados por una dinámica que los paraliza y los hunde en una crisis que los conduce inexorablemente a una paralización paulatina pero sin pausa, la renovación de la flota no encuentra la contrapartida necesaria.
La explotación del recurso que se encuentra en caída libre, sin que aparezcan atisbos de solución por el contrario: “Astillero Contessi botó un buque pesquero en medio de una crisis que amenaza el futuro de las industrias pesquera y naval”, dice La Opinión Austral.
La ausencia política en el acto no debería causar asombro, la onda es alinearse en masa al oficialismo que dicta las normas y puede significar la admisión o el destierro. Obvio que en un año electoral no sobran las convicciones y los valores. Allí radican el oportunismo y se cambian las casacas, este es el modelo que posterga a millones de argentinos a resultados inciertos. No todo lo que reluce es oro.
La política en temporada alta de verano se dedica a sus actos y a medir la asistencia a las playas, para medir efímeros éxitos en función de sus expectativas. Las industrias pesqueras y navales, que estimulan ingresos de divisas, crean fuentes de trabajo y dinamizan una cadena comercial imprescindible para la ciudad, no encuentran ni siquiera interlocutores válidos. Todo se reduce a que cierre la macroeconomía y los aspectos que la vinculan en los parámetros asociados a este clima de época político.
En un contexto de creciente incertidumbre y crisis sin precedentes para la flota fresquera de altura, el Astillero Naval Federico Contessi y Cía. S.A. llevó a cabo su botadura número 151 con la incorporación del buque pesquero Marlene del Carmen. Lejos de ser una celebración sin matices, el evento estuvo marcado por la preocupación y la inquietud de los actores del sector ante el crítico panorama económico que atraviesa la industria pesquera y naval.
En su discurso, Domingo Contessi, presidente del astillero, lanzó una fuerte advertencia: “La pesca argentina es una, pero no es toda igual. Y si bien la crisis afecta la rentabilidad de todos sus sectores, para algunos la situación ya es insostenible. La flota fresquera está al borde del colapso, con plantas procesadoras que cierran, barcos que operan a pérdida y una industria entera que lucha por sobrevivir”.
Domingo Contessi, presidente del astillero, manifestó su preocupación: “Mientras íbamos terminando los detalles de esta obra, nos comenzó a embargar una sensación de tristeza y melancolía. Desde 2017 en adelante, cada vez que desocupamos una grada, la ocupamos con una nueva quilla, un nuevo hijo, un nuevo sueño. En estos ocho años tuvimos momentos difíciles, pero a pesar de los problemas y los descalabros económicos, invertimos, duplicamos nuestra capacidad instalada y el empleo. Hoy la continuidad laboral se está poniendo en riesgo”.
En esa línea, advirtió que dentro de la flota pesquera argentina, “todavía queda por renovar el 50%” pero “el problema es que ninguno quiere comenzar un barco de altura en esta coyuntura, sabiendo que no tendrá capacidad de repago; para algunos sectores pesqueros, la situación ya es insostenible”.
El presidente del astillero destacó la botadura del “Marlene del Carmen” pero alertó que hay “mucho escepticismo a futuro” y cuestionó al Gobierno: “Se nos dijo que el Estado se ocuparía de la macro y que subsistirían aquellos que tuvieran una micro eficiente. Lamentablemente en la pesca, un sector fuertemente exportador, esto no se está cumpliendo. La microeconomía de cada empresa pesquera está condicionada por el Estado, porque los ingresos dependen de un tipo de cambio oficial manipulado, mientras que los costos están totalmente liberados”.
Contessi reclamó la necesidad del sector de “recuperar competitividad” y se sumó al pedido para incluir a la pesca dentro de la rebaja de retenciones, como así también repudió el reciente incremento de entre un 300 y un 500% del Derecho Único de Exportación, y la nueva tasa de asignación de las cuotas de merluza con “valores siderales”.
La ceremonia contó además con la presencia de representantes de cámaras empresariales, industriales y sindicatos del sector naval y pesquero, el vicegobernador de Chubut, Gustavo Menna y el secretario de pesca de esa provincia, Andrés Arbeleche, la diputada nacional María Cecilia Ibáñez, el diputado provincial Gustavo Pulti, autoridades del Área Naval Atlántica, Prefectura, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Anses, los astilleros Tandanor y Río Santiago, concejales y los decanos de las universidades UTN y Fasta, entre otros invitados.
Por su parte, el vicegobernador de Chubut, Gustavo Menna, pronunció unas breves palabras y compartió la descripción realizada por el responsable del astillero. Marcó además que “el equilibrio fiscal no se puede hacer a costa de la gente ni de la industria” y finalmente sostuvo: “Nos dicen que esta puede ser la última botadura en mucho tiempo; esperamos que eso se pueda revertir”.
Para completar la ceremonia, los armadores, la madrina de la embarcación (Karina Haydee Tascón) y las autoridades presentes se unieron en el momento cúlmine, cuando tras la cuenta regresiva desde el escenario se estrelló la tradicional botella de champagne contra el casco del “Marlene del Carmen”, antes de que este se haga por primera vez a la mar junto al deseo de “buena pesca” en cada una de sus mareas.