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Como en 2019 cuando el Plan V (por María Eugenia Vidal) se ponía en marcha, para sacar de la cancha y evitar la candidatura del ex presidente, en funciones en ese entonces, Mauricio Macri, ya se vuelve a hablar del tema profundamente.
La idea ahora se reflota entre intendentes del PRO y kirchneristas, ya que les permitiría según los casos ir por sus respectivas reelecciones, sin estar atados a los efectos de una campaña para elección presidencial, que define otro tipo de estrategias electorales y puede complicar los armados en 135 municipios bonaerenses y aún en la propia CABA.
Quienes impulsaban en aquel febrero de 2019 a María Eugenia Vidal y postergaban a Mauricio Macri se reunieron en Chapadmalal, lugar al que llegó personalmente el ingeniero Macri para dar por terminada esa movida, que proponía a la gobernadora encabezando la fórmula de Cambiemos.
Fue en esa crucial instancia que terminó en noviembre de ese año, con el 41 % de los votos de Cambiemos con Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto ante Alberto Fernández y Cristina Kichner, elegidos como los actuales mandatarios hasta 2023.
En la actualidad con este esquema, los “perjudicados” serían no sólo Fernández y el albertismo, sino también Horacio Rodríguez Larreta, que cuenta con sus aliados en el territorio para su proyecto presidencial. “Muchas veces lo que le sirve a Cristina también le sirve a (Mauricio) Macri. Esta es una de esas veces”, ironizaba un dirigente Pro que conoce bien la trama de una idea que vuelve, así lo refleja Jaime Rosemberg en su columna en off que escribe para el diario La Nación.
Y agrega: “El tema, según coinciden en despachos oficialistas y opositores, está presente en “todas” las tertulias políticas, incluso fuera de los límites de la ciudad de La Plata. El viejo fantasma del desdoblamiento de las elecciones bonaerenses –algunos ya arriesgan la fecha, en abril próximo– recorre las usinas kirchneristas y de un sector de Juntos por el Cambio, ansiosos ambos por “asegurar” bancas, intendencias y eventualmente la gobernación, desentendiéndose del destino de los candidatos a presidente”.
Para señalar: “Extrañados porque el tema se viene manteniendo casi invisible en los medios de comunicación, y mientras el gobierno de Alberto Fernández se debate entre el demorado acuerdo con el FMI y la invasión rusa a Ucrania, de uno y otro lado del mostrador reconocen “contactos preliminares” en la Legislatura bonaerense, encargada de impulsar (o no) una reforma transitoria de la ley electoral que permita jugar las elecciones provinciales en una fecha distinta a la de la crucial elección presidencial de octubre de 2023.
Y continúa: “Hasta el ámbito legislativo llegan tanto los deseos de los intendentes de Pro y la UCR, ansiosos por retener el poder en los distritos donde gobiernan, como la certeza de que Máximo Kirchner, y por ende todo el sector del cristinismo duro que le responde, ya tomó la decisión de “refugiarse” en la provincia a partir de la presidencia del PJ y esperar desde allí tiempos políticos mejores”.
Para concluir en que “Les sirve a los mismos que modificaron la ley de reelección de los intendentes, de uno y otro lado, y además al kirchnerismo duro, que no quiere saber nada de seguir con Alberto hasta el cementerio”, graficó un dirigente radical que se enteró de las conversaciones, por ahora informales, destinadas a preparar una iniciativa que necesariamente deberá contar con el guiño de los principales referentes del oficialismo y la oposición.
En este esquema, los “perjudicados” serían no solo Fernández y el albertismo, sino también Horacio Rodríguez Larreta, que cuenta con sus aliados en el territorio para su proyecto presidencial. “Muchas veces lo que le sirve a Cristina también le sirve a (Mauricio) Macri. Esta es una de esas veces”, ironizaba un dirigente Pro que conoce bien la trama de una idea que vuelve”.
