Lionel Messi parece haber pasado su momento de angustia más intensa y va tamizando su salida de Barcelona rodeado de afectos, sin apresurarse por viajar a Francia, donde decenas de aficionados de su aparente próximo destino, París Saint Germain (PSG), lo esperan desde ayer, mientras en la madrugada española de este martes el club catalán lanzó una última oferta para retenerlo, según medios locales.
La noticia surgida del programa “La Portería”, de beteve, da cuenta que a través de su CEO, Ferrán Reverter, los catalanes le lanzaron un postrero ofrecimiento a Messi, algo que ocurrió después de su discurso de despedida de este domingo que caló hondo en la directiva barcelonista conducida por Joan Laporta, que este lunes se trasladó de vacaciones a Ibiza, lo que también avivó versiones de un falso contacto.
Aunque algún dolor persiste evidentemente en ambas partes y la dirigencia “culé“, castigada por las palabras del rosarino de 34 años, intente salir lo mejor parada posible de este entuerto y le lance una oferta “a priori” con el “partido terminado“, para responderle a esa frase de Messi de ayer: “ofrecí bajarme el cincuenta por ciento de mi sueldo, pero es mentira que la directiva me pidiera más”.
Y todo esto alentado porque las especulaciones sobre su rápido salto del momento de la emotiva conferencia de despedida en Barcelona a la capital francesa se fueron cayendo una a una a medida que fueron transcurriendo las horas, ya que hasta se había asegurado en medios parisinos que este domingo por la noche ya iba a estar allí.
Posteriormente se advirtió que la llegada se iba a producir este lunes por la mañana para poder realizarse la revisión médica, luego firmar el pertinente contrato y este martes, justo día “10”, efectuarse la presentación a toda orquesta en la Torre Eiffel, tal como ocurriera con su amigo, el brasileño Neymar, en 2017.
Sin embargo nada de esto ocurrió y la jornada transcurrió con más versiones que hechos, mientras Messi pasó parte de su lunes en familia, en su residencia de Castelldefels, y compartiendo unos partidos de paddle junto con su amigo uruguayo, Luis Suárez, y el español Pepe Costa, quien lo acompaña a todos lados, inclusive cuando va a la Argentina a jugar por la selección.
Pepe Costa trabaja a órdenes de Barcelona con el particular cargo de “facilitador de gestiones de los futbolistas”, que no es otra cosa que acompañarlos a realizar todos aquellos trámites que por su exposición pública se les dificulta efectuar.
La demora en viajar de Messi tuvo que ver fundamentalmente con los detalles “técnicos” de su contrato con PSG, ya que desde la propia conducción del club manejado por capitales qataríes se dio a entender este lunes que el traslado de “Lío” a Francia se produciría “dentro de las próximas 72 horas”, aunque asegurando que el arreglo está hecho “en un ciento por ciento”.
Y esos aspectos a tener en cuenta tiene que ver, como para tener algún vínculo empático con Barcelona, en que PSG necesitaría desprenderse de masa salarial y para ello necesitaría prescindir de no menos de 10 futbolistas de segundo orden dentro de un plantel plagado de estrellas.
Inclusive hasta surgió inmediatamente el nombre de Mauro Icardi anotado en la fila de los que partirían, un tanto por su sueldo y otro porque nunca estuvo en la misma sintonía que Messi ya no desde que se cruzaron fugazmente en el seleccionado argentino, sino por un tema cada vez más antiguo de la relación del goleador con la modelo Wanda Nara, exesposa de Maximiliano López, quien acaba de dejar la actividad.
“Maxi” López es amigo de Javier Mascherano desde pequeño en las inferiores de River y por ello fue que Icardi hasta tuvo “vetado” su acceso a la selección argentina por varios antecesores a Lionel Scaloni.
El principal interesado en Icardi es el portugués José Mourinho para llevarlo a la Roma, pero atento al gran equipo que se está armando en PSG, el exatacante de Inter prefiere seguir peleando por un lugar en el equipo francés, aun cuando le cueste encontrar su lugar dentro de esa constelación de estrellas que van a alumbrar el cielo futbolístico parisino.
Una solución más sencilla para la conducción de PSG en esa liberación de masa salarial sería la de acceder a los requerimientos de Real Madrid y permitir que Kylian Mbappé se marche al club español, lo que le representaría un muy buen ingreso de euros, algo que en la entidad francesa no ven con tan malos ojos porque dentro de un año el delantero de 22 años finalizará su contrato y entonces se iría sin dejar un peso, como Messi del ‘Barsa’.
Sin embargo, su salida en este momento sería “políticamente incorrecta” y por otra parte Mbappé no quiere irse justamente ahora que estará rodeado por Messi, Neymar, Sergio Ramos, Ángel Di María y compañía, lo que lo convierte claramente en el candidato excluyente a quedarse con la próxima Champions League.
Inclusive en las últimas horas PSG también había apuntado sus cañones a la contratación del volante Paul Pogba, hoy en el Manchester United inglés, pero aunque la laxitud existente en Francia respecto del “fair play” financiero le permite hacer erogaciones que en otros países europeos, por caso España, serían imposibles de realizar, con la llegada de Messi esa posibilidad se desinfló en las últimas horas.
Este lunes se cumplieron 40 días exactos desde que Messi se convirtió en jugador libre y su último partido fue la final de la Copa América ante Brasil del pasado 10 de julio, un mes atrás.
Y así como están las cosas, su vuelta a la actividad oficial se producirá vistiendo nuevamente la camiseta argentina el 2 de septiembre por eliminatorias sudamericanas, donde afrontará una seguidilla importante de encuentros en apenas 10 días en los que disputará tres partidos, ya que se agregó a la ventana del mes próximo el encuentro pendiente de la quinta fecha ante Uruguay, como local, que se debió jugar en marzo.
Para ese retorno a la actividad de la selección nacional estará Scaloni dando la lista de convocados el próximo fin de semana. Quizá para entonces se conozca con certeza cual será el futuro de Messi. Todo parece indicar que volverá a vestirse de “azulgrana”, pero a una hora y media de vuelo de Barcelona, en la no menos romántica París. Aunque en Catalunya intenten que se siga poniendo su camiseta original.