El Ministro de Salud bonaerense afirmó esta mañana que “General Pueyrredón volvió a liderar por lejos el número de casos confirmados” de la provincia, incluso superando por varios días a La Matanza, “que tiene tres veces más de población”. Los datos duros parecen darle la razón: la Sala de Situación del Ministerio a su cargo registró en la jornada del lunes 14, con 166 casos positivos, pasando de 27.639 contabilizados a las 18 hs. del domingo a 27.805 a la misma hora del día siguiente. Y durante las últimas 24 horas, la cifra creció: el sistema detectó 184 contagios.
Sin embargo, el parte municipal reportó 128, lejos de los 166 que ingresaron a la web provincial. Por lo que continúa existiendo un gran desfasaje: mientras la administración de Axel Kicillof totaliza 27.989 casos, el Municipio registra 27.341, una diferencia de 648 positivos.
Esta situación se da en un contexto de freno en la baja de contagios en el AMBA, reconocida por los propios funcionarios nacionales, provinciales y porteños. “La estabilización es un cambio de tendencia”, aseguró el ministro de salud de la CABA, Fernán Quirós, una de las voces más sensatas que se han escuchado durante la pandemia. Y señaló que en la ciudad en los “los últimos 7 o 10 días dejó de descender” la curva de contagios y que “es necesario bajar el piso de 300 casos” que se registran diariamente de la Covid-19.
Lamentablemente, su par en Mar del Plata, Viviana Bernabei, a tono con lo que fueron las posturas confusas durante la pandemia del gobierno local, dijo que “los contagios en el distrito vienen bajando desde hace 12 semanas”, agregando que “hace dos meses comenzamos con un descenso paulatino que se viene sosteniendo”. Cabría hacer notar una contradicción en la funcionaria: 12 semanas son tres meses, y no dos.
La menor cantidad de contagios se produjo en la semana epidemiológica que concluyó el sábado pasado, cuando se registraron 605 contagios, apuntó la secretaria. “Para nosotros esto es una buena noticia”, indicó. Pero no aclaró que la semana pasada tuvo 2 feriados, donde tanto los laboratorios como el SISA tiene menos personal, por lo que se suelen cargar menos testeos. A juzgar por los casos de las últimas 48 horas, la ciudad ya lleva 350.
En contraposición a esta postura, el Ministro Gollán aseveró que “hay indicadores preocupantes”, en relación a la situación en AMBA. La suba de casos la adjudicó a un “relajamiento generalizado” de la población.
Pero también habría que incluir a los miembros de todos los gobiernos, que luego de un año para el olvido y de una crisis económica asfixiante, también comenzaron a priorizar otras cuestiones, en especial frente a la inminente temporada de verano. “No sólo los privados necesitan facturar”, le había dicho a este medio un dirigente local. “También el Estado”, agregó. Tampoco se puede dejar de soslayar el caótico funeral de Diego Maradona, los extraños “festejos” de los hinchas de River y Boca, y las diferentes marchas de los últimos días.
Inevitablemente, una suba de casos en el AMBA impactará de lleno en Mar del Plata. Aunque el titular de la Escuela de Medicina de la ciudad, Adrian Alasino, manifestó que se espera “un rebrote en marzo”, como ya se señalara desde este espacio, la eventual combinación de cuatro factores genera preocupación entre los profesionales y trabajadores de la salud de cara a la temporada estival con el coronavirus lejos de estar dominado.
La llegada masiva de turistas, el hartazgo y la desobediencia social que se hacen evidente desde hace meses a partir de la temprana aplicación de la cuarentena, la poca o nula propensión de las autoridades tanto municipales como provinciales a controlar, y los confusos mensajes acerca de las vacunas: “El escenario se presenta complicado. Están dadas todas las condiciones para un rebrote fuerte. Es lo que decimos en voz baja desde el sector de Salud”, avisaron.
A este respecto, el ministro de Salud bonaerense garantizó que se tomarán “medidas especiales” durante la temporada de verano en caso de que la situación epidemiológica de Mar del Plata y otros destinos de la Costa Atlántica se “desmadre” como consecuencia de la mayor actividad turística. “Esperamos que sea una temporada en la que podamos controlar cualquier tipo de exceso”.
“Si vemos que en el Partido de la Costa, en Mar del Plata, Miramar o en dónde sea – y esto está hablado con los intendentes – la situación llega a desmadrarse, tomaremos medidas especiales“, agregó el funcionario. En verdad, parece difícil que lo vayan a hacer. “No hay ningún plan B”, le cuenta a este medio un reconocido médico de la ciudad.
En otro orden, Gollán aseguró que “hace cinco o seis días estamos viendo que tenemos un aumento de la cantidad de casos. La foto es que se estanca la velocidad con la que venían cayendo los casos, y lo mismo sucede con las camas de terapia intensiva, la velocidad con la que venía cayendo la ocupación de camas en el AMBA también nos preocupa”.
Y concluyó: “Las llamadas al 148 nos preocupan también, el rebote es bastante significativo en los últimos diez días, hay que reforzar el mensaje de que no nos podemos relajar; si no cumplimos los protocolos”.
Pero no sólo debiera ser responsabilidad de los ciudadanos. En esta línea, merece destacarse lo sucedido en Europa durante la temporada estival, donde los medios afirmaban que “los llamamientos a la responsabilidad individual para frenar la progresión del coronavirus, con el cumplimiento generalizado de las medidas sanitarias de prevención, son necesarios pero insuficientes, porque no se puede dejar el control de la pandemia únicamente sobre los hombros de los ciudadanos”.
“La planificación de los posibles escenarios (también de los peores) y la preparación de planes de contingencia por parte de las administraciones y distintos servicios públicos es fundamental para que la enfermedad no se descontrole, como ya está ocurriendo en otras comunidades españolas.
También es importante que la población conozca cuál es la situación real, y que el gobierno comunique con transparencia los datos. Los intentos de maquillar la situación y mostrarla como si fuera mejor de lo que es en realidad no sirven de nada; al revés, perjudican y provocan que el mensaje que llega a la población no sea claro y esté distorsionado”. Un diagnóstico que perfectamente podría aplicarse en nuestras costas.
En otro orden, agregaban que “Estamos sufriendo las dramáticas consecuencias de la falta de una política sanitaria común frente al covid-19 en Europa, de la negativa inicial por parte del gobierno a exigir PCR en origen a los viajeros que quisieran volar al archipiélago y también del comportamiento irresponsable de muchos turistas y residentes que ignoran las más elementales medidas de protección sanitaria”.
A pocos días de la llegada masiva de turistas, la foto no es la mejor. Vale mencionar, por caso, que aunque el protocolo aprobado por Provincia indica que, por ejemplo, para el uso de las piletas en los balnearios se debe solicitar un turno de 20 minutos y el aforo no debe ser superior al 30% de su capacidad, en los hechos esto no está ocurriendo. “Es directamente incumplible”, aseguran desde un reconocido parador de la ciudad. También se pueden observar cervecerías atestadas de gente y cada vez menos barbijos.
Aunque los funcionarios hacen advertencias desde sus despachos, lo cierto es que luego de una prolongada aplicación de la cuarentena, el margen de acción es muy pequeño. Y mucho más sabiendo que la única vacuna que se vislumbra en el corto plazo en el país es la rusa, que aún no posee ningún tipo de aprobación oficial.
Una fuente inobjetable de un laboratorio privado, le confirmó a este medio que se verificaron más hisopados en los últimos días. Lo mismo dijeron desde un importante centro médico privado.
“La situación es preocupante”, afirma un ex funcionario de Salud. Tal vez se quedó corto.
Pablo Portaluppi