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Alvarado y un error que le costó dos puntos

Ante un equipo que casi no lo inquietó durante todo el partido, y cuando estaba todo controlado con la ventaja, una acción desafortunada de Francisco Rago en un campo de juego mojado, terminó costando caro y Alvarado igualó 1 a 1 ante Villa Mitre de Bahía Blanca, en el José María Minella, por la tercera fecha de la Zona 1 del Torneo Federal A.
Sin brillar, la superioridad había sido clara en la etapa inicial, con un equipo protagonista, con buenas intenciones, buscando permanentemente el arco rival con la pelota al ras del piso y la profundidad a partir de sus hombres de ataque, y otro que vino a llevarse algo, con dos líneas de cuatro bien definidas, sin soltar en ningún momento a sus laterales y esperando el error del local para lastimar. Y, como había pasado en el cruce de playoffs de la temporada anterior, aprovechó al máximo la única falla del “torito”.
En esa etapa inicial, el dueño de casa manejó bien la pelota, aunque muchas veces le costó profundizar para llegar con peligro al arco de Tavoliere. Apenas un cabezazo de Joaquín Susvielles que se fue lejos y después aproximaciones que no se terminaron de concretar en situaciones, levantaron a la gente. Del otro lado, todo era firmeza, rechazos y, cuando se podía, pelotazo largo a espaldas de los laterales. De esa manera, llegó la única del primer tiempo para Villa Mitre, con Raúl Zelaya que ganó atrás de Mantia, dejó en el camino a Martínez con un enganche y sacó un zurdazo que no complicó más de la cuenta a “Panchito” Rago.
Sin apresurarse, Alvarado sabía que en algún momento podía dañar. Y espero paciente ese momento, que llegó a los 33′, basculando la pelota y encontrando el lugar para ingresar por la derecha, para que Albarracín pivotee para Ezequiel Riera que metió el zurdazo bajo, Tavoliere dio un rebote demasiado largo y hacia el medio que Francisco Molina aprovechó para capturar, definir suave, con la cara interna del pie izquierdo y comenzar el festejo de cara a su gente. Merecida ventaja y ese gol que le daba tranquilidad y obligaba a Villa Mitre a tener que salir un poco más.
Sin embargo, el juego de los de Priseajniuc no cambió demasiado en el complemento, más allá de dos cambios obligados en el cierre de la etapa inicial, la apuesta siguió siendo con pelotazos para Zelaya y Ledesma (entró por Herrera). Y el “torito” empezó a encontrar más espacios y sólo le faltaba el toque final para dejar un delantero de cara al gol. Leandro García empezó a pegar más de la cuenta, sobre todo a Litre, y en una que fue de manera desleal contra Riera fuera de la cancha, el zurdo reaccionó y pagaron los dos: a las duchas a los 21′.
El que más perdió, sin dudas fue Alvarado y, por eso, Giganti apostaba a reforzar el mediocampo con Ezequiel Filipetto, pero en el momento que el exHuracán se aprestaba a ingresar, llegó la jugada desafortunada de la noche. Gastón Martínez tocó atrás para Rago que quiso rechazar, la cancha mojada le jugó una mala pasada, su despeje fue malo y le quedó servida a Ledesma que la paró, se acomodó y abrió el pie para sellar el 1 a 1 que cayó como un baldazo de agua fría en la lluviosa noche del Minella.
A barajar y dar de nuevo, Filipetto a seguir calentando y Ezequiel Ceballos para intentar darle más juego y profundidad al equipo. Cosa que logró, porque “Trapito” comenzó a manejar bien la pelota a espaldas del “5” visitante y desde ahí lanzaba para Francisco Molina que tuvo en sus pies la chance del desnivel en dos ocasiones, primero con un zurdazo desde un ángulo cerrado que sacó bien Tavoliere y después con otra buena pelota del “16”, el de Miramar ganó el mano a mano, se demoró en definir y, casi sin ángulo, y con un claro empujón de Formigo, terminó definiendo casi sobre el cuerpo del arquero que sacó al córner.
Jugado por jugado, Giganti mandó a Gonzalo Lucero por Mantia y agregó gente en ataque, para tratar de romper esa muralla tricolor. Pero no se pudo, más allá de un remate de afuera de Ceballos que se perdió cerca, de merodear permanentemente el área de Tavoliere, la desesperación de adentro y de afuera terminó llevando a la falta de claridad en los últimos minutos y a un empate que no fue de la mano con lo que dio el partido, pero que castigó al que buscó por todas las vías los tres puntos y premió a un rival que vino a hacer su juego con sus armas y se llevó lo que quería.
Foto: Rubén Sánchez

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