El dislate en torno a la implementación de la tarjeta SUBE en la Capital Federal y el conurbano del Gran Buenos Aires, ha provocado en los sectores de usuarios del transporte público de pasajeros una verdadera pesadilla.
Juan Pablo Schiavi el ex funcionario macrista, a cargo de la operación, es uno de los recién llegados a La Cámpora y no es precisamente felicidad, lo que ha despertado entre millones de usuarios, en su mayoría de condición humilde.
El Sistema Único de Boleto Electrónico es bancado por todos los argentinos. Si lo pagamos todos, como los subsidios, pero ahora entramos en la sintonía fina.
Pero a Schiavi, si fuera necesario, le podría enviar refuerzos el intendente Gustavo Pulti. A su ex secretario de Gobierno y actualmente en uso de la presidencia del Concejo Deliberante como oficialista vocero del multimedios La Capital.
Y que no suene a hueco, sino que Ciano fue quien propuso que las tarjetas del transporte público local, se recargaran en los quioscos de diarios y revistas de la ciudad, cuando los mismos por la escasez de venta y la inseguridad cierran poco después del mediodía, “no nos podemos hacer matar por $ 20.-” dicen los canillitas, cuando sólo venden diarios y revistas.
A alguien se le puede ocurrir que un canillita (cuando van al 50 % de la recaudación de lo que venden) puede arriesgar su vida por el mínimo por ciento de miles de pesos. Hay que tener un desconocimiento muy grande de la calle, o de haber jugado con tierra alguna vez en la vida. Así elige Pulti a sus hombres de confianza, que lo suceden en la grama de sucesión política.
Pero para más datos la propuesta de Ciano (ampliamente difundida por La Capital) no cayó en saco roto. Hubo un quiosco cuyo propietario apretado (si apretado) accedió a cargar las tarjetas de aproximación.
¿A qué no saben quién? Si, el mismo. El vendedor de diarios de la terminal de ómnibus que maneja Néstor Otero, precisamente el socio de Aldrey Iglesias. El empresario gastronómico, hotelero y de medios de difusión (nunca periodista) intentó presionar sobre el Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas, para que carguen tarjetas de aproximación.
Eso si cuando los pasajeros que viajan desde Mar del Plata o llegan a la ciudad, hay que caminar medio kilómetros para llegar a los andenes o poder acceder a un taxi. Así se maneja la ciudad que gobierna el intendente Pulti. A Ciano todavía no se le cayó una idea para evitar el traumático desplazamiento de ancianos, discapacitados motrices, embarazadas y niños de corta edad.
Estos son los mismos que después se quejan cuando dicen que Mar del Plata está hecha un desastre. Llámese Clarín, La Nación o cualquier crítico, que observe la realidad.