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Arroyo no falló en la comunicación: lo dejaron con tanques vacíos

El multimedios, radios, emisora de televisión y espacios en diversos programas, dejaron de recibir la pauta oficial de la municipalidad a partir de sus asunción. Además hay deudas de publicidad institucional que todavía no han sido canceladas y corresponden al ejercicio de 2015, obvio de la gestión anterior.

Arroyo tiene este gobierno, hizo lo que pudo en un contexto difícil, complicado por los intereses que pugnan sobre el agotado edificio de Yrigoyen 1627. Lo mismo con los asfaltos, el alumbrado público, los semáforos, los parques y paseos. Arroyo sufrió los rigores de un inesperado triunfo en 2015, en ese mismo octubre, antes de asumir le picaron el boleto.

Pero no fue sólo la oposición, sino las diferencias que existen en el seno del propio CAMBIEMOS. Sumó sus errores propios, designaciones fallidas, renuncias con serios problemas de gestión. La onda con la gobernación se fue extinguiendo hasta reducirse a contactos que no exceden lo formal. A Arroyo lo fueron a buscar, a golpear en su puerta, para convertirlo en el intendente más inesperado de la democracia.

Un partido vecinal, sin estructura ni logística propia, fue un bocado para las fauces de sus socios hambrientos que pelearon palmo a palmo por sus espacios. Quizás una manera de simplificar y justificar sus desaciertos, sea atribuir a los mismos una falta de comunicación. El PRO no ha asumido su inexistente relevancia en Mar del Plata. Su crecimiento es a costa de candidaturas, que fueron producto de una salida al kirchnerismo, esta es la foto.

CAMBIEMOS logró una conquista muy valiosa, llevándolo como candidato tras superar en las PASO  a la UCR, con Vilma Baragiola como candidata, un resultado que todavía está bajo análisis con miras al 2019. Arroyo no ha dejado filtrar que no irá por su reelección, salvo tirar candidatos propios por la ventana. No anunció su retiro y dejó de bruces aquellos pronósticos de culminación adelantada de su mandato.

Hasta llegó a pronunciarse por un deseo para el 2019, que la intendencia la gane un peronista. Es una verdadera máquina de instalar títulos, una agenda que todos los días dispara un hecho nuevo, que generalmente nadie comparte en forma pública. Lo rescató monseñor Mestre, el obispo se expresó: “No hay mala intención, sino desborde en la gestión”. Vidal y Carrió, juntas en el Costa Galana, también tiraron un salvavidas en un momento oportuno, dejaron en claro la transparencia, la decencia y la honestidad del gobierno municipal, aunque al intendente no lo querían tener cerca, en el pico de la campaña en el 2017.

Con ese derrotero las legislativas de hace sólo seis meses, lograron una de las más amplias ratificaciones en toda la provincia. Es UN bálsamo inapreciable para la vida de la coalición CAMBIEMOS. Arroyo se anotó cuando lo querían dejar afuera del festejo.

Si Macri y Carrió andan a los empujones como socios fundadores del espacio oficialista, por qué se acentúan las diferencias entre Vidal y Arroyo. Hay intereses en juego, pero también una lógica. El ritmo, el modo y la calidad de gestión, pero hay una gran diferencia, la provincia no tiene problemas de comunicación y la imagen positiva de María Eugenia supera al propio presidente de la Nación.

Daniel Scioli tuvo un exceso de comunicación, fue fatal, hoy a la luz de los acontecimientos, el ex gobernador debe camuflarse para andar por la calle y vive pendiente de los fallos judiciales que no traen buenas noticias para su futuro político. Arroyo no sólo ha tenido problemas de comunicación, sino que ha padecido la misma, como parte de la herencia.

Quizás en las mismas razones por las cuales todavía no se han aprobado el presupuesto y la fiscal impositiva 2018, radiquen en el mismo debe de su gobierno, donde no hay que achacarle todo a la falta de comunicación. Mar del Plata es Argentina. Y encima, CAMBIEMOS en Mar del Plata, es el tren fantasma.

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

Un comentario

  1. No reconocer que el territorio fue tierra de nadie seria obtuso.Quien acepto encabezar una formula lo sabia perfectamente por haber sido concejal y estar junto a otro del mismo grupo estudioso.En campaña mintió y se mintió él mismo prometiendo cosas que sabia no podría realizar solo. Las divergencias una vez gobierno entre los que asumieron es común y lógica. Esa divergencia es superada con dialogo, pero si una de las partes se considera DIOS es monologo, por lo tanto dejado de lado por quienes en conjunto tendrían que actuar. Suerte que los otros fueron inteligentes(o miraron su ombligo) y igual hicieron algo por la ciudad. El nuestro sigue siendo nefasto, y ligero de expresiones que en nada enorgullecen a la ciudad, pues ya esta los comentarios a nivel nacional.-Mar del Plata se jacto siempre de tener gobernantes que discutieron sus cosas aún muy feas puertas adentro, no es ciudad de conventillo. Es decir en cierta medida existió respeto político.-

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