El frenesí de la calle Florida, revitalizada por la vuelta parcial a las oficinas, poco tiene que ver en esta jornada con el clásico grito de “cambio, cambio” de los “arbolitos”. Los vendedores de dólar informal no quitan la vista de sus celulares -en comunicación con sus superiores que les pasan las puntas-, no cantan sus ofertas y, al acercarse un cliente, rechazan venderles dólar blue. Los corredores, sus jefes, les tienen prohibida la venta de divisas en estas horas de confusión.
La crisis institucional que atraviesa el gabinete de Alberto Fernández impuso una suerte de parálisis en la cotización del dólar blue. Los pocos que, por lo menos, ofertan un precio a los compradores tienen cotizaciones disociadas y algunas muy alejadas de lo que aparece en pizarra.
Según un relevamiento de LA NACION en la mañana de ayer, el blue se ofrecía a los peatones hasta $192, mientras que en su cotización figura en $186. Aunque está tan solo un peso por debajo del máximo del año, los corredores esperan que continúe subiendo y están a la espera de definiciones.
“Nadie quiere perder plata y menos con la poca venta que se venía registrando”, explica un “arbolito”. Las cuevas del microcentro porteño, ya en crisis por la falta de turismo, tienen escasez de dólares para vender y no quieren perder ningún margen de ganancia. Las renuncias masivas en el Gobierno generan incertidumbre, pero convencen a los que llevan tiempo en el rubro de que la tendencia es alcista.
Si bien el dólar blue acumuló $5 en las últimas tres jornadas, tras una baja de $4 el lunes luego de las elecciones, aseguran que está “pisado” por el shock que generó la reacción del Frente de Todos a los resultados de los comicios. La relativa estabilidad se debe a una falta de dólares para vender. “No hay billete que vender y por lo tanto no hay operaciones, menos con esta inestabilidad”, admitió un economista.
En las casas de cambio las consultas llegan de a decenas. También crecen los mensajes de whatsapp de los vendedores informales que se reconvirtieron durante la pandemia para hacer “delivery” de dólares. La costumbre parece haber llegado para quedarse y los teléfonos de los repartidores “estallan”, según describió uno de ellos, de preguntas. Muchas dudas, pocas operaciones.
A pesar de la naturalizada reacción del ahorrista de buscar resguardar valor en la moneda estadounidense, las compras son improbables. “¿Con qué pesos?”, ironizó un vendedor ante la consulta de LA NACION. “La gente quiere comprar, pero no tiene con qué. No tienen qué cambiar”, explica.
Ante las complicaciones para comprar dólares por todos los medios, el cliente avanza con la compra de otras monedas más estables que el peso argentino. “No podemos realizar las operaciones por el cepo, solo moneda limítrofe. Hay mucha gente que igual la prefiere, les vendemos reales, pesos uruguayos, cualquier otra moneda es válida. Hay incertidumbre, nadie pensaba que iba a perder así el kirchnerismo, lo mejor que nos pudo pasar a nosotros los cambistas”, expresó una casa de cambio regulada por el Banco Central (BCRA) de la ciudad de Buenos Aires a Melisa Reinhold, de LA NACION.
Casi no hay operaciones informales en un desconcierto expectante de que se empiecen a tomar decisiones en el poder ejecutivo.
En la pizarra, el dólar blue queda a $ 9 de diferencia de la cotización máxima histórica, en octubre de 2020 ($195). El dólar ahorro se vende a $171,15 promedio ($13 más barato que el informal), cotización que tiene una recarga del 30% por el impuesto PAIS y del 35% a cuenta de Ganancias. Por otro lado, el dólar oficial mayorista se vende a $98,33 (+0,1), y en consecuencia tiene una brecha con el dólar blue cercana al 90%. El dólar oficial minorista se ofrece a $103,73, según los datos que recopila diariamente el Banco Central (BCRA).